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Tu Mentira...

Por que burlaste el amor que yo te entregaba, si de verdad yo te amaba... así comencé a decirle, mientras veía como sus ojos se llenaban de lágrimas, y caía, me llené de fuerzas para que no me viera llorar, no sé por que no fuiste sincero, por que jugaste con mis sentimientos, parecía que cada palabra que yo le decía, le retorcía la consciencia, desde hacía un tiempo, lo notaba distante, ya no era el mismo, encontraba en el algo distinto, me escondía la mirada, y eso me dio motivos para dudar, comencé a hacerle preguntas de las cuales yo sabía la verdad, y fue cayendo en muchas contradicciones, es que yo te lo iba a decir, es que yo pensé que... es que yo... es que yo... siempre tenía excusas para todas mis preguntas, nunca fui una mujer posesiva, al contrario, mis amigas decían que quizás le daba mucha libertad y eso era malo, yo pensaba distinto, ambos trabajábamos, yo no soy buena para salir, prefiero en mis días de descanso, ver una buena película o leer un buen libro, yo sabía que eso a el lo ahogaba, la casa lo cansaba me decía, a mi poco me importaba, por que nunca dudé de el, siempre teníamos mucha confianza el uno con el otro, me gustaban sus amigos y a pesar de que la mayoría eran solteros, no los veía como rivales, pensé siempre que el sabía la mujer que tenía a su lado, y que así me valoraba, pero comprendí que estaba equivocada, un día me di cuenta de que estaba sola, y no pensé que ese momento llegaría, fue como despertar de un largo sueño y encontrarse sola, llegaba de la oficina y encontraba en la casa un hielo enorme que me hacía caer en depresión, el llegaba en las noches cansado, y ya dormida, no le pedía ninguna explicación para no deteriorar más la relación pensaba, pero falso, el se convirtió de un día para otro en mi peor enemigo, no sabía que le pasaba, todo lo que yo hacía le molestaba, muchas veces me llamaba la atención por cosas sin sentido, yo callaba, nuevamente por temor a deteriorar más la relación, aunque parezca chiste, era cierto, no quería perderlo pero me estaba hundiendo más cada día, y mi cabeza pensaba que era yo la que estaba mal, que quizás por mi trabajo lo había descuidado mucho, pero no, siempre había trabajado lo mismo, y nunca había sido impedimento para encontrar nuestro amor, trabajábamos las mismas horas, y al llegar a casa juntos, nos amábamos y nos entregábamos uno al otro, pero todo cambio, ya no nos veíamos, un día en que el fue de visita a la casa de su mamá, me preguntó si iba a ir con el, tenía cosas pendientes, y le comenté que iría más tarde, el me dijo que me esperaba allá, pensé en no ir, por que mi suegra me llenaba de preguntas que no quería contestar, pero accedí a ir igual, terminé antes de lo previsto y me dirigí a la casa de ella, al llegar no había nadie, y me preocupé, me quedé en el auto, pensando donde podrían estar todos, sin encontrar respuesta me devolví a mi casa, en el camino, me encontré con una amiga con la que comencé a conversar, me preguntó por mi marido, y le conté lo sucedido, pero agregué lo que sucedía en mi casa con el, sé que eran problemas familiares y que como se dice la ropa sucia se lava en casa, pero de verdad me sentía mal y sin muchos detalles le conté lo alejado que estaba el, ella me miró y me invitó a su casa, nos fuimos caminando, conversando, ella escuchaba atenta mis relatos, sin hacerme ninguna pregunta, al llegar a su casa, nos servimos un café, a esa altura de la conversación ya sentía caer por mis mejillas una de las muchas lágrimas que he llorado por el, al tener un segundo de silencio, un poco más descargada de todo el peso que llevaba en mi interior, respiré profundo sin ceer nunca que iba a escuchar lo que esta me dijo, ella también respiró profundo y me miró con ojos de lástima, le expliqué que no quería que nadie sintiera lástima por mi al contrario quería que me dieran fuerza para poder, pedirle una explicación o algo que me dijera lo que le estaba sucediendo, ella me dijo: me hubiera gustado no tener que ser yo quien te lo dijera pero ante tu dolor creo que es mejor