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Cinco años han pasado desde la invasión de la emperatriz Nitgjia y su pueblo, que no se rindió luego de perder casi la totalidad de su inmensa flota. Su intención había sido penetrar las defensas exteriores y usurpar el bello planeta, una intención manipulada por un deseo de venganza y odio que solo logró su aniquilación. Porque su plan nunca tuvo en cuenta las defensas terrestres ocultas por todo el planeta, como trampas mortales que impidieron sorpresivamente el abordaje. Nitgjia y sus 7 naves mas sus 5 escuadrones de caza hicieron una pasada suicida en medio de los ataques terrestres tratando desesperadamente llegar y arrasar la Fortaleza Real con las bombas Metrotractiles que habían robado en alguna otra redada galáctica, se decía que dichas bombas equiparaban la devastadora destrucción causada por un meteorito de dimensiones terroríficas. Pero su fuerte persistencia no duro sino 9 minutos, los suficientes para no alcanzar -por poco- su objetivo. Gracias a los super cañones dectoprotofotónicos que simplemente fueron mas que suficientes.
Pero esta victoria no significaba la paz en Traksulah en lo mas mínimo. Una vez finalizada la guerra, recontruídas las defensas y muertos los sobrevivientes invasores, hubo un levantamiento por parte de una orden social traksuliana. Este levantamiento fue producto de algunas mentes que comenzaron a pensar en grande, pensamientos que reclamaban la construción de armas ofensivas y una super flota de naves intergalacticas, teniendo en cuenta la super protección de su ´dios planeta` y una inclinación conquistadora. Esta orden insistío repetidas veces en el concejo traksuliano quien no tuvo ni siquiera una pizca de interes, solo odio y un cruel sentimiento de herejía hacia ellos.
Hubo tensión por meses hasta que la orden decidió levantar un golpe al poder, el cual sin dificultades fue exitoso gracias a las armas que construyeron secretamente. Una vez en el poder, la orden comenzó a deteriorarse por sus propios intereses, la población no se sintío jamás tan avergonzada. Comenzaba el caos social y político, conflictos armados que fueron cada vez mas regulares y mortíferos, donde niños inocentes perdían sus vidas como si fuera parte de ello.
El caos sumergio a todo Traksulah en el horror, había pasado de ser un mundo ejemplar a ser una desdicha. Pero lo más desgarrador para todo traksuliano no fue el caos en si, fue el deterioro que las armas probocaban en el planeta. Las ciudades mas importantes fueron reducidas a miseria en un lapso aterrador.
Los sucesos crearon dos bandos que comenzaron a pelear aterradoramente por restaurar el orden y la paz, ambos lados con sus propios principios e ideales que estaban dispuestos a defender con la vida.
Quince años pasaron como un haz de luz perdido en el vacío. Traksulah estaba devastado y agonizaba. Ya no había por que pelear ni nadie que pudiera hacerlo. El planeta estaba casi despoblado, solo quedaban seres que deseaban morir junto a él. En cuanto a los demás, durante los quince años de guerra, una gran parte de la población construyó ocultamente una flota de naves listas para abandonar el planeta. Pero había un problema, las defensas autómatas orbitales eran mas numerosas y peligrosas que antes, era un desafío sin igual. Un desafío que tenía una posible solución, resultó que un ingeniero traksuliano ideó un plan suicida de mandar destructores en primer lugar para que lograran abrir un hueco en las defensas.
Mientras la guerra continuaba y parecía no tener fin, la flota comenzó con la huida. Previamente se hizo una planificación perfecta de cómo se logró abordar a casi toda la población. El ataque a las defensas tuvo exito pero con un margen de destrucción.
Un combatiente traksuliano en tierra pudo ver con antelación el magnífico resplandor en el cielo verde, pero mas asombrado estuvo por ver tantas naves abandonar el planeta y sin poder hacer nada ni pensar si quiera de qué se trataba esa masiva cantidad de maquinas irse.
Solo se perdieron 3 destructores así que el costo fue casi nulo. No se sabe dónde fueron a parar o cuál podría ser su rumbo.
En tierra firme las fuerzas combatientes no pudieron hacer mas nada que sumirse en la desesperación de comprender lo que habían logrado, lo que habían contemplado. Ya no tenían absolutamente nada por lo que pelear o vivir. Se llamó a un tratado de acuerdo entre ambas partes y se tomó la tirste decisión de destruir el planeta.. No había forma de irse o comunicarse, no había razón en sus corazones para intentar hacer posible algo imposible. No hasta que una combinada fuerza de traksulianos que aún creían en el dios Traksulah sabotearan el triste destino que les deparaba. Pero se necesitaban muchas más mentes para hacer resurgir lo que alguna vez fue, lo que alguna vez fue.
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