Tres Originales Diseños.

(Evolución o Creación?. 12)

Exactamente, nadie sabe cuántas especies de vida hay sobre la Tierra, algunos cálculos dicen alrededor de dos millones a unos cien millones, según ‘Wildlife in Changing World - An Analysis of the 2008 IUCN Red list of Threatened Species, 2009, pg. 6’. Y lo más importante es que cada especie nos enseña algo nuevo día a día cuando se estudian a profundidad. En los últimos años  los científicos han aprendido, en un sentido muy real, de los animales y plantas para imitar las características de los seres vivos en un intento de crear nuevos productos y también para mejorar los ya existentes. A esta disciplina o estudios se le llama o se le conoce con el nombre de Biomimética. Por eso debemos de pensar en lo siguiente: Si la copia de manufacturación que realizan los humanos basados en los organismos y tejidos de animales y plantas, require de un diseñador, ¿no lo necesita también el original?. Veamos tres ejemplos, en fibras, en navegación y en lentes que nos ayudan a razonar que el producto original, natural, tiene que tener un diseñador inteligente para haberlo fabricado o creado.

Las Fibras: Producto artificial, copia: El keviar es una fibra sintética muy resistente utilizada en la fabricación de chalecos antibalas y otros artículos. Su produción exige el empleo de altas temperaturas y disolventes peligrosos.

Producto natural, original: Las arañas orbitelares segregan siete tipos de seda, siendo la más resistente la del hilo de seguridad, conocida también como seda “Dragline”. Aunque más liviana que el algodón, esta es, gramo a gramo, más resistente que el acero y más fuerte que el keviar. Una telaraña del tamaño de un campo de fútbol tejida con hilos de un centímetro, 0.4 pulgadas, de grosor dispuestos a 4 centímetros, 1,6 pulgadas, de distancia unos de otros podría detener un jumbo en pleno vuelo. La araña produce dicha seda a temperatura ambiente utilizando agua como disolvente.

La Navegación: Producto artificial, copia:  Los aviones de algunas aerolíneas comerciales cuentan con sistemas de piloto automático computarizado que, además de guiarlos en vuelos internacionales, pueden efectuar el aterrizaje. La computadora de un piloto automático experimental tiene el tamaño aproximado de una tarjeta de crédito.

Producto natural, original: La mariposa monarca, cuyo cerebro es del tamaño de la punta de un bolígrafo, recorre tres mil kilómetros, o sea unas mil ochocientas millas, desde Canadá hasta una pequeña zona boscosa de México. Es capaz de reajustar el rumbo de acuerdo con la trayectoria del Sol, del cual se sirve para orientarse.

Los Lentes: Producto artificial, copia: Los ingenieros han inventado un ojo que contiene ocho mil quinientos lentes, ensamblados en un área del tamaño de la cabeza de un alfiler. Los lentes de este tipo pueden aplicarse a detectores de movimiento de alta velocidad y cámaras multidireccionales ultradelgadas.

Producto natural, original: El ojo de una libélula posee unos treinta mil  lentes, cada uno de los cuales produce imágenes que se combinan para crear una amplia vision de mosaico. El ojo de la libélula tiene una capacidad extraordinaria para detectar movimientos.

La conclusion lógica, tras analizar estas pruebas comparativas entre productos artificiales, copias, que requieren de un cerebro inteligente y diseño para construírlas y el producto natural, original, que también requieren de un diseñador super inteligente para hacerlas, nos hacen compartir el mismo sentir que el escritor bíblico Pablo expresó en su carta a los Romanos, capítulo 1, versículos 19 y 20: “Las cualidades invisibles de (Dios) se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad”. La naturaleza, el conjunto de cosas creadas, nos ayudan a apoyar la creación de Jehová Dios, que con su sabiduría ha hecho todas las cosas. Salmo 104:24.