Susana – 3
Capítulo 3 “Al fin solos...”

Susana fue a la terraza y apoyada en la baranda mira el lago. Me acerco y rápidamente se pasa las manos por los ojos.

Joaquín – Sé que es mi culpa que estés así... ¿podrías perdonarme?
Susana - ¿Acaso “ella” es más bonita que yo?
Joaquín – No se trata de eso... ¿cómo explicarte aquello que no tiene explicación?
- ¡Mira! Si por esa puerta entrara Miss Universo y me pidiera ser mi novia le diría que “no”. Puede ser la mujer mas bella del universo... pero yo no la amo.
Susana entre sollozos – ¡Pero yo te amo y estoy aquí... estoy aquí!
La abrazo y la consuelo.

Joaquín - ¡Qué injusta es la vida... qué injusta!
- ¿Por qué te fijaste en mí... si no tengo nada para darte?
Susana - ¿Podrías besarme... aunque sea una sola vez?
Joaquín - ¡No puedo!
- Quisiera besarte y amarte y darte todo cuanto me pides... pero ahora no. Tal vez si algún día lograra olvidarla...
Susana – ¿Por qué no te resignas a que la has perdido... y ya?
Joaquín - ¿Resignarme?
- Estoy resignado... pero lo que hay en mi pecho no quiere resignarse.
- ¿Cómo le hago entender a este tozudo corazón mío?
- Dime como se hace y yo lo hago.
- Mi corazón es el que no se rinde. Hace lo que le viene en gana y es porfiado como cabra de monte.
Susana - ¿Entonces terminamos?
Joaquín - ¿Qué cosa terminamos... si no empezamos nada?
¡Bip...Bip...Bip!
Joaquín - ¡El horno dice que la pizza ya está... vamos a cenar y conversamos!
Ponemos la mesa y en cinco minutos estamos cenando.
Susana - ¿Todo el día piensas en ella?
Joaquín - ¡No!... pienso en ella cuando algo me la recuerda.
Susana – ¿“Algo” como qué?
Joaquín – Muchas cosas... la Luna, los bosques, los abismos, los desiertos, los arroyos, la nieve, la Virgen María, la hierba, la palabra “nunca”, ciertas canciones, una flor en particular, las brujas, algunas aves acuáticas...
Susana interrumpiendo – Resumiendo, tienes como recordarla a cada instante.
Joaquín – En realidad... ¡No! Por ejemplo, la palabra “nunca” solo me afecta si es dicha tres veces seguidas.
Susana - ¿Tú piensas que ella se acuerda de ti?
Joaquín – Ya me preguntaste eso hace unos días... no lo sé.
Susana - ¿Y por qué se pelearon?
Joaquín – Me pongo fúrico cada vez que me acuerdo... no me preguntes.

Me levanto de la mesa y me voy a la terraza a mirar el bendito lago.
Ella se acerca - ¡Joaquín! ... te prepararé un trago, luego bailamos un rato y verás como te olvidas.
Abre la nevera, busca algo. Siento la licuadora. Abre la alacena saca la sal.
Aparece con el trago.
Una copa con un borde de sal y una rodaja de limón incrustada.
Joaquín – Pero que presentación tan bonita tiene la copa... ¡Gracias!
Bebo un poco... ella pone otro CD.
Susana – ¡Bébelo todo!
Joaquín - ¿Acaso tiene un hechizo?
Pero qué dije... ¡Maldición!
Susana - ¿Qué dijiste?
Joaquín - ¡Nada! ... que está muy rico.
Bailamos... le pongo la mano derecha en la cintura y con la izquierda tomo su mano.
Ella lleva mi mano izquierda también a su cintura y se abraza de mí... bailamos pegados.
¡Demonios! Ya me acordé de esa canción que ponemos en nuestros cuentos.

Susana - ¿Qué pasa? ... tranquilo... tranquilo.
Me empieza a afectar el alcohol.
Joaquín – Realmente tú tienes un cuerpo increíble...
Ella me besa el cuello y acaricia mis cabellos. Se pega más y me hace sentir su sexo.
Joaquín - ¡Ay ... Dios mío!
Susana - ¿Te gusta?
Joaquín – Es que me acuerdo de una vez que bailé así en una cabaña... con ella.
Susana - ¿Podrías dejar de recordar?
Joaquín – ¡Lo prometo! ... ¿Te dije que tus senos no caben en tu escote?
Sonríe.
Joaquín – Susana quiero decirte “algo”.
Susana – Dime...
Joaquín – Estoy mareado. Yo no acostumbro a beber... ¡Qué bonita eres!
- ¿Tú sabes jugar al “agárrame que te cacho”?
Susana sonriendo otra vez - ¡No! pero si quieres me enseñas.
Joaquín - ¡No señor... no es correcto!
Veo nuestra imagen reflejada en el vidrio de la inmensa puerta de la terraza.
Joaquín - ¿Sabias que tu “pompis” es un espectáculo?
Susana - ¿Tú crees?
Joaquín – Definitivamente así es. Si no fueras mi invitada te lo mordería.
Suelta una carcajada – Estás muy atrevido hoy.
La suelto y me voy a sentar en el sofá de tres cuerpos – Tienes razón ... he sido muy descortés.

Ella viene y se sienta al lado. Me da un beso y comienza a desabrochar mi camisa. Besa mi pecho varias veces... aquí y allá.
Pone sus rodillas a cada lado de mis piernas y sus senos quedan a la altura de mi cara.
Se agacha para besar mi cuello... me besa a mí.

Joaquín - ¡Susana! ... ¿qué tenía ese trago... cómo estaba hecho?
Susana - ¡Ay Joaquín! ... Tequila, cointreau y limón.
Joaquín - ¿Y tiene un nombre ese trago o tú lo inventaste?
Susana – Ese trago se llama “Margarita”.
Joaquín - ¡Ah ... “Margarita”! .... ¡¡¡¡¿¿¿MARGARITA???!!!!

Susana - ¡¿Qué pasa Joaquín... qué pasa?!
Me paro - ... es “ella”. ¡Está aquí... está aquííííí...!
Me voy al dormitorio - ¡Patoooooo! ... ¡Paticoooooo!
Allí está... en mi cama. Me sonríe, extiende su mano y con el dedo me llama... corro hacia ella y me zambullo en la cama. Nos miramos un instante y luego nos besamos... no puedo parar de besarla.

Siento que alguien me agarra... es Susana – Deja de besar la almohada Joaquín y quita esa cara de estúpido... ¡Suelta... sueltaaaa...!

Miro a mi “Patico”, ella me sonríe y me dice... ¡Échala!
Joaquín con autoridad - ¡VETE!
¡Pláfff! ... me “acomodó” el rostro.
Se va enojada... ¡BLAMM!
Joaquín – “Patico”... ¡al fin solos!