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Categoría: Terror

Trama Mortal

La vieja casona de portón de acero forjado que se encuentra en la esquina de la cuadra inspiraba temor en todo instante, más aún cuando permanecía envuelta por la niebla matutina, se decían tantas cosas de ella que era difícil saber cual era la realidad, en lo único que concordaban los rumores era que en ella habían ocurrido sucesos capaces de perturbar a toda persona interesada en conocer su historia, no digamos a los que la vivieron. Del interior de la casona no se desprendían gritos desesperados o quejidos agónicos, era todo lo contrario, permanecía silenciosa desde hacia vente años, no obstante de la aparente calma, jamás se podía respirar un poco de paz en el amplio jardín. La fachada principal que en un tiempo fue blanca, en la actualidad se encontraba empolvada, siendo la muestra infalible de su total abandono.
Pilar al observar la casona experimento un escalofrió producto del miedo que le inspiro, no obstante tenía la inquietud de conocer la historia de Lázaro al que llamaron “El sádico” Apodo que se gano a pulso por haber sembrado la muerte a su paso, y quien fuera el antiguo dueño de la vieja casona. La bella e incomparable muchacha se alejo sin imaginar que en el desván de la tétrica construcción, permanecía el empolvado beliz que guardaba el vestido de novia de la mujer que contrajo nupcias con Lázaro, aún y cuando parezca irónico esta fue la prenda que lucio el esbelto cuerpo de Elena, y en la actualidad era la única evidencia que quedaba de todos sus sueños que por desgracia terminaron en tragedia. ¿Qué era lo que había sucedido para que el sótano de la vieja casona se convirtiera en el castillo de la princesa que soñaba en encontrar a su príncipe azul?
Solamente lo sabía el Sádico que había enviudado unos meses después de casado. En aquella época su comportamiento parecía perfecto y quizá lo fue, pero sus obscuros y turbios instintos florecieron repentinamente al imaginar que a sus años había vivido muy pocas emociones. 
El sádico se le podía observar constantemente en cualquier cantina tomando licor y en estos instantes se encontraba frente al mugriento espejo observando su sucio rostro cubierto por la desordenada barba, las arrugas ya comenzaban a surcarle la frente, sus ojos perdían el brillo y las mujeres ya no lo pretendían como en su juventud y sumergido en la soledad vivía de recuerdos. Con la manga de la camisa limpio el espejo para observar con claridad el deprimente estado en el que se encontraba. Su perturbada imaginación continuaba atado a los recuerdos, las cálidas noches le eran exageradamente atractivas para revivir el pasado y proceder a seducir a alguna jovencita. Para ello necesitaba recuperar un poco de su belleza perdida, también dejar el vicio del alcohol, o por lo menos dominarlo y no ser dominado. Por el dinero ya no tenía que preocuparse, le acababan de notificar que era el único heredero de la pequeña fortuna de su difunto padre que murió en el abandono pronunciando su nombre.
Aún cuando había caído hasta el fundo de la perdición, la vida siempre ofrece una segunda oportunidad a las alimañas, en esta ocasión no fue la acepción. Con el futuro totalmente resuelto, suspirante recordó que a menudo cualquier granuja se sentía importante humillándolo al recordarle el despilfarro de sus bienes.
En medio de un frenesí de jubilo estuvo a punto de gritar a los cuatro vientos que era nuevamente un hombre rico, no obstante en su seca garganta se ahogo todos sonido de alegría y decidió pasar desapercibido como ya era una costumbre. 
Unos toquidos en la puerta lo pusieron de mal humor, imaginando que algún vecino tendría la osadía de molestarlo, enfurecido abrió la puerta.
- Creo que necesitas escuchar las noticias que traigo – le comentaron a Lázaro, mientras que Israel pasaba a la sala sin previa invitación y tomó asiento en uno de los viejos sofás.
- Ya te dije lo que deseo - puntualizo el anfitrión -; hace una semana que quedamos en algo y a la fecha no miro resultados. ¿Qué opinas de los escritos que te preste? 
- Solamente son memorias de un ser repugnante, es como le puedo llamar a todo lo que escribes, discúlpame pero no le puedo dar el nombre de diario porque en ocasiones ni la fecha precisas y solamente te falto escribir tu carta póstuma para que sea una verdadera tragedia.
