Susana-4
Capítulo 4 “26 de julio día de ... ”

Otro domingo.
Mi hermana va los sábados y yo los domingos a regentear el restaurante. No paramos ni los feriados porque tenemos un acuerdo con la Administración del Hospital y damos de comer a todos los médicos residentes, de post-grado y los de guardia.

Los domingos invierto el horario y voy por la mañana de 7:00 hs hasta las 15:00 hs, el restaurante sigue abierto hasta las 19:00 hs.
Cuando salgo me voy a “mi refugio” para estar solo, escuchar música y recordar... quise decir olvidar.
Ahora me toca olvidar.

Estaciono el carro, subo por el ascensor, abro la puerta ... ¡SORPRESA! Susana me está esperando.

Joaquín – ¡Qué agradable sorpresa!... ¿Hace mucho que me esperas?
Susana - ¡No! ... llegué hace un ratito.
Joaquín – Ya sabes donde están los CD, elige uno y ponlo. Volumen no muy alto para que podamos conversar.
La última vez creo que me diste una cachetada pero no recuerdo por qué fue.

Susana – Se te había subido la “Margarita” a la cabeza y soñabas con “ella”. Me echaste.
Joaquín – Entonces, ya sabes ... no me prepares tragos.
Susana – Bueno ... ¿Cómo te va con “ella”?
Joaquín - ¡Ni preguntes!
Brillan los ojos de Susana y sonríe cuando dice - ¿Se pelearon otra vez?
Joaquín - ¿Viste cuántos veleros hay en el lago?
Susana - ¿Es muy grave?
Joaquín - ¿Sabias que hay tipos que se tiran en “bengi” desde el puente Rafael Urdaneta?
Susana – Entonces es grave.
Joaquín – Los domingos hay quienes vuelan en ultralivianos. Salen del Paseo del Lago.

Susana se asoma al balcón – Tienes razón ... los veleros son más hermosos que nunca. ¡Qué domingo maravilloso!
Joaquín – Me estas robando mis “muletillas”.
Susana – Es que se me “pega” de tanto oírte decir ... ¡Maravilloso!
Joaquín – Hay una doctora que siempre que me ve me dice ¡Hola maravilloso! ... es de traumatología.
Susana – No me hables de las doctorcitas.
Joaquín – De acuerdo. Son las 15:45 hs ... ¿almorzaste?
Susana – No... ¿y tú?
Joaquín – Yo sí ... pero te prepararé algo bien bueno. ¡Ya verás!

Le preparo tres medallones de lomo asados al grill. Mientras se asan preparo una ensalada con lechuga francesa, huevos duros, morrones rojos, aceitunas negras, queso gruyere y manzana.
Susana – ¿De dónde sacaste la receta de esa ensalada?
Joaquín – La acabo de inventar y se llama ... “Domingo de Veleros”.
Susana - ¿Te gusta cocinar?
Joaquín – Lo hago para distraerme.

Se abraza de mi espalda, apoya su cabeza y dice - ¿Por qué no me invitas a bailar? ... Escucha que música tan romántica.
Joaquín – ¡Después! ... sino se van a quemar tus medallones.
Mejor ve poniendo la mesa.
Las copas y la vajilla están en aquella alacena.

Viene de la alacena con una copa y un plato. Su rostro perdió toda la alegría de hace un instante - ¿Qué significa esto Joaquín?

Pienso - ¡Ay ... me había olvidado de eso!
Susana - ¿Por qué cada copa tiene grabado el nombre de “ella” dos veces y lo mismo en cada plato?

Se va con la copa en la mano y se sienta en el sillón largo.
Se acomoda el cabello detrás de su oreja izquierda y con sus codos apoyados en sus piernas comienza a rotar la copa entre sus dedos.
Observa el nombre inscripto en rojo brillante dentro del cristal de la base.
La copa de Baccarat es una obra de arte en miniatura.
Se pasa las manos por las mejillas ya húmedas y niega con la cabeza.

