Había un ángel en las puertas del cielo, dormía profundamente. Otros Ángeles que pasaban por ahí lo quisieron despertar, pero no lo hicieron ya que la mirada de Dios se cruzo y vigilo sus sueños. Era un ángel pequeño: una vez cuando se encontraba caminando por los alrededores del cielo hoyo hablar a dos cigüeñas que cansadas de volar descansaron en una nube y se pusieron a platicar de lo cansada que es la realidad.
Estas cigüeñas eran unas cigüeñas sabias e inteligentes, manejaban varios temas de la problemática social y mientras descansaban entraron en discusión sobre lo que es una utopía y una realidad.
Dijo una – la realidad es cansada, es un asco vivir pensando si vas a estar viva mañana, que vas a comer, a que nuevos problemas te vas a enfrentar, si ya va ha terminar la guerra. Por otra parte le contesto su compañera; -la utopía es solo un sueño placentero, un conformismo que no acabara hasta asta no estar muertos, nos conformamos con inventar nuevas formas en que vivamos mejor, nos conformamos con inventar un mundo perfecto que no veremos asta tener los ojos cerrados para siempre, nos conformamos con lo que jamás cera, con lo que jamás sucederá.
El pequeño ángel, curioso del saber se quedo atónito con lo que había escuchado, y un poco confuso se puso a pensar por primera vez en estas cosas, se pregunto si acaso existía una realidad y era tan cruel como la describían. Para él la realidad era la fantasía en la que siempre había vivido y no había otra que conociera, y si la realidad era la que estaba viviendo, entonces ya le había gustado tanta crueldad que le había sucedido, se dijo a sí mismo. En ese día el pequeño ángel se paso barias horas caminando por las nubes mas cercanas a la suya, pensando en cual era esa fantasía que todos desean, y la cual no ven su hora de llegada, al pasar a un lado de la silla de Dios, lo escucho llorar: unos ángeles mensajeros le comunicaban los hechos recientes en la tierra, y decían:
-guerras, diferencias, desigualdad, envidias, codicias… y Dios en su llanto mando a unos ángeles guardianes a proteger a aquellos desamparados, los afligidos y todo ser que no tuviera esperanza alguna de vida en la tierra, el pequeño ángel vio hacia donde se dirigían los guardianes del cielo y como un espía los siguió sin perderlos de vista. Llegaron hasta las puertas del reinado de Dios y ahí desaparecieron. En ese lugar las nubes desaparecían y después de ellas parecía haber un infinito que si lo cruzaba jamás volvería, entonces se sentó a esperar a que regresaran, pero el cansancio lo venció hasta quedarse dormido. ¡Los ángeles pequeños tienen prohibido venir hasta aquí! Mencionaron unos ángeles adultos que pasaban cerca del pequeño dormilón y procedieron a despertarlo, pero en ese momento Dios pasaba y al ver lo que sucedia pidió que no se le despertara, se sentó a su lado y le acaricio la frente, Dios sabía lo que estaba pasando con el pequeño ángel, lloraba dormido y en su sueño presintió un dolor amargo.
El pequeño ángel soñaba que era una utopía su existencia y que es soñado como el también sueña.



Vivir una utopía
un sueño inexistente
o vivir una realidad amarga
llena de llantos y de lágrimas.

Vivir el placer de la ignorancia
sin saber los problemas de nuestro mundo
vivir contentos en un mundo absurdo
mientras esperamos una fantasía deseada.

vivir entre la risa y el llanto
vivir muriendo y un morir despacio
reír sin risa, llorar gritando
un odiar absurdo, por no saber que deseamos.

Sentir mucho, obtener poco
Derramar lágrimas que en su interior
Llevan una rosa y un corazo mal tratado.