- No tengo la intención de precisar el día en que ocurrieron, ni la fecha en que moriré, para mi lo importante es conservar frescos los recuerdos sin importar la fecha en que ocurrieron.
- Eso quiere decir que las aparentes coincidencias de las desgracias de aquellas jovencitas, tu las planeaste, o solamente especulo más de lo que en realidad se encuentra en tus escritos, créeme que los he estudiado profundamente y ya tengo una idea clara de lo que en realidad pretendes. ¿Por qué no te olvidas de todo? 
- Aún no he realizado nada novedoso que acapare la atención de los periodistas que se la pasan husmeando en todo rincón buscando la nota más controversial para proceder a publicarla en primera plana, eso quiere decir que necesito esforzarme un poco más. 
- Todas las tardes el área de trabajo en la que laboro se encuentra desolada y tranquila, todos salen a la hora señalada, únicamente se queda Lourdes, disque pretende subir de puesto, aún no comprende que mientras se mata trabajando para satisfacer a la obesa de la jefe, otras suben por meritos muy diferentes, me ha comentado que llega agotada a su casa sin ganas de conversar ni atender a nadie. Tal pareciera que le importa más lo material que lo sentimental, bueno en el fondo posee un noble corazón; todo lo que hace es para brindarle una mejor vida a su desamparada madre que se encuentra en silla de ruedas. ¿Dime sino es la materia prima que andas buscando? 
- ¿Se encuentra casada?
- Si, es madre de dos hijos.
- Descártala, deseo que sea una mujer sin hijos.
- ¿Creo que no te he comentado todo de ella, tiene un comportamiento de lunática nata. 
- ¿Y que de raro tiene? La gran mayoría reacciona de una forma negativa ante la influencia de la luna.
- Ella no necesita ninguna influencia, esta es su esencia, sueña con los triunfos ajenos y los hacen propios sin serlos. 
- Ella no me interesa, se encuentra frustrada y traumada, a demás me dices que trata de hacerse a la simpática con la obesa de tu jefa. 
- Si, pero solamente es hipocresía, me encuentro seguro que si la obesa no ocupara el puesto que tiene, ni voltearían a mirarla, su asqueroso perfume se introduce hasta lo más profundo de los pulmones que en poco tiempo el dolor de cabeza se hace presente. 
- Ya te dije que la descartes. ¿Qué otras opciones tienes?
- Tal vez Marcela llene tus expectativas, tal parece que se encuentra alerta en todos los pormenores y es de vital importancia para correr a chismear lo que ocurre, no puede ocultar su frustración y con mirada quisquillosa observa a su alrededor esperando con ansía descubrir algo novedoso. Esta actitud me repugna y he tomado la decisión de convivir lo menos posible con su persona.
- No, simplemente no, debe de existir algo más acorde con mis necesidades.
- Ten paciencia, no te desesperes que en la oficina hay material para que elijas a tu libre albedrio, si tampoco Marcela reúne tus expectativas, se encuentra Manolo que no para de platicar haciendo el ambiente laboral un mercado donde los gritos son el pan de cada día, imagina que ser importante es ser populistas sin importar que tipo de popularidad cultive. Cuando se habla de convivios es el primero que se apunta y por supuesto que no puede faltar, esto sujeto se siente galán e importante sin serlo, lástima que no se de cuenta de su realidad, sino fuera el protegidos de la gorda gruñona ya hubiera perdido el empleo. Manolo ha externaba haber pertenecido a una pandilla juvenil, que se dedicaba a degradar la imagen de la cuidad pintarrajeándola, que lastima que este tipo de delincuentes se encuentren en una oficina y no en la cárcel. Si acaso deseas seres más miserables, puedes buscar a los ladrones que en días pasados se introdujeron en mi departamento y sustrajeron todas las alhajas que tenía, en realidad no eran muchas, pero eran mías y mi trabajo me costo comprarlas, si ellos te interesan te puedo decir quienes son y donde los puedes encontrar. 
- Tú sabes que me encuentro cansado de tratar con sabandijas, deseo una muchacha ejemplar, bien portada. Pero ya hablaste mucho de tus compañeros de trabajo ¿Qué me puedes decir de tu persona?
