Una figura avanza lenta y pesadamente a través de un sinuoso camino. Está cubierta por una túnica negra que impide ver su cuerpo, aunque timidamente se vislumbra una cara sin rostro, en sus pies calza sandalias oscuras y en su mano porta un báculo marrón oscuro, que acaba en una pequeña bola de luz entre dos alas de oro.
El sendero es de niebla gris, como si se hubiera moldeado una niebla espesa, y a ambos lados se extiende inconmensurable la nada infinita y oscura, mientras en el cielo luce un sol negro, aún más oscura que la misma nada.
A lo lejos el trayecto acaba en una extraña forma. Se trata de unas lenguas de fuego negro de las que surgen cuatro brazos gigantescos de color gris, y en cuya cima una oscuridad informe acoge un reloj de cuatro manecillas, como si de una cabeza se tratase, del cual cuelgan dos péndulos con forma de guadañas. Ambos péndulos se mueven en sentido contrario, continuada y periódicamente.
La figura avanza deslizándose sin andar por el camino, hasta que se encuentra al pie de la extraña forma.
Uno de los brazos abre su puño y muestra un ojo que sostiene entre el índice y el pulgar, el cual dirige su mirada hacia la figura, mientras los tres brazos restantes empiezan a moverse con gracia formando gestos que se convierten finalmente en palabras.
- "¿ Quién eres y que te trae aquí ente solitario?", susurran los brazos.
La figura emite un gemido agudo, a la vez que lastimero.
- "Así que eres el enviado de El-que-todo-dispone...".
Un gemido largo con algunos matices menos agudos se volvieron a escuchar.
- "Debes haberte equivocado, lo que te han mandado no tiene sentido".
Nuevamente la figura volvió a gemir.
- "Debes haberlo entendido mal, eso es imposible, será mejor que vuelvas a confirmarlo".
Esta vez la figura no contestó y pasó bajo los péndulos, en dirección a una pequeña puerta triangular que había en la base de las llamas.
- "¡Por favor vuelve atrás, no continúes, todo el tiempo escapará y será el principio!", gritaron los brazos.
Pero la figura continuó, adentrándose en el interior, apagándose la voz de los brazos.
Unas escaleras de niebla gris en caracol ascendían abruptamente rodeadas del fuego oscuro. Poco a poco comenzó a subir, caminando sobre los escalones, los cuales se deformaban bajo sus pisadas para recuperar después su forma original, y una vez en la cima contempló lo que allí había.
Se trataba de una sala redonda en las que las llamas se apartaban en ciertos sitios formando ventanales, a través de los cuales penetraba la oscuridad del exterior formando hilos que se estiraban hasta una esfera de cristal, en cuyo interior refulgía un efluvio blanco y dorado. En una de las paredes se encontraba el reloj de cuatro manecillas, a través del cual se veía el camino que había seguido.
Se elevó hasta la altura de la esfera sujetando el báculo con ambos brazos, mientras la esfera brillaba con mayor fuerza todavia, y entonces descargó un golpe sobre ella.
Los péndulos se detuvieron y los brazos se agitaron en un tumulto acelerado, mientras la esfera reventaba en mil pedazos centelleantes. El sol se tornó blanco y el tiempo, libre de su prisión, sustituyó la nada a la vez que una gran explosión barrió el nuevo universo creado.
Bueno, si esta persona, que escribe muy bien, es capaz dedescribir el inicio del mundo, me parece notable. ¿ Lenguas de fuego negro ? Mmmmm.