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Categoría: Terror

Toca junto a mí

Fue en aquella mañana de primavera que decidí ir a la biblioteca en busca de alguna buena historia para pasar el tiempo. Me dirigí hacia la biblioteca del barrio pero se encontraba cerrada, así que me fui a la del centro que esa seguro estaba abierta. Llegue al lugar, me recibió un viejito muy simpático, de alegre sonrisa y humor, realmente se sentía una gran paz en el.
Me mostro la biblioteca para que no me perdiera; después de un rato me decidí porque libro iba a llevar así que me acerque al mostrador, allí vi un libro muy viejo y desgastado de antiguas melodías de saxofón eran tan viejas que hasta diría olvidadas. Como el viejo no se encontraba me puse a ojearlo, hacia mucho que no veía partituras de saxofón; a mitad de el había una foto de dos niños con este instrumento, era antigua de cuando las cámaras sacaban en color sepia; en eso que miraba, apareció el viejo, creí que se enojaría por estar tocando cosas ajenas, en cambio me dijo que la foto es el junto a su hermano mayor Derek; no me resiste a preguntarle que le ocurrió a su hermano por el gesto melancólico que ponía al ver la foto, tardo unos minutos en contestar, luego dijo- éramos saxofonistas, siempre tocábamos juntos, éramos inseparables, realmente disfrutábamos el tocar. Tocábamos en todo los clubes y bares de la ciudad, éramos muy famosos por aquellos años, nuestro dúo era imbatible, casi nunca interpretábamos solos. 
Pero un día en uno de los bares que tocamos después de nuestra presentación, como siempre vinieron varios espectadores a felicitarnos, pero entre esa gente había una joven de llamativa hermosura que se acerco a Derek mi hermano; de primer momento tuve un mal presentimiento sobre ella. Derek la siguió viendo desde aquel día, hasta que anunciaron oficialmente su noviazgo, mi hermanó tuvo la aprobación de todos menos la mía, yo sabía que ella no era buena, me lo decía mi corazón.
Ya nos costaba tocar juntos, era como si no teníamos esa misma alma, ese mismo ritmo, realmente no sé cómo explicarlo solo sé que cada vez me sentía más alejado de él, aunque estuviese a mi lado. Me di cuenta de nuestra total separación, cuando comenzó interpretar muy seguido solos. 
En todo concierto estaba su novia, ella solo se agrandaba y siempre iba muy llamativa como para que nadie la pase por alto; era realmente engreída solo quería fama pero eso no se lo podía hacer entender a Derek, de que solo salía con él para su propio beneficio.
En esos días estábamos entrando a una nueva década así que como todo se renovaba la música también y nuevos talentos se descubría. 
Nos invitaron a club de jazz donde debutaría un joven saxofonista, nuevo en el mudo de la música, aceptamos la invitación con gusto. Mi hermano fue con su novia, yo fui con un amigo de la universidad. Me alegraba mucho la oportunidad de ir a ver al joven, porque me haría recordar nuestra primera vez arriba de un escenario. Nos recibieron muy cortésmente en aquel lugar, nos acompañaron a nuestra mesa al frente del escenario.
En el instante que el joven comenzó a tocar, creó un ambiente de paz y melancolía, como un suave poema de primavera mezclado con la violencia del invierno, no podía distraerme el me llevaba con su melodía; mire los ojos de Derek y pude saber que él sentía lo mismo pero en los ojos de ella, no se interpretaba lo mismo solo expresaban deseo.
Luego de que termino nos dirigimos a él para felicitarlo y pude ver como ella solo le coqueteaba sin vergüenza, y mis sospechas sobre ella se confirmaban. Al poco tiempo el joven se hizo la gran fama y nosotros pasamos a ser del recuerdo, pero a mí no me importo, ya terminaría la facultad, tenía otras cosas en que preocuparme. Derek era todo lo contrario la novia lo dejo por el joven, por ese motivo siempre estaba enojado y solía irse muy seguido durante la medianoche y volvía al amanecer a veces aparecía, golpeado o con la ropa rasgada.
Para la primavera de aquellos años solía hacerse minis conciertos por toda la ciudad; para uno de ellos invitaron a mi hermano, junto al joven que estaba haciendo sensación en aquel año.
Yo reserve una mesa en el bar de jazz que tocarían al frente del escenario, para mí y mi señora. Llego el día estaba realmente emocionado, deseaba que mi mujer escuchara las melodías que interpretaba mi hermano. Estábamos allí, subió primero el joven fue recibido con un gran aplauso, de igual manera recibieron a Derek, me sorprendí al verlo porque no parecía él, más en su mirada parecía como poseído, no sé cómo explicarlo, solo sé que no era él. Lo más extraño fue su saxofón, no era el mismo de siempre este era reluciente y brillante, no parecía un instrumento común.