- ¿De mi persona? - preguntó confundido -; acaso deseas matarme.
- No, me refiero a tu comportamiento, debes de tener amigas bien intencionadas.
- Eso me hubieras dicho desde un principio, así ya cambia el panorama. No te molestes por lo que te voy a decir pero eres un demente que acertadamente te llamarón el sádico. 
- Yo tengo mis motivos para encontrarme frustrado. ¿Cuáles son los tuyos? seguramente no eres un pan de dios y por ello tienes veinte años en el mismo puesto, además recuerda que me debes un favor que aún no te cobro. 
- Por que me lo recuerdas, sabes que me encuentro estancado como las carretas en el fango, he buscado una explicación a este problema y por extraño que parezca no he encontrado la respuesta.
- Basta de tonterías, a quien me recomiendas.
- Que dios me perdone por involucrar a una inocente muchacha, la que buscas se llama Pilar, ella reúne todas las características que tienes en mente.
- Mira que fácil era todo, te agradezco por la información que me has proporcionado. Como prueba de mi gratitud seré un poco generoso con tu persona; ¿Fumas? ¿Eres mujeriego? ¿Acudes a eventos sociales donde te embriagas a más no poder?
- Nada de eso, soy todo lo contrario. 
En labios de Lázaro se dibujo una sonrisa, camino unos pasos y luego regreso para aconsejar:
- Según mi apreciación, tu no has tenido éxito en tu trabajo porque no convives con la escoria de la sociedad, ella es el origen de los grandes compromisos tanto buenos como malos, solamente hay que hacer lo mismo que hacen ellos para ser aceptados en el grupo. Fumar te da un toque de interesante, acudir a fiestas y eventos sociales así como rodearte de mujeres es otra puerta que nos conduce al éxito. Enamorar mujeres son brazos extras que trabajan por ti con solo insinuárselos y la ventaja de beber con alcohólicos de clase, es que te presentan personalidades que en realidad son importantes.
- Oh, maestro eres todo un ejemplo a seguir, hoy he comprendido que soy un principiante a tu lado y me encuentro rodeado de bestias sin capacidad de razonamiento, esos que se sienten descendientes de grandes personalidades sin siquiera conocer sus orígenes. Por eso vivía aislado de los insignificantes e idiotas, pero por lo que me aconsejas tengo que fingir ser igual que ellos.
- O ser igual de insignificante e idiota. 
- Con lo que me comentas, la inspiración se me termino de un tajo, yo no soy un idiota, y ya se me terminaron los ánimos de escuchar tus barbaridades.
- Solamente pretendía ayudarte, pero si mis consejos los tomas a mal, quédate como estas sin importar si es bueno o malo. Yo era una persona que jamás había conocido la pobreza, quizá por ello jamás me había interesado tratar a los que se encuentran inmersa en ella, siempre rodeado de lujos donde todo lo tenía, me hizo perder el piso. Todo lo cambie por los esbeltos cuerpos de las bailarinas que ya te comente miles de veces. 
- Por amor de dios, no me digas eso que a Pilar le fascina la danza clásica. 
- Mi esposa Elena fue la mejor bailarina que han mirado mis ojos, no comprendía que inclinarse a favor de los débiles la hacia más vulnerable que ellos, aún y cuando sabia que no obtendrá nada a cambio se esmeraba en socorrerlos, siempre procedía de esta manera. Recuerdo que sus penetrantes ojos verdes contrastaban con su morena piel, la odiaba y la amaba con locura, no obstante pensaba alejarse de mi lado, pero ni pensarlo. Creo que la inactividad en la que se encontraba la hizo sentir inútil. ¿Como no sentirse así, le di todo a cambio de que dejara la maldita danza?
La noche que pretendía marcharse, cauteloso pero con paso firme fui a su recamara, trague saliva y tome una bocanada de aire para reunir el valor para seguir adelante. Elena ya se encontraba con la maleta en la mano, lista para irse, de sus labios escapo un alargado suspiro al decirme: “Me marcho.” En mi mente aún se encontraba presente el recuerdo del espectáculo de la última victima que corría por el pasillo del solitario cementerio en busca de la salvación, su voz se ahogaba mientras que trataba de encontrar la salida. 
