Todos conocen al cómico Cantinflas, ese personaje estrambótico de bigotito ralo y vestimentas raídas que representaba en aquellos años a todos los pelados, es decir a toda la corte de menesterosos que engrosaban las estadísticas mundiales de pobreza. Aún podemos ver sus inolvidables películas que son permanentemente repetidas por los canales de televisión y en donde es policía, sacerdote, médico, político, músico, bailarín, militar y todas las profesiones u oficios que se le ocurriesen al guionista.En eso se parece a nuestro personaje nacional, el pájaro dibujado por Pepo y que todo el mundo reconoce como Condorito.De esta pareja de estereotipos nacen variadas ramas que son muy similares en su género y hasta podríamos reconocer estos esquemas de comicidad en el repetitivo Chavo del Ocho, que si se analiza en detalle, copia algunos giros y expresiones propias de su compatriota. Si hilamos más fino, veremos que el actor norteamericano Jerry Lewis utiliza un esquema similar, el personaje no abandona al actor y más bien es utilizado como su leiv motiv para encarnar diversas aventuras. Si alguien no está de acuerdo con estos conceptos, sólo debe revisar esos viejos films de Cantinflas y colocarlos al trasluz con los otros mencionados. Veremos como el alma imperecedera del mexicano sobrevive en varios de sus rasgos tal como si se hubiese posesionado de estos otros cómicos.