PRIMERA CARTA (SON 14)
RS, 2 de junio de 1.991.
Querida Mabel:
Hacen ya muchos años que continúo olvidándote todos los días. Sí, varias veces por día me prometo olvidarte. Tratase de una fuerte batalla y el olvido hasta hoy no ha ganado una vez siquiera. El recuerdo es más fuerte y comprime mí pecho provocando dolor. En el comienzo era una pequeña llama, hoy es como una erupción volcánica, muy fuerte.
Muchas veces yo salía de la facultad e iba para la orilla del río. Me quedaba horas curtiendo mí soledad y deseando revivir un hermoso pasado. Revivía aquél corto espacio de tiempo que juntos estuvimos. Aquella playa, la puesta del sol que se reflejaba en las olas del mar… Todo era lindo. Los últimos rayos del sol acariciaban tu rostro realzando tu mirada contemplativa. Bajo el manto misterioso de aquellas lindas tardes yo buscaba adivinar tú pensamiento. Dialogo lacónico… Susurros del silencio… Éramos felices. Apenas nos tocábamos y, eventualmente se cruzaban nuestros ojos. Instantes de deleite mental. Tú eras mí poema preferido.
Necesito que vengas llenar el vacío de mí pecho, pues la memoria continúa poblada de tus recuerdos.
Espero que un día tú puedas leer mis reclamos.
Rogando al Señor que te cuide, te abrazo con amor y esperanza.
Bailarino.