- Guarda tus historias, no me comentes más. Tu debilidad por el sufrimiento ajeno, es realmente repugnante, ello es la causa de que inocentes se encuentren rindiendo cuentas al creador prematuramente. 
- Quizá sea como lo mencionas, pero no todos son igual de inocentes, a Elena le suplique que no se fuera, al no escucharme enloquecí de dolor y la seguí hasta atraparla en la cocina, cargándola en hombros la lleve al sótano de la casona, después cerré la puerta a mi espalda y la arrastre al rincón más oscuro donde la comencé a golpear con tal brutalidad que la sangre comenzó a emanar de su bello y delicado rostro, el vital liquido se mesclaba con la gotera de agua que se desprendía de la vieja tubería. 
Esa noche el aire azoto con fuerza a la casona, confundiendo los quejidos de Elena con el murmullo del viento que silbaba con fuerza. Solamente la deje de golpear cuando su mirada se encontraba perdida en el vacio. Pausadamente tome la toalla de baño para limpiarle el rostro y depositarle un beso en esos ojos que tanto me gustaban. Antes de que muriera, con suplicas y lloriqueos me pedía que no fuera sadico, que le arrebatara la vida de un solo tajo. Por mi parte exigía que llorara y gritara hasta el cansancio, que experimentara el dolor en toda su magnitud. Es de suponerse que estas palabras fueron un detonante para que tratara de escapar del sótano y lo único que logro fue encontrar la muerte más pronto. No obstante del trágico final, en su rostro se reflejo un extraño gesto de paz al encontrar la libertad de forma muy diferente a la que esperaba. Si, se me escapo de las manos. 
- ¿Porque una y otra vez te empeñas en comentarme tu hazaña? Tu improductiva vida te da tiempo para divagar e imaginar este tipo de asesinatos. 
Israel ya no comentó más y salió de la casa, mientras Lázaro reía como loco, ello termino por molestar a los vecinos que irritados le gritaron que guardara para sí sus patéticas carcajadas. El iracundo ser realizo un esfuerzo para contenerse y concentrar su energía en elaborar su plan, no sin antes renegar del proceder de su amigo Israel y entre dientes comentó:
- Maldito cobarde, no se atrevió a tomar la venganza por sus propias manos cuando su esposa lo engaño, le fue mas fácil solicitarme el favor, y ahora se asusta de mi proceder. ¿Por qué no me pregunta como le arrebate la existencia a su mujer? 
Sin comentar más, con paso apresurado se dirigió al viejo escritorio donde se encontraban celosamente guardados todos los escritos en los cuales narraba con lujo de detalle sus atrocidades cometidas, ávido de revivir el pasado comenzó a leerlos. Esta era la forma que disipaba la frustración que sentía cuando Israel no soportaba escuchar sus historias donde confesaba sus más atroces crímenes.
- Anteriormente imaginaba que los escritores se identificaban con el personaje principal de su obra - comentó sonriente -; hoy me encuentro convencido que no solamente se identifican con un personaje, sino con todas y cada una de las palabras que plasma en sus escritos, en ellos expresan su esencia y divulgan a los cuatro vientos sus más íntimos secretos, así como sus frustraciones, pero en un momento determinado los escritos toman un rumbo muy independiente a los del autor.

Que lejos se encontraba Pilar de imaginar que se encontraba asechada por un singular asesino, como se lo dijera la guija cuando se encontraba estudiando; era cierto que por un tiempo la sugestión se apodero de su persona y llego el día que le presto más atención a los consejos de aquel instrumento infernal que a los consejos de sus padres. La sugestión fue la causa de que acompañada con sus tres amigas se dirigieron al cementerio y sobre una tumba depositaron la guija, pronto se encontraron formulándole una serie de preguntas y mientras más profundizaba, la curiosidad engrandecía. Ya les había contestado como se llamaba, quien era, pero al preguntarle el motivo de su muerte, la respuesta los dejo con la boca amarga; les comentó que “usado por el sádico.” En ese instante no comprendieron con claridad lo que pretendía decirles y a pesar del temor que las cubría, las preguntas continuaron. 
