Viajé por el mundo buscando nuevas sensaciones, pero sobre todo buscandote a tí.
Estuve en el desierto, ese inmenso desierto, ese inmenso silencio, ese silencio que nos profesabamos cuando nos mirabamos, esa mirada perdida en el horizonte buscando el sol derrotado, esa mirada triste cuando te ibas.
En el desierto, el viento acariaba mi pelo, lo desordenaba, jugaba con él, tal como tu lo hacias, y yo no podía negarme, me recordaba a tí.
Esas noches cálidas en los oasis, esa paz perdida, todo me recordaba a tí; tu tan lejos.
Marché del desierto, desconsolada. Allí tampoco te encontré, no estabas.
Fuí a las montañas, a las altas montañas, donde la nieve puebla todo a su alrededor, donde todo es blanco, y llorando me encontre, me acorde de aquel bello traje, blanco como mi paisaje, aquel que se quedo colgado, porque tu te fuistes; Tuve que salir hullendo de allí.
Llegué a un valle verde, presidido por un rio, en este las nutrias jugaban, chapoteaban en el agua, ahí me ví siendo niña contigo, como me hacías reir, como te ocupabas de mí, como sabías perfectamente que yo aunque fuese tu amante, era tu niña.
Derrepente noté el suave tacto de tus manos,¡no podía ser, me estabas tocando!!!!, me volví corriendo, y mis ojos se inundaron de lágrimas, mariposas que me acariciaban la piel y me rompían el alma, no eras tu.
Aunque triste despues de todo, contigo más cerca que nunca.
Acabé en el mar, ese mar que inunda nuestras almas, acabé alli, porque alli siempre me imaginastes, y te busque entre las olas, pero no te encontré, te busqué entre el murmullo, y en su orilla me quedé dormida.
Todo un día allí pasé, pero al final llegastes, cogistes mi cuerpo frio, y entre tus brazos lo devolvistes a la vida, me devolvistes a tu vida, y hoy busco tus palabras, espero que no se hallan perdido en el silencio, espero que sigas ahi cuando te busque, te espero aqui como siempre, besos.