Treinta años habían pasado y no podía encontrarlo. Pero no perdía las esperanzas de que el momento llegue. Y la verdad es que a pesar de las peleas que hemos tenido él seguía siendo mi hermano querido.
Empecé la búsqueda cuando tenía 20 años. Había pasado por tantas cosas, como por ejemplo meterme en líos por buscarlo. El primero me paso a los 22 años y lo recuerdo perfectamente, iba preguntando casa por casa, en un barrio que me habían indicado unos amigos de el, y me encontré con una compañera de la escuela que no era muy amable, y quiso expresarme unos sentimientos poco agradables que no me gustaron así que discutimos mucho tiempo hasta que por fin logre calmarla, pero ya habían venido las amigas y casi salgo de allí golpeada sino fuera por las palabras que utilice en el momento indicado.
Otros problemas tuve a los 31, que comencé a abrir archivos perdidos en los diarios viejos de una radio de la ciudad que acostumbraba guardarlos, y buscaba con mucho miedo ya que la mayoría de las noticias eran accidentes o suicidios. En una foto me pareció verlo y temblaba al pensar que era el, emprendí un rumbo nuevo por esa tan despreciada foto que no me daba nada de confianza aunque no tenia su nombre, y resulto ser de otra persona fallecida hacia diez años, me había metido en sus registros sin que su familia se enterara y por eso tuve enredos cuando ellos lo supieron.
No pase solo por problemas, también tuve muchas experiencias buenas en todo este tiempo. Viajes hacia el mundo, muy poco conocido por mi, tuve muchos ya que Mario mi hermano trabajaba como vendedor de aparatos electrónicos y viajaba por todos los países que le fueran posibles, entre mis conocidos estuvo España, un país que no cambiaria por nada, todo muy bello, increíble, la gente demasiado amable para ser verdad, las comidas exquisitas y todo lo demás realmente especial.
Después estuve en Italia unos de los países que mi hermano solía frecuentar, no encontré registros que me dieran algún dato de su paradero.
No tuve desesperación ningún momento de esta gran etapa, soy muy fuerte igual que lo solía ser Mario. Cuando lo encuentre pensaba, voy decirle por todo lo que he pasado. Como esa vez que estuve tres meses en casa de un compañero suyo de trabajo. La familia era tan buena que me ofreció su casa para que pueda buscarlo en Alemania.
Me recorrí toda la ciudad en donde solía estar pero nada, averigüe hasta donde no se podía porque estuve metida hasta en algunos archivos de la policía, meterme sin autorización allí dentro podía traerme graves consecuencias.
Me moví rápidamente hacia otro lugar en donde el solía pasar las vacaciones, aunque nunca dejando su trabajo, allí también tenia un puesto y trabajadores que le hacían el trabajo. Pregunte a cada uno si sabían algo, alguna novedad, pero tampoco, y no podía ser, me decían todos que no iba al puesto hacia ya 1 año entero, que solo mandaba el dinero.
Ya había recorrido tantos lugares, mi fe se estaba derrumbando, no aguantaba no encontrarlo.
Decidí irme de allí, ya no sabia donde buscar, mi cuerpo empezaba a sentir agotamiento.
No se si lo iba a seguir buscando, porque a esta edad ya uno se cansa rápido y 30 años de búsqueda no es poco.
Pase por muchas cosas y ahora acá esta, a mi lado descansado, hubiese preferido que sea de otra forma, pero al fin lo encontré. Te preguntaras como sucedió, bueno me llamaron anoche, de madrugada informándome que el había muerto, que su edad ya era suficiente como para tener disgustos fuertes, y así fue que su corazón no lo soportó. Una maldita pena terminó con su vida y yo sin poder encontrarlo, pero bueno ahora por lo menos se donde está, y por mas que sufra, llore y me mortifique para toda la vida no podré hacer que el vuelva.
Lo que quiero decirle ahora es que lo quiero mucho aunque no pueda escucharme, pronto nos volveremos a encontrar y podré decírselo de frente.
Bueno esa es mi vida, no tengo hijos, estoy sola y no me arrepiento de haber hecho este sacrificio por mi hermano, mis padres tal ves no hubiesen querido que todo esto fuera así pero la decisión fue totalmente mía y no siento haber cometido un error.