Comenzó tocando el joven un solo muy conocido, lo interpreto de una manera esplendida realmente tenía talento. Le siguió mi hermano con otro solo muy escuchado, fue fantástico; pero en toda la melodía escuchaba un sonido extraño que hasta diría pertúrbate, no entendía de donde provenía pero no le pregunte a mi señora si avía oído lo mismo, no me pareció necesario. Continuaron tocando pero cada vez los solos del joven se oían más pobres y lo de mi hermano cada vez más increíbles, pero seguía oyendo en cada melodía ese sonido escalofriante. 
Después de una hora tocando el joven cayó al suelo, en ese momento se armo un gran alboroto, un medico que estaba en lugar lo examino y advirtió que este había fallecido, Derek salió huyendo, yo le seguí sin que supiera. Llegamos a un callejón oscuro donde se encontraba un hombre de negro de apariencia tenebrosa, parece que esperaba a mi hermano, me oculte detrás de unos botes de basura. Derek estaba arrodillado en el piso, no dejaba de llorar y preguntar porque le izo esto, el hombre de negro le contesto – no querías fama, talento, gloria, de que te quejas te di lo que deseabas – pero Derek le decía que era su deseo, pero si hubiera sabido de la manera que lo conseguiría, no le habría importado seguir como estaba y el hombre agrego – como crees que conseguirás la fama sino aplastando el talento de otros, es una regla simple lo grande aplasta lo pequeño, vamos deja de lloriquear levántate si es que deseas la fama – mi hermano se levanto y su mirada cambio totalmente, de esa mirada desconcertaba, con miedo a una segura decidida y siniestra.
Fue en ese momento que comprendí que él había absorbido la vida de aquel joven y de paso hasta su habilidad, tanto fue el pánico que entro en mí, que salí corriendo y tire uno de los bote de basura; con eso mi hermano se dio cuenta de mi presencia; me seguia, yo corría sin parar hasta que llegue a la biblioteca central de la ciudad, allí tenía mis mejores recuerdos con mi hermano. Me refugie debajo de una mesa, estaba asustado y confundido, Derek me encontró, me tomo el brazo y me miro fijo a los ojos, su mirada había cambiado, era triste y cálida a la vez, me solté y le empuje. Me quede unos minutos parado frente él sin entender nada, entonces hablo y dijo – ¿hermano que no me reconoces?, soy yo Derek ¿Por qué no me abrazas?, toca junto a mí, deseo que volvamos hacer uno, dame tu mano – yo lo mire y solo pude decir – tú no eres mi hermano – Salí corriendo apresuradamente y lo escuche decir – toca junto a mi – desde aquel entonces no le volví a ver, pero todas las semanas desde aquel día recibo cartas diciendo – toca junto a mi – las cartas no tienen remitente solo destinatario, me he cambiado cinco veces de casa y aun así me siguen llegando, sin faltar una semana, también me llegan algunas veces acá en la biblioteca y antes cuando trabajaba me las enviaba a mi oficina.
Realmente al escuchar esta historia no sabía que decirle, me quede sorprendido y asustado, le pregunte porque me avía contado todo eso tan personal y me contesto – porque ya no aguantaba llevarla dentro y tu pareces en alguien en que se puede confiar –. No entendía nada pero creí que el viejito me había mentido, que solo había jugado conmigo, así que me despedí riéndome pero el viejito me miraba fijo sin titubear.
Al salir comencé a reírme, porque en un momento me lo creí de enserio; pero si te pones a pensar eso no existe; bueno eso creí hasta que vi un hombre de traje, de apariencia extraña, como dejaba una carta en la ventana de la biblioteca. Me quede en silencio mirando, realmente aun me costaba creerlo. De pronto el hombre saco un extraño y llamativo saxofón, comenzó a tocar con lagrimas en los ojos. Una parte de mi deseaba salir de ahí, pero la otra era encantada por la dulce melodía que interpretaba; no podía hacer nada más que mirar, mi cuerpo estaba paralizado. No soporte y desmaye.
Abro mis ojos, para mi sorpresa estaba debajo de una mesa de la biblioteca. Mire hacia todos lados, entonces fue cuando vi debajo de mi una carta que decía – era tiempo de que respondiera a su pedido, además no niego que realmente deseaba volver a tocar junto a él. Espero que no te allá molestado que te contara mi historia, pero necesitaba que alguien lo supiera antes de irme de a su lado por la eternidad. Adiós, cuídate. - me quede sin palabras y hasta hoy intento entenderlo.

Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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