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Tras las cartas

“¿Crees que me ha olvidado?” suspiró la mujer, sentada delante de ella. Había un dolor soterrado en capas y capas de maquillaje, un dolor que había jugado en su tez a escarbar profundas arrugas de amargura en la comisura de sus labios y en la frontera de sus ojos, que pugnaba por salir fuera y que en ese momento estaba tañendo sus cuerdas vocales, tornando la pregunta en un acorde marchito. La mujer, de la que sabía su signo y su vida pero no su nombre, la miró interrogante, casi como un becerro a punto de ser degollado.
Las cartas no mentían: él la había olvidado. Rasgó veinte años de matrimonio, segando de paso la felicidad de ella, para caminar al lado de un trasero firme, unos muslos bien torneados y una mirada lasciva. Una mañana él había tomado conciencia de lo corta que era la vida, del vacío de pasión entre las arrugas de las sábanas, del aliento frío que desprenden dos cuerpos juntos por demasiados años, de lo poderosa que resulta la fuerza de la gravedad y decidió buscar alguien que volviese a su lugar uno de los pilares de su existencia. Lanzó una disimulada mueca a las cartas: típico y desalentador; y ella no quería leer folletines a través de los astros y dibujar con sus palabras un paisaje de futuro sembrado de amargura.
- Su exmarido...su exmarido, señora, ahora no importa; debe mirar para su felicidad: aparecerá otra persona en su vida que le va a llevar la paz y la luz. –le dijo con una melosa voz que la hacía creíble y que sumergía a sus clientes en la visión de sus labios en movimiento.
– ¿De veras? ¿Y mi exmarido? Yo aún le quiero… - la pitonisa casi deseó convertir la boca de su cliente en un buzón y echar allí sus cartas, ¿Qué más quería qué un nuevo amor?
- Olvídese de su exmarido o pasará a querer a un muerto. –Respondió intentando no perder los nervios- Esta noche perecerá al golpearse la cabeza contra el suelo por haber pisado su propio preservativo usado.
- Fíjese, es que mi Juan fue siempre un poco...cerdo. Pues nada, que me olvida de él me dice. Pero a ver, ¿cuándo va a aparecer esa persona nueva en mi vida?
- Pues...será la próxima persona que camine delante de la puerta –y cruzó los dedos debajo de la mesa y del mantel de terciopelo rojo, lamentando interiormente las prisas del mundo actual, al tiempo que se oían los pasos cada vez más cerca, más cerca, más...
-Pero oiga, eso era una mujer... - le dijo sorprendida a la pitonisa, que delante de ella, seguía luciendo su misma expresión solemne.
- Pero esa mujer se encuentra muy sola y necesita también la luz del amor. Ya va siendo hora que revise sus gustos, porque ha estado toda su vida equivocada –salió del paso, al tiempo que colocaba su mano, firme y suave al mismo tiempo, encima del brazo de su clienta.
La mujer notó una sensación nueva en aquel contacto, un cosquilleo difuminado que elevó su vello hacia el techo y que la transportó por unos segundos por sendas de placidez. Exhaló un disimulado suspiro y recordó las pocas veces que realmente se había sentido dichosa –feliz, llena, salvaje, extasiada- entre las sábanas, y la ausencia de sabiduría de su ex marido, que en contadas ocasiones había sabido transportarla al séptimo cielo en su nave espacial (nave que en los últimos años precisaba de un buen arreglo, pero ella callaba para no ofender).
Empezó a suponer que realmente había equivocado su elección –si se lo decía aquella gitana de voz melosa, bien podía ser verdad- y le entraron prisas por correr tras el nuevo amor de su vida, que había pasado fugaz ante la puerta y que amenazaba con perderse entre las calles del casco antiguo de la ciudad. Se levantó sin demora, sorda a la voz de la pitonisa que había perdido su encanto y le exigía que le pagase la lectura de cartas (en realidad, la feliz historia que le había tejido sólo para ella con los hilos de su imaginación) y empezó a correr calle abajo, abandonando, recostada en la silla, su antigua vida, sepultada por una capa de sano olvido.
Datos del Cuento
  • Autor: Vet
  • Código: 6764
  • Fecha: 25-01-2004
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5.56
  • Votos: 81
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2947
  • Valoración:
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