Estaba cayendo la noche, lentamente. El clima era cálido y no sÓlo afuera. Adentro tambiÉn.
Eramos mi mujer y yo, y ese aire de complicidad en las miradas.
Mientras yo preparaba algo rápido para la cena, ella preparaba la mesa y de tanto en tanto se acercaba a mi por detrás, y mi besaba en la espalda.
De pronto, me afloró ese sentimiento casi casi instintivo: las ganas de seguir con ese beso.
"No tengo tanto hambre" pensé. La cena puede esperar. Yo sabía que mi amada siempre recibía bien predispuesta mis lujurias, mi hambre de su piel.
Ella estaba en el living, viendo el noticioso; de pie.
Me acerco despacio y silenciosamente, no me oye por estar concentrada en la tv.
Mi mano no aguanta más, mi piel no quiere estar sola; quiere fundirse a la suya. Mi amada, mi mujer, mi hembra.
Le tomo suave por la cintura, por detrás. Mi mano devora los centímetros que nos separan, pero no le abrazo. Mi boca besa sus cabellos, y de repente recuerdo la suavidad de la seda. Mi sentido olfativo no es muy bueno, pero aún asi: siento el perfume de mi amor, del ángel que enfría mis infiernos.
Le beso despacio el cuello. Y ella se estremece completamente, levantando la cabeza y acelerando su respiracion. La mía esta la borde de la explosión, como asi tambien mis pezones, que tienen la cualidad de conseguir la dureza de la mas estimulante de las erecciones. A ella le vuelve loca eso, devora mis pechos como si fuera el mas rico manjar.
Le doy vuelta y le pongo frente a frente conmigo.
Que delicia mirarle excitada, con el deseo en su lengua espectante para encontrarse con la mía.
Ya no importa la cena, ni la teve.
Me gusta, la deseo. Mis manos tocan sus pechos que ya estan duritos. Las suyas tocan los mÍos.
No puedo mas. Estoy casi gimiendo de placer y le llevo pronto contra la pared.
Y mis labios en los suyos, nuestras lenguas no quieren hacer mas que tocarse, que entrelazarse.
Amor, te deseoo....
Le saco la remera y el corpiño.
Mi pierna sube y mi rodilla aprieta su sexo. Puedo sentir el calor emanante.
Quiero tu sal en mi boca, quiero sentirte con mis labios...
Pero tus pechos están en mis labios ahora. Que rica piel, esa anatomía tuya que sólo yo estoy tocando. Gime mi hembra, se mueve. Sé que esta loca de deseo. Mi mano toca el otro pezón, despacito y lentamente. Mi lengua acaricia el otro como si fuera de porcelana, muy suave.
Le quiero enloquecer. Por eso, me despego de ella y le dejo ahi, sola. Me voy a la habitación sin decirle nada.
Consigo enloquecerle. Como no? Está tan caliente y tan excitada que no puede aceptar mi acción o mi inacción...
Por eso va detrás mío. Ni siquiera llego a la puerta de la pieza.
Me agarró tan fuerte por atrás que me hizo daño. Quien diría que el dolor me excitaría mas?
"Adonde creés que vas?" Me dice ella.
Y me arrincona en la pared. Me gustan los juegos, las luchitas.
Asi que ofrezco resistencia. Le grito en silencio que quiero que tome la iniciativa.
"Yo te deseo y vas a ser mía" Me dijo. ME abre la camisa en forma violenta, volando por el aire los tres primeros botones. Me saca el corpiño y lo tira como algo inservible.
"Me muero porque me haga el amor" La amo y la deseo cada día mas.
Su lengua en mi pezón me hace darme cuenta de la humedad de mi sexo, que moja mi ropa interior.
Le acaricio la cabeza y miro lo que hace en mis pechos.
Mi mano desea su piel, y recorre su espalda, se que es su punto especial. Puedo ver su reacción y sentir como quiere comerme los pechos, con succión casi desesperada.
"Quedate siempre conmigo, no te alejes"
Pero le alejo yo de repente con las dos manos en su cintura.
Logro escabullirme, aunque me persigue. Le saco toda la ropa.Estoy desesperada por tomarla, por chuparla toda. Tan desesperada como ella. Nos besamos el hombro de la otra, nos abrazamos con infinita ternura. No necesitamos un motivo especial para hacerlo. Hay uno general y básico: se llama amor.
Pero una tiene que dejar avanzar a la otra. Quiero hacerla mía.
Asique la llevo a la cama.
"Si no te quedas quieta, te ato"
Ok, te ato.
No se esperaba la sorpresa, dos pañuelos debajo de la almohada.
"Ahora sí será mía cuanto yo quiera".-
Pero si es una gran fantasía de ella, estar atada.
Su cuello, primera etapa de mis deseos. Mi lengua blanda que lo recorre mientras mis manos hacen lo propio con su cintura.
Estoy encima de ella y presiono su sexo con el mío.
"Besame, por favor" me pide ella. Su lengua me espera casi afuera de su boca. Con mas ganas le beso, succionándosela; su humedad sacia mi sequedad.
Nuestros corazones laten acelerados, pero uno encima del otro.
No deben separarse, marcan el mismo paso.
Ay amor, te amo.
Sus pechos, por lo que se pierde en el paraíso; son mios. Los tomo, los beso, los acaricio y los devoro. Todo por esos pechos. Mi lengua se endurece y va de lado a lado, rápido. Ella se vuelve delirante conmigo.