Susana visiblemente emocionada - ¿Sabes? A mí nadie me quiso así.
Joaquín – ¿Así cómo?
Susana - ¡Así... Así...! con estos detalles que durarán mil años, porque esta copa llevará inscripto su nombre por siempre, igual la vajilla.
Joaquín – Y la lancha...
Susana - ¿Cómo que la lancha?
Joaquín – La dejé en Puerto Cabello. La están terminando de pintar y lleva el nombre de “ella” también.
Susana - ¿Pero por qué hiciste todo esto?
Joaquín – Es que yo no puedo viajar por culpa de los negocios (estaba procurando la compra de otro restaurante) y se me ocurrió que traerla a ella sería más viable.

Resumiendo... quise hacer como el “ave del paraíso” que prepara su nido bonito para presentárselo a la hembrita.
Por eso encargué esta vajilla “personalizada” y las copas a Baccarat y por eso mandé pintar la lancha y hay algo más que hice pero que no te contaré porque veo que nada de esto te cae bien.

Susana - ¿Tú pensabas traerla?
Joaquín – Así es... solo esperaba a que estas cosas llegaran. ¿Por qué crees que compré este apartamento?
Susana - ¿El apartamento también?
Joaquín – Yo quería demostrarle que mi amor era verdadero y que se sintiera viviendo el sueño más bonito de su vida.
Para cuando estas cosas llegaron ya había sucedido lo que ya sabes, “aquello” no era para mí, la cámara ... y claro todo se pudrió.
Susana – Pero ese sueño ahora se te volvió pesadilla.
Joaquín – Es cierto... y lo peor es que fue mi culpa porque ella pensó que mi silencio significaba que no quería traerla.
Ahora todo es desilusión ...

Susana – ¿Y qué vas a hacer con todo esto?
Joaquín – ¡Qué sé yo Susana! ...
Tal vez ella se hubiera conformado con venir y estar juntos pero por querer hacerla más feliz lo arruiné todo.

Susana – Mira, no te angusties. Si las cosas se dieron así ya no se puede hacer nada y ya debes dejar de pensar en ella.
Pero dime ... ¿Tú tienes o tenías planes serios con ella?

Joaquín – Quería que ella conociera esto. Quería saber si ella estaba dispuesta a venir a vivir aquí.
- Tú sabes que yo quiero un “varoncito”.

Susana - ¡Yo te daría uno por año!

Joaquín – Lo sé ... lo sé ... pero es que yo ...

Susana - ¿Y ella qué haría aquí?

Joaquín – Primero ver y pasear ... luego, si aceptara quedarse, le tocaría aprender.

Susana - ¿Aprender?

Joaquín – Yo creo que tiene carácter como para manejar un negocio exitosamente.

Susana – Pero ... ¿qué negocio? ... ¿de qué estas hablando?

Joaquín – No me hagas caso. Todo estaba pensado para un supuesto ...

Susana – Pero y si mañana se pelean, porque ustedes se la pasan en eso.

Joaquín – Si nos peleamos o yo no regreso de alguna “asignación” creo que mi hijo no estaría mejor con nadie sino con su madre... ¿no te parece? Y en ese caso yo querría que ella contara con sobrados recursos para ser feliz ella y nuestros hijos.

Susana - ¿Qué es eso de la “asignación”?

Joaquín – ¿Dije “asignación”? ... ¡Olvídalo! ... no sé lo que digo.
Mejor cambiamos de tema porque estamos hablando de un absurdo... ella tiene su vida.

Susana - ¡Mira Joaquín ... la carne está lista!

La miro paseando la mirada por su cuerpo y sonriendo le digo - ¡Y bien buena se ve!

Sonríe y se acomoda el cabello detrás de las orejas ... no dice nada.
Se sienta a la mesa y yo le sirvo los medallones con la ensalada “Domingo de Veleros”.
Susana – Cuanto que me consientes Joaquín ... te extraño tanto durante la semana.
Joaquín – Tengo un Borgoña que va de maravillas con la carne.

Me llevo la copa Baccarat ... regreso con el vino y otra copa.

