A Cristal la pluma le pesaba en la mano cuando escribía sus historias, unas veces eran románticas, otras de terror y algunas basadas en hechos reales, pero aun pesándole la pluma porque sentía dolor al escribir sus palabras eran hermosas, las envolvían la dulce bruma del amor perdido, el aguijón de saber que un ser muy querido que ya no estaba con ella.
Un día mientras escribía una nueva historia se quedo dormida,apoyó la cabeza sobre sus brazos y su largo cabello le cubrió el rostro, en aquel momento el estruendo de un trueno y la luz de un relámpago inundó la habitación. Sus cabellos atraidos por la electricidad de la tormenta tiraron de ella que salió por la ventana y voló hacía el infinito. Desde el cielo Cristal veía las esmeraldas de las praderas, las piedras preciosas de las flores, el nácar en la cumbre de las montañas, el azul del mar. Otro trueno resonó cerca de ella y la luz del relámpago la cegó. Siguió volando por el infinito buscando algo que llenará su alma de sosiego, la belleza del mar y de la tierra que tenía a su alcance no la satisfacian, no la veía .

Otro relámpago iluminó el cielo pero ésta vez el trueno le habló.

-Mojá tu pluma en los dulces recuerdos de tu niñez,invocá a las hadas que están a nuestro alrededor ellas siempre nos escuchan, llama a gritos al Hada de la Ilusión, cierra los ojos y con el pensamiento llama al Hada de la Fantasia,
y sobre todo escribe un cuento para niños.