Haz de cuenta que nada pasó...
Que todo fue un juego, un dulce tormento.

El error fue mío, tejer una ilusión alrededor de un sueño.

¿Cómo perderte si nunca te tuve?
¿Cómo sentir celos de una sombra?

¿Cómo atreverme siquiera a opinar de tus ‘ironías’?

Nunca pensé que fingías,
jamás llegué a pensar algo así.

Por eso perdoname por ser egoísta, por pensar en mí... por creer que me querías.

¡Es todo locura, de una noche, de un día!
Locura de un alma quizá muy marchita.

Que sólo necesita calor, cariño, caricias.

Llegué a pensar que vos me lo ofrecerías,
llegué a creer –lo dije- en un sueño.
Y así arruiné hasta lo vago que tenía.

Que no era más que eso, un sueño... pero era mío, acá lo tenía.

Ahora no tengo ni el sueño, no tengo siquiera tus palabras.
Llegué a quererte (¡qué loco!)
A través de una máquina...

Llegué a creer que vos me correspondías. Y seguro la llamarías ironía.

Pero lo sé, el error fue mío.
Saberte mío, tan sólo mi dueño.
Te digo -lo sé-, el error fue mío...
tejer una ilusión alrededor de un sueño.

24 de enero de 2004