Come y sonríe ... la observo. Se ve más complacida.
¿Me pregunto cómo puede perdonarme que la rechace cada vez?
Terminó el CD y voy hasta el reproductor a poner otro ... ¿música española? ... bueno ... siempre es alegre.

Me llama con la mano que sostiene el tenedor (parece escarbar con el tenedor en el aire). Corta un pedazo de carne y dice - ¡Prueba!

Camino derecho al tenedor, me agacho, ella lo aparta, atrapa mi nuca y me besa ... también la beso.

En el reproductor de CD se escucha “... y ese toro enamorao de la “luna” ...”

Levanto la cabeza escuchando y digo - ¿Enamorao de la “LUNA”? ... ¡Increíble! ...

Susana me interrumpe – Mi amor, ve al dormitorio, enciende el aire acondicionado y me esperas ... ¿Quieres?

Joaquín - Y bueno ... como ya no tengo novia. Como era “imaginaria”... ¿Qué más da?

Con ella no va a ser lo mismo. Mi alma no buscará la de ella porque además no la tengo. La tiene “aquella” en su mano izquierda.

¡Din ... dong!

¿Quién será?

Camino hacia la puerta, abro ... es el portero que me trae el periódico - ¡Gracias don Manuel! Le doy una propina.
Miro la primer página antes de entrar...

¡AAAAAyyyyyyyyyyyyyyy! ...

El periódico cae de mis manos. Alcanzo a ver la cabeza de un “pato” en mis genitales.
Es el vecinito con su bicicleta. Me atropelló.
La cabeza de pato (enorme) es la bocina.
¡Cuá ... Cuá ... Cuá! Quedó sonando la maldita bocina.

¡Ay mi madre ... me castró el desgraciado!

Susana llega corriendo - ¡¿Qué pasó ... Qué pasó ... por qué estas gritando?!

Quince minutos después estoy acostado en el sillón viendo televisión ... con una bolsa de hielo en ... en ... bueno ahí.

Susana – Pobrecito ... quieres que te haga un “masajito”.
Joaquín – ¡Gracias Susana! Sé que tus intenciones son buenas pero si tan siquiera se me posara una mariposa, me desmayaría.

Canal Directv 274 noticiero. El locutor dice ... “Para hoy 26 de julio... muchas felicidades para todos los Joaquines y Anas en su día.

Joaquín - ¿QUEÉÉÉÉ?
¡Ah no! ... yo sabía que eras tú “Patito”... lo sabía ...
Susana - ¿Con quién estas hablando?
Joaquín – Con nadie... no me hagas caso. ¡Tráeme más hielo!
Pienso - ¡Ay Patito ... Ayyyyy Patito ... si te tuviera a mi alcance .. Ay de ti ... Ayyyy de ti!

De pronto veo a la “Patico” en la tele que me dice – Si me tuvieras a tu alcance me besarías ... ¿o no?

Joaquín - ¿QUÉÉÉÉÉ? ... ¿Qué ... quequé ... Có ... Coco ... Cómo?
No sé de donde salió pero está aquí (bueno ... es bruja).
La “Patico” - ¿No vas a besarme?
Joaquín - ¡No! ... bueno ... si insistes...

Me acerco ... “ella” cierra sus ojos y yo los míos. La beso y acaricio sus “cabellos” – ¡Te amo ... Por Dios que te amo! ...

Llega Susana como siempre (a interrumpir) - ¡Joaquín! ... ¡Qué desilusión! ... estas enamorado del locutor del noticiero.

Abro los ojos y veo al locutor dando los datos del tiempo.

Joaquín - ¡PATOOOOOOOOOO! ... ¿dónde te fuiste? ...

Miro atrás de la tele ... y nada.

(continuará)

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Nota del autor:
Cualquier parecido entre el palmípedo del cuento y la realidad es mera coincidencia.
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Por las dudas yo también le voy a rezar a mi santo ... “San Joaquín, feix que ella sigui feliç ... encara que ja no em vulgui a mi.”