Tengo el escritorio de infarto.
Es curioso comprobar como el escritorio del ‘windows xp’ refleja el estado de mi cuarto, incluso el de mi vida: más de cien iconos peleándose por organizarse automáticamente en una pantalla de diecisiete pulgadas que no da para más.
Qué locura. Un ordenador desordenado, qué fina ironía. Aun así, no admito reproches, pues sé donde está cada cosa en mi particular cajón de sastre.
Negra noche en la calle, azul microsoft en mi cara. Reflejo de luna colándose por la ventana. Son las doce, la hora del amor. Comienza la búsqueda; periódica afición que mantengo desde que te fuiste. Más exacto, desde que me dejaste, doblado, caótico, perdido, inundado, loco, amorfo, confuso. Te busco.
Mi corazón pulsa botón derecho en el ratón sobre la carpeta de nombre música (esquina inferior izquierda del mosaico), y selecciono ‘Play in Winamp’. Diez gigas de recuerdos se listan en el reproductor para ser tocados, mis sentimientos también son tocados. Activo la función ‘random’ y el dios Caos ordena a su antojo lo que yo ni siquiera deseo leer. Espero y escucho. ¿Por qué lado de tu cuerpo despertaré? ¿cuál de tus caricias me sorprenderá? ¿me mirarás, me hablarás, me odiarás...?¿estabas todavía o ya no?
Madrugadas de música, y te sigo buscando.
"TE BUSCO" (PERROFIEL) Sutiles comparaciones...bien logrado. Si se pudieran borrar los archivos temporales del alma, quizá, sería más fácil dejar de buscar lo que ya ha desaparecido... Pau