que lo sepas, una vez alguien me dijo que una amiga no era la que te decía las cosas que no te dolían, al contrario una amiga era la que te decía las cosas, aunque te dolieran, y comenzó su relato, cada palabra era una flecha que cruzaba entero mi corazón, no podía creer lo que me estaba diciendo, mi amor mi gran amor, aquel amor que le había dado todo me estaba engañando, y no era capaz de decirmelo en mi cara quizás por temor a herirme, pero a esa altura sus gestos, sus palabras hirientes me habían ido matando poco a poco, al terminar con todos los detalles que nos podemos imaginar, me levanté como pude y caminé sin rumbo, había dejado el auto en casa de mi suegra, así llegué a una iglesia, entré y oré, volví a mi casa, a pesar de que era ya muy tarde el aún no llegaba, y comencé a imaginar que quizás otra estaba entre sus brazos, otra estaba sintiendo su olor a hombre, pensé que moriría todo se me derrumbó, ese día lloré,lloré y lloré, cuando el llegó no sabía que hacer, me hice la dormida, y ni siquiera recibí una caricia, un beso, nada, entendí que el amor por mi había muerto, dejé que se acostara a mi lado, ahí estaba, no me abrazó que dolor Dios mío sentía, que hazco me dio al pensar que el podría venir de un motel, o quizás en el auto, no sé me imaginé muchas cosas, hasta que me dormí envuelta en lágrimas, al día siguiente me levante, me di un baño y me tomé un café, que pudiera quemar el dolor que estaba sintiendo, no quice decirle nada, pensé que lo mejor sería averiguarlo yo misma, ese día me dijo que iba a tomar unas cervezas con un amigo, no escuché ni su nombre sólo asentí con la cabeza, sin importarle siquiera y sin ninguna pregunta salió, cerró la puerta y se fue, opté por seguirlo, y había llamado a una amiga, para que fueramos en su auto, y no nos descubriera, sentía que había llegado muy bajo al estar haciendo esto, pero tenía que verlo con mis propios ojos, quizás era verdad que se iba a juntar con un amigo, y caería en el juego de la estupidez, por estar siguiendolo, después de unas cuadras, paró el auto en un lugar donde no había ningun lugar para servirse algo, no se bajó del vehículo y pensé que podría estar esperando realmente a un amigo, que no tuviera auto, no se, ya no sabía que pensar lo único que no quería era ceer en lo que me habían dicho, pasaron como 5 minutos aprox. y ahí estaba ella, una mujer hermosa, alta, delgada y de facciones muy lindas, mi amiga me decía que me bajara y le pidiera ahí en el hecho una explicación, pero no, sólo observé como la besó al subirse al auto, y me derrumbé, mi amiga me decía que la tirara del pelo y que la bajara del auto, pero no, yo era diferente, aquí el que me debía una explicación era el, pero no delante de todos, en la casa como correspondía, ya no me importaba que me dijera por que lo había seguido, ya no me importaba nada, cuando llegó a casa, le pregunté primero que nada por que , por que a mi... supo de inmediato a lo que me refería y calló, no supo que contestar, le dije que ya lo sabía todo, y que quizás hubieramos podido evitar el dolor mi dolor...
Datos del Cuento
  • Autor: Tiare
  • Código: 10393
  • Fecha: 10-08-2004
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5.88
  • Votos: 51
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4277
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1 comentarios. Página 1 de 1
Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 10-08-2004 00:00:00

Tiare: Otra vez estoy contigo. Tal vez tú no compartías cosas con él como salir juntos (preferías quedarte en casa) pero debió ser sincero contigo. Cuando te engañan es más doloroso. Es preferible que te digan ... “Mira, lo nuestro no funciona sigue tu camino y yo el mío”. Supongo que tú no tienes hijos ... eso hace más fácil hacer lo que se debe hacer (separarse). ¡Tranquila! ... el dolor de una traición “aniquila” cualquier enamoramiento. Mañana alguien va a quererte de verdad y tú vas a agradecer a Dios que te haya abierto los ojos hoy. Ten fe Tiare ... el amor puede estar doblando aquella esquina. Joaquín

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