Dicen que cualquier espíritu que se encuentra cerca al instante de jugar con este maléfico instrumento se puede presentar, y encontrándose en el panteón donde descansan infinidad de almas, es de suponerse que muchos de ellos pretenderían conversar. Las jovencitas deseando conocer el lugar exacto donde se encontraba sepultada, interrogaron al respecto. La respuesta no fue de su total agrado, les dijo que permanecía a un lado de ellos, y efectivamente en la tumba del lado izquierdo yacía escrito el nombre de la persona que decía ser. Sin pensarlo más salieron huyendo. Después investigaron la vida de la persona que se encontraba enterrada en tan polémico lugar, enterándose que era una niña que había sido violada y estrangulada, era por ello que les había dicho que había muerto usada. 
Desde ese día Pilar soñaba que unas manitas carcomidas de color negruzco semejantes a la carne en estado descomposición, con lentitud se deslizaban bajo la almohada pretendiendo acariciar su rostro, cuatro troncos de arboles huecos sostenían el lecho, igualmente cuatro serpientes se enroscaban en las toscas maderas que suplían las patas de la cama. Los reptiles con lentitud tomaban posición de ataque. La desesperación impedía que Pilar lograra moverse he inevitablemente el veneno de las serpientes pronto circulaba en su cuerpo. Los padres de Pilar que en todo instante se encontraban presentes, no mostraban preocupación alguna cuando la garganta de su hija comenzaba a cerrarse. 
Siempre que Pilar tenía este tipo de pesadillas se preguntaba: ¿Por que no la habían ayudado? La respuesta la encontraba cuando a su mente acudía el recuerdo cuando procedió a encerrar a su madre en el baño y despreocupa se fue a la recamara a descansar, después de un largo rato recordó que su mamá se encontraba encerrada, corriendo se dirigió abrir la puerta. En ese mismo instante le pedio perdón, pero la señora muy molesta le comentó que de haber sabido el trato que le esperaba, ni se le hubiera ocurrido visitarla, y se fue sin aceptar disculpas. Desde ese instante, siempre que Pilar recordaba su maldad, procedía a pedir perdón una y otra vez, no obstante el sentimiento de culpabilidad aumentaba. Su compañera Vanesa le aconsejaba que olvidara este suceso y no se martirizara recordando sus malas acciones, así mismo le sugería que no desquitara su ira contra terceras personas que no tenían nada que ver con sus traumas. 
En cierta forma este tipo de experiencias que había vivido Pilar, era la causa de que se encontrara alerta a toda amenaza y le diera tremenda cachetada a Israel cuando le insinuó que uno de sus amigos pretendía conocerla. Pero su belleza sería una de las causas principales para que el Sádico no desistiera de su propósito e investigara todo acerca de los gustos y preferencias de la muchacha, enterándose de que se encontraba enamorada de un joven llamado Mauricio que se las daba de muy sabio para formular juicios y alertar de los peligros que corría su adorada, no obstante su agudeza para detectar la maldad, le fue imposible escudriñar las intenciones del Sádico y seguía aconsejando a Pilar de una forma tan errónea ya que procedía de forma muy parecida a su abuelo Cándido que afirmaba que las mujeres debían dedicarse únicamente a atender el hogar y olvidarse de lo demás, por ello solamente les permitió aprender a leer y escribir, en cambio a sus hijos les dio la oportunidad de que hicieran lo que quisieran, no obstante al encontrarse en el lecho de muerte comprendió en el error en el que se encontró toda la vida, pues solamente sus hijas se preocuparon por el delicado estado de salud en el que se encontraba, los varones ya le querían aventar la tierra encima encontrándose aún con vida, pero nadie aprende en cabeza ajena.
El celestino de Israel tenía que trabajar en el encargo que le hiciera Lázaro y arreglo todo para que conociera a Pilar, pareciendo que se trataba de una casualidad. 
Desde ese instante corrió por cuenta de Lázaro ganarse la confianza de la muchacha, en realidad no creía que tuviera muchas oportunidades de conquistarla, pero no hay peor lucha que la que no se hace. Como era poseedor de una herencia que le daba margen para divertirse un poco, le comento a Pilar que el día 15 del mes en curso gastaría toda la quincena en complacer todos sus caprichos y solamente regresarían a casa cuando su cartera se encontrara bacía. Ella lo miro sonriente y le comentó que esperaría a que llegara la fecha señalada para constatar lo que acababa de decir.
