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Un ladrón llamado Acán.
(Historias Bíblicas para Niños.-45)
A toda persona, sea niño o mayor, nos agrada tener ropa elegante y bonita. También por el duro trabajo de cada uno de nosotros, podemos tener dinero y comprarnos cosas para el beneficio de nuestra famila. Pero, ¿Qué hay de los que toman las ropas bonitas de otros, o se roban el dinero de los demás y lo esconden para usarlo más tarde a su propio beneficio?. Conozcamos un ejemplo de lo que pasó en el pueblo de Israel, el cual se relata en el libro de Josué capítulo 7, versículos 1 al 26 y también puedes ver en el mismo libro de la Biblia el capítulo 8, versículos 1 al 29. Veamos:
En el relato bíblico anterior, “Caen los muros de Jericó”, que escribimos en el mes pasado, el pueblo escogido por Dios, la nación de Israel, comenzó a invadir la tierra de Canaán la cual Dios se la había entregado para que vivieran en ella. La primera ciudad que atacaron fue Jericó. Durante seis días ellos marcharon una vez alrededor de la ciudad, en el séptimo día lo hicieron siete veces y en la última vuelta todos gritaron y tocaron los cuernos como si fuesen trompetas a toda fuerza y los muros cayeron y tomaron la ciudad. Sólo Rahab y su familia sobrevivieron porque tenían fe en Jehová Dios y llegaron a ser adoradores suyos.
Pero en ese día de la toma de Jericó, uno de los israelitas llamado Acán, encontró un vestido muy bonito y una barra de oro, las cuales las tomó y las llevo, a escondidas, para su tienda en el campamento de Israel. Se les debió haber destruido y se suponía que el oro y la plata se dieran al tesoro del tabernáculo de Jehová. Cuando el llegó a su lugar, su familia lo ayudó a esconder las cosas. Así que toda esta gente había desobedecido a Dios. Habían robado lo que es de Dios. Entonces, ¿qué pasó después?.
Después que Acán roba estas cosas, Josué envía unos hombres a pelear contra una ciudad llamada Hai. Pero salen derrotados. Algunos mueren en la batalla y los demás huyen. Josué se pone muy triste. De cara al suelo, ora a Jehová y dice: “¿Por qué permites que pase esto?.
Jehová Dios le contesta: “!Levántate!. Israel ha pecado. Han tomado cosas que habían de destruirse o darse al tabernáculo de Dios. Han robado un traje bonito y no lo han dicho. No los bendeciré hasta que destruyan el traje y al que ha tomado estas cosas”. Jehová dice que le va a mostrar a Josué quién es el hombre malo.
Asi que Josué junta a todo el pueblo y Jehová Dios entresaca al hombre malo, Acán. Acán confiesa: “He pecado. Vi un traje bonito y la barra de oro y las piezas de plata. Quise tanto estas cosas que me las llevé. Las pueden encontar todas enterradas dentro de mi tienda”.
Cuando los hombres que Josué había enviado para buscar las cosas, las encuentran, se las traen a él y entonces le dice a Acán: “¿Por qué nos has causado dificultad?. ¡Ahora Jehová te la causará a ti!”. Entonces, de inmediato, toda la gente apedrea a Acán y su familia, porque ellos llegaron a ser cómplices de su maldad, hasta que mueren. Después que pasan estas cosas, Josué envía a los guerreros de Israel otra vez a pelear contra Hai. Esta vez Jehová Dios ayuda a su pueblo y ellos ganan la batalla.
¿No muestra eso que nunca debemos llevarnos cosas que no nos pertenecen?. En Exodo 20:15 al 17, leemos: “No debes hurtar. No debes dar testimonio falsamente, (mentir),.. No debes desear la casa (o las cosas) de tu semejante”. Cuando Acán hizo esto, ya Israel tenía la Ley que Dios les había dado años antes por medio de su profeta Moisés. Además, algún tiempo después, Jesucristo dijo que debemos de “amar al prójimo como a uno mismo”. (Mateo 19:19). Por lo tanto, no debemos hacerle a otros lo que no queremos que nos hagan a nosotros. ¿Qué lección aprendemos de esta historia bíblica?. Que nunca en nuestras vidas debemos de robar, ni hablar mentiras para esconder nuestras malas acciones. Pero sí debemos demostrar amor a toda persona a nuestro alrededor, sea familia nuestra, un amigo, o simplemente un desconocido, porque Dios mira todo las cosas malas que hacemos y tarde o temprano, saldrá al conocimiento de los demás, a la luz pública y seremos castigados por las leyes del país donde vivimos y lo más importante, por Dios.
Por eso haz el bien a toda persona y nunca robes lo que es de otro. Y lee la Biblia diariamente para que tengas tu vida en conformidad con sus mandamientos. Puedes entrar en jw punto org, para hallar más información sobre éste u otro asunto que te interese conocer basado en lo que enseña la Bibla realmente.
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