Quisiera dejar un leve rastro al marcharme, quisiera desaparecer sin que nadie lo notase, quisiera no estar aquí.
Las palabras se atragantan en mi garganta, mi risa hace tiempo que no asoma en mi cara, estoy perdida en un mar de lágrimas, no sé afrontarlo y aún así ya sé el final de esta historia, ya la han vivido otros, y yo prefiero desaparecer a tener que padecerla.
Hoy luce el sol, pero mi alma vaga entre sombras, no puedo luchar contra todo, no tengo fuerzas, me dejo ir y mi pena me acompaña.
Me han defraudado tanto que ya no volveré ha creer en nada, me han hecho tanto daño, que mi llanto quema, es más no sé sí podre aguantarlo.
Me gustaría decir adios dulcemente y pasar como una rafaga de luz, sin dejar huella, sin hacer daño, pero desaparecer, sin más.
Señorita Pilar: Todos esperamos su próximo cuento. Por favor léa su correo. Siempre hay un motivo para sonreir y ser felíz. Esta felicidad no la venden en los kioscos... se encuentra dentro de uno mismo y es grátis. Búsque dentro de sí misma. Siempre hay tiempo para morir... no tiene que ser hoy porque mañana tiene que estar allí para escribir sus hermosos cuentos. Usted ya adivina quién soy... o nó. Cariñosamente... un lector