Cuando por fin llego el día señalado, el Sádico se dirigió a la casa donde vivía Pilar, aún recordaba su negro cabello que hacia contraste con su piel blanca, si esa tersa y su perfumada piel por la que comenzaba a delirar y a escribir su fatal plan. La inocente muchacha le saludo con una retadora sonrisa mientras externaba: 
- Te encuentras listo para derrochar tu quincena en los caprichos de una desconocida.
Por supuesto que sí - contestó Lázaro, saboreando cada una de sus palabras. 
Sin más preámbulo se fueron a refugiar en un café, donde pidieron dos tazas de café capuchino, como era la tendencia del Sádico se enfrasco en historias de misterio y terror, citando en sus comentarios lo que había ocurrido en la vieja casona. Pilar se intereso de sobremanera en todo lo que escuchaba que en poco tiempo se encontraba cautivada por las palabras de Lázaro.
Después del café pasaron al vino y al calor de las copas, el Sádico trato de llevarla a sus dominio, sabia que si le daba tiempo para que reflexionara lo que estaba ocurriendo, jamás volvería a tener otra oportunidad igual. Con delicadeza le comentó que deseaba que lo acompañara a la vieja casona. La repentina invitación hizo que Pilar se asusto un poco, pero un par de copas más, fueron suficiente para que perdiera por completo el miedo y se armo de valor y comentó:
- Hay algo más misterioso que la vieja casona, se trata del torreón que se encuentra en la entrada del cementerio. 
- Esta bien, en vez de ir a la vieja casona iremos al torreón, pero antes de encontrarnos en ese lugar necesito que me digas que tiene de misterioso y por que pretendes ir a ese lugar.
- Cuando era niña me contaban que en una tétrica noche, un ser sin escrúpulos se dirigió al cementerio, en tres ocasiones llamo al señor de las tinieblas. El aire mugió entre los arboles cómo un enfurecido toro, las aves nocturnas dejaron de cantar y en un silencio sepulcral se dejo escuchar una cavernosa voz que decía: 
- Que es lo que deseas insignificante mortal. 
Encontrándose consiente que se trataba de un ángel caído, fue muy breve y dijo: - Disculpa señor, creí que te presentarías de una forma más honrosa y quizá te podría mirar.
- Trata de ser breve que entre más palabras utilices más difícil te será pagar por el favor recibido – le comentaron.
- Necesito que elabores un torreón – contesto el señor. 
- Tú deseo será cumplido antes de que cante el primer gallo - con voz bravía le contestaron -; a cambio del favor recibido, en el torreón que construiré sacrificaras a lo que más amas en la vida y con el transcurso de los años en el mismo torreón lo podrás recuperar lo perdido, no te preocupes por tu alma que mi corte infernal jamás te molestara, además te recompensaran con la sabiduría que envidiaría el mismo Rey Salomón. 
Un repentino pavor invadió al intrépido y estuvo a punto de renunciar pero una parvada de buitres volaba sobre su cabeza amenazando con arrancarle los ojos. Sin contar con otra opción cerro el pactó firmando con su propia sangre. Con el alma en un hilo se alejaba si decir en que lugar quería el torreón, solamente una vez volteo hacia atrás y observo que en el lugar del pacto se comenzaba a erguir la construcción.
- No te creo lo que dices – comentó divertido Lázaro -; varias versiones se han contado de la construcción del torreón y en la actualidad no se sabe cual es la verdadera. Algunas personas afirmas que se construyo en siete años, pero se ignora su antigüedad. 
- No he terminado con el relato – agrego Pilar -; la leyenda dice que fue en siete minutos y en la actualidad se encuentra habitada por un anciano ciego mayor de cien años el cual pago con sus ojos por la obra en la que hoy vive. Te parece si vamos a visitar el torreón, conocemos el anciano y que el sea quien nos cuente lo que en realidad sucedió.
Ya no se comentó más, la pareja salió del café con rumbo al torreón. En el rostro del Sádico se reflejaba una sonrisa de satisfacción, jamás se le había presentado una oportunidad semejante para cometer su fechoría. 
