Un antiguo santuario, la pagina olvidada de un sol de amanecer de sueños rotos, de ausentes fantasmas. Quizás el significado de lo importante en la vida de aquellos que alguna vez habitaron el lugar había desaparecido, morir no era un miedo latente en aquella sociedad tan rígida, de amores ocultos seria irónico pensar que esos amores eran los que hoy son los contrarios a los que debían ser.

Pasajes clandestinos, miedos de recuerdos, de ver que la vida se les había escurrido, siempre quisieron ser mas, no es malo si todo ser debe superarse a si mismo, para eso debe matarse una y otra vez. Ya me imagino como debió haber sido, soy una joven que no para de hacerse preguntas sobre lo que debió o no debió suceder, de cómo supuso eso y para que lo crea, son etapas, esa es la conclusión mas real a la que he podido llegar, etapas para algo mejor, o bien, una rotunda autodestrucción.


El placer de estar en un momento culminé de aquel que una vez nos interesó, verlo llegar a la nueva visión, de saber que ya cumplió su misión en este charco de desgracias, su charco de desgracias, vemos lo maravilloso de la vida, lloramos quizás por ausencia y egoísmo de ver que él lo ha logrado y nosotros continuamos padeciendo, vemos con ojos sin intensidad de conquista lo que ya fue conquistado, la fuerza de la vida. El bello placer de sentirse vivo, la muerte es la amiga, la mejor amiga, nos hace trizas, pero en nuestro egoísmo puro lo sentimos así. Una civilización ha muerto, todos dicen que no es así, que continua latiendo en los corazones palpitantes de los que aun creen que fue un mundo mejor. Solo es un refugio de lo poco y nada que vemos, de lo que hemos logrado vivir ante nuestra existencia vacía. Un mundo diferente, algo que nos maravilla, nos fascina, nos anima, nos deja exhaustos de ese sabor, nuestros cuerpos son llenados por la esperanza y continuamos viviendo, ahora ya no existimos, tenemos algo de que vivir, por que vivir, pero es solo una quimera, algo tan frágil que al mínimo soplo se deshace.


Lo que una vez nos llamo la atención hoy nos ha hecho sus prisioneros, esperamos la muerte como un mal eterno, un maleficio que nos deja un gran beneficio, nada puede ser tan malo, somos jóvenes y debemos vivir porque debe ser así, dejamos huellas para regresar si lo nuevo no nos satisface, en ese caso la inseguridad se apodera de nosotros y los días están en la vuelta de la monotonía, la incoherencia es buena señal de que nuestro yo esta comenzando a saber que hay algo mas allá que él mismo.


Somos solo algunos que estamos en este mundo, otros aun no son capaces de llegar a conocerlo siquiera, y mientras tanto otros nos tratan de muchas formas, continuamos vivos, ya no somos los que fuimos, esta nos perteneció y hoy es parte fundamental de nosotros, a ellos les falta eso, y los que ya lo obtuvieron y están mas arriba, nos dicen "¡anda!", Nos miran, nos sonríen, y se reflejan como bella luna en nuestro mirar por un momento vacío.


Somos santuarios de recuerdos de una civilización, de esperanzas, de luces y tinieblas, somos viajeros de extrañas dimensiones, somos manantiales de conocimientos. Sea como sea, no solo existimos, estamos vivos, y estamos viviendo en una misma casa.