Bajo a su vientre, beso centímetro a centímetro de su piel. Blanquecina, justo como me gusta a mi. Suavecita, suavecita.
Me pongo de rodillas en la cama y me detengo unos segundos. Segundos que en este contexto parecen una vida.
Es que quiero mirar su sexo. Su monte de venus casi castaño, recién afeitado; me abre el apetito donde esté.
Estiro una mano y le toco. Despacio, por encima. Me mira espectante, sabe que voy a hacer algo. Pero qué?
No quiero que llegue al orgasmo aún. Quiero llegar yo. Por eso busco cierto accesorio convenientemente escondido al costado de la cama. Se lo pongo y acomodo con tranquilidad.
Ella no puede hacer nada, no puede negarse. Y me monto, de rodillas sobre ella. Siento la penetración con gran placer, estoy muy lubricada; no podría dolerme.
Y comienzo a moverme. Adelante y atrás. Mi cara lo dice todo, y ella me está mirando.
Y no puede mas, comienza a moverse al compás de mis caderas. Y me penetra mucho más.
Llego al cielo de un momento a otro, mis pechos se bambolean y ella los desea. Por ello los quiero en su boca. Me acerco sin dejar de movernos y se los ofrezco. Me los chupa con tanta pasión que querría hacer eterno el momento.
Mi chiquita hermosa, mi muñequita.
Llego a un orgasmo glorioso, explotando en sus piernas. Te amo.
Pero no quiero explotar del todo, no quiero cansarme aún. Salgo de sus piernas y le quito ese accesorio.
Aún jadeante, pongo mi cabeza entre sus piernas abiertas que me ofrecen su carnoso sexo. Pliegues y jugos, todos fundidos en su salado flujo para mi: su dueña.
Mi lengua recorre blanda y despacio esa geografía.
"Si amor, me encanta" me dice.
Yo lo sé, por eso sigo. Ya explota, ya llega...
Meto mi lengua en su vagina y se arquea hacia atrás. Como le gusta a mi hembra!
Busco su botón, todo duro para mi. Mi lengua se mueve rápido de lado a lado, durísima en la punta.
De arriba a abajo y ella grita. Como un animal, grita y goza.
Cada vez más fuerte, mueve sus caderas como si la estuviera penetrando, esta enloquecida, tironea sus ataduras; sus muñecas estan irritadas y no le importa. Es la recta final a su orgasmo.
Y llega a mi boca ese jugo slmuera, caliente y desbordado; pero felíz.
Siento una pequeña relajación de ella, pero aún quiere mas. La conozco, no esta satisfecha.
Y le desato las manos para que me pueda abrazar. Es eso lo que quiere y hace.
Nos abrazamos las dos, casi al punto de la emoción. Pero no es momento de emocionarse, es momento de hacer el amor.
No hicieron falta palabras, mi mujer y yo nos entendemos con las miradas. Ella se levanta y yo me recuesto.
Otra vez ese accesorio, pero esta vez en mis piernas.
Y me monta mi amor. Está loquita de placer, yo que levanto las caderas y se lo meto mas aún y ella que se mueve con gracia ante mis ojos.
"Besame, mi amor"
Y se acerca a mis labios. Puedo sentir sus pechos rozando los míos y me caliento más. Es que mi mujer no deja de moverse, se sienta en mis caderas y comienza el verdadero juego.
Se mueve con fuerza, adelante y atrás; y yo gozo viendo su expresion.
"Te amo cielo, seguí mi amor"
Y mi amor no se detiene, nos tomamos de las manos y ella me aprieta fuerte, esta llegando. Su boca entreabierta deja salir pequeños gemidos.
"Si mi bebé, llegá"
Es que puedo ver su sexo y el mio juntos, gozando y frotándose; empapándose.
Hasta que siento sus jugos calientes rebalsándose en mis piernas. Nada que ver conmigo. Ella sí que acaba, sí que explota.
Cae encima mío, toda transpirada. Su espalda, su pelo, todo mojado.
Y su pecho que quiere saltar.
Y yo se que da para mas. Por eso levanto las caderas e introduzco mas aun nuestra calentura.
Y comenzamos de nuevo, y otra vez y otra vez y otra. Ya perdí la cuenta. Ella se tira en mi, agotada.
"Ya no puedo mas amor"
Eso lo se. Vació todos las ganas que tenia. Y de que forma!
Lentamente, nuestras respiraciones vuelven a lo normal. Abrazadas, sintiendo el calor externo e interno.
No importa, hicimos el amor. Estamos mojadas las dos, nuestras pieles derretidas en la piel de la otra.
Pero hicimos el amor. Le hicimos el regalo mas hermosos que se le puede hacer al amor. Estamos enamoradas, nos amamos. A pesar de errores, ilusiones que no pudieron ser y sueños que aún no se hacen realidad.... nos amamos.
Coincidimos que nos hace falta un baño. Pero no una ducha.
Y nos fuimos desnudas a la pileta, felices. La noche fue complice, y la luna que se escondía detrás de algunas nubes mironas; nunca olvidará que fue testigo de la mirada de dos corazones, que se abrazaban en el agua y se besaban con tanta ternura, que no hacian falta palabras. No hacían falta canciones, no hacia falta un paraíso.
Porque para un gran amor hace falta sólo dos mujeres.
Porque para este gran amor, solo hacemos falta VOS Y YO.

AMOR, ESPERO TE HAYA GUSTADO, ASI LO VIVIMOS VOS Y YO