- Oh, Pilar, nuevamente te doy las gracias por venirme a visitar a este pobre viejo – externó el anciano que se encontraba en la puerta del torreón -; como se llama el amigo que te acompaña.
- Lázaro – contesto pilar. 
- Me comentaste que no lo conocías – externó extrañado Lázaro. Sin darle mucha importancia a lo que estaba ocurriendo se dirigió al anciano - ¿Es cierto lo que me comenta Pilar del torreón? 
- Ni me lo recuerdes – comentó el ciego -; guarda tus comentarios para cuando caiga la obscuridad. 
- ¿Por qué hasta al anochecer? - indagó Lázaro -; no tiene motivos para desconfiar de mi persona. 
- Mi existencia ya no tiene caso, pero la tuya sí – contestó -; solamente espero la muerte o encontrar lo perdido.
- Siempre supe que conocería a una persona con estas características – externó Lázaro -; si estima que soy digno de conocer la historia del torreón, con gusto lo escuchare. 
- No es tan fácil explicártelo con unas cuantas palabras, todo comenzó cuando leí un breve pasaje del Apocalipsis, con ello mi vida cambio radical mente; en mi mente perdura como tatuaje imborrable lo siguiente: “Cuando el cordero abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente que decía: “Ven”. ……. Mire, y vi un caballo amarillo. El que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el infierno lo sigue de cerca.”
- Ba, solamente son tonterías, mi amigo Israel me comentó algo parecido, jamás e comprendí la razón por la cual por siete años se quemo las pestañas estudiando una carrera si terminaría sujestionado por lo que se encuentra escrito en el apocalipsis. 
- Hoy por hoy muchos le temen al juicio final a la obscuridad y largos pasillos de los cementerios y por que no incluir el torreón – comentó el anciano -; se rumoran muchas historias sobre este lugar, tu conocerás la verdadera y comprobaras en carne propia que no se trata de un mito.
- Me causas mucha gracia lo que comentas, todos los de tu edad pierden el tiempo con este tipo de historias, pero no hay que descartar que cuente con algo formidable también me inclino por ellas. 
- Ha pasado un siglo y de aquellas personas que me conocieron solamente quedan huesos y casi logro olvidar que existieron, pero tu nombre perdurara mientras se pronuncie el torreón y la vieja casona.
- ¿La vieja casona? - preguntó nervioso.
- Como lo escuchaste, yo creo en la historia de la vieja casona ¿Por qué no has de creer en la del torreón? El arrebatar vidas, liga nuestra existencia que toma un matiz muy diferente, digamos que sin rumbo y dirección.
Al instante que el ciego termino el comentario, Pilar salió del torreón procediendo a cerrar la puerta por fuera y sin realizar ningún comentario se alejo dejándolos encerrados en la más completa obscuridad. 
- Tu conoces muy bien la casona y yo todos los recovecos del torreón, no necesito de la luz para moverme en el mismo, porque este es mi dominio. No se trata de una mala pasada de esas que te suele jugar el destino cuando te levantas con el pie izquierdo. En este lugar pagaras por todos los crímenes que has realizado, igual como las hiciste sufrir, experimentaras en carne propia el dolor, y por que no adelantarte y revelarte tu final: Morirás estrangulado como lo hiciste con la inocente niña que se encuentra en pena externando que murió usada. 
En la obscura construcción, los ojos de lázaro brillaron con furia. El anciano había dejado de hablar y un espeluznante silencio se hizo presente. 
- Solamente nos encontramos tú y yo – comentó Lázaro -; mañana que despierte pensare que tu invitación al torreón fue muy divertida. Maldito ciego, ni tu ni yo miramos lo que esta sucediendo por lo que has de saber que nos encontramos en las mismas condiciones.
- No me subestimes que nos encontramos en mi territorio y para un ciego como yo, no hay nada oculto en el torreón, después de estrangularte con mis propias manos y sacarte los ojos, los colocare en mis cuencas y si logro recuperar lo que un día los buitres me arrebataron es porque en esta ocasión Pilar elija la persona indicada.

Datos del Cuento
  • Categoría: Terror
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