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Un misterio nocturno

Carlos, Nadia, Jessica, Eros y Victor, eran cinco amigos muy diferentes entre sí, pero que vivían muchas aventuras juntos

.
Un verano, sus padres les mandaron de Campamento al Bosque de Orgui, donde habían habilitado unas casitas pequeñas de madera para ellos y otros niños.
En el campamento jugaban, contaban historias y hacian manualidades, deporte y senderismo. Tambien lectura e internet.
Un día que Carlos estaba muy cansado, quiso acostarse pronto, pero se equivocó y se metió en la casa de Eros en vez de en la suya. No se dió cuenta, ya que habían practicado mucho deporte ese día y estaba cansadísimo, así que se metió en la cama.
Al poco rato llegó Eros, cenó se metió en la cama y...¡Plaf!, alguien o algo le dió una patada.
Eros, que se creyó que estaba soñando, ¡plaf!, devolvió la patada y ¡cataplaf!, recibió la patada más grande que recibiera en su vida.
Eros estaba asustadisimo. Salió disparado de la cama hacia la entrada y empezó a consultar libros e internet, para ver si decian algo sobre ese fenómeno. Pero no, no decian nada.
Entonces Eros, que era muy listo, tuvo una idea para averiguar lo que pasaba y se fue a ver a Nadia.
-Nadia - le dijo - ¿por qué no jugamos a que yo soy Nadia y tú eres Eros y duermes tú en mi casa y yo en la tuya?
- A Nadia hacer de chico y que Eros hiciera de chica le pareció muy divertido. Así que dijo:
-Bueno, vale, será diver. -Y se marchó a casa de Eros a dormir. Y Eros abrió la ventana de la entrada desde fuera, para ver lo que ocurria sin peligro. 
En esto se oyó:
-¡Huy, huy, huy!
-¡Nadia, Nadia!- Gritó Eros temiendo por su amiga. Un monstruo terrible debia haberla asustado para que gritara así.
Y de pronto, corriendo como un felino, Nadia salió de la casa, tirando a Eros en su huida y gritando:
- ¡Huy, huy huy!
- ¡Nadia, Nadia, tranquila!, -le dijo Eros asustado,- ¿Que te ha pasado?
- ¡Ay, Eros!, yo no sé lo que ha pasado -dijo Nadia cuando se tranquilizó entre hipos,- pero fue meterme en tu cama y salir disparada.
-¿Y dices que no sabes que ha pasado?
-No - dijo Nadia -pero ha tenido que ser un ser de otro mundo quien me ha hecho esto.
- Los dos amigos se miraron y durante un rato estubieron callados y pensando qué podian hacer. Nadia aún temblaba.
-Oye, Nadia, ¿por que no le decimos a Victor que se acueste en mi cama?, él es fuerte y seguro que averigua lo que pasa sin que le hagan nada.
-A Nadia le pareció una idea fantastica y fueron a buscar a Victor.
Victor, que ya estaba dormido, se enfadó muchisimo cuando le despertaron. Se enfado tanto, tanto, que quiso pegar a Eros, pero Nadia le sujetó. Entonces quiso volver a dormir, pero no le dejaron.
- Victor, hemos pensado que tu seas Eros, y te vayas a dormir a su casa. - Le dijo Nadia muy seria.
- Pues yo he pensado que no me da la gana - Dijo Victor
Tan cabezota se puso, que le tubieron que llevar protestando y casi a rastras.
-Sois tontos, sois bobos, mañana os pego. - Iba diciendo Victor por el camino.
Cuando le dejaron en casa de Eros, victor estaba lo que se dice rabiando.
Al poco, nuestros dos amigos, vieron salir de la ventana del dormitorio un bulto que decia:
-Chuta gol, chuta y gooooooool.
- ¿Es el monstruo?, nooo, es Carlos. - Dijo Nadia corriendo hacia él.
Eros tambien corrió y entre los dos le cogieron antes de que se cayera.
- Eros pasa a Jessica, Jessica pasa a Nadia, Nadia a Victor y ¡¡¡¡gooooolllll!!!! - decia Carlos completamente dormido. -Gooool- repitió. Y siguió dormido sujeto por Eros y Nadia que no entendian nada.
- ¿¿Y ahora que hacemos??. -Dijo Eros.
- Meterle en mi cama. -Dijo Nadia. Y así lo hicieron,.
- Aquí no hay modo de averiguar nada, ¿por qué habá salido Carlos de la ventana de mi habitación?. -Eros estaba cada vez más y más intrigado.
Nadia y Eros empezaron a imaginar porque pasaba aquello. Eros se imaginaba que un monstruo alienigena invisible, maestro de Karate, que se había metido en su cama, les había dado golpes y con sus poderes había hecho que Carlos apareciera, no sabía muy bien con qué fin. Nadia pensaba que la cama de Eros era una puerta entre dos mundos y diminutos duendecillos malvados se divertian moviendo cosas, incluidos a ellos. Pero para saber quien tenía razón, Nadia le dijo a Eros:
-Eros, ¿por qué no le decimos a Jessica que vaya a dormir a tu cama?, a lo mejor ella consigue ver al monstruo o duendes que nosotros no vemos.
-Y hacia la casita de Jessica se encaminaron. La encontraron en la cama, leyendo 20000 leguas de viaje submarino, de Julio Verne.
- Jessi. - Le dijo Nadia. - Estamos jugando a que yo soy Victor, y Carlos un balón, y entonces tú tienes que ser Eros y meterte en su cama.
-¡Qué divertido! - Dijo Jessica.
Y ni corta ni perezosa, se marchó a casa de Eros. Abrió la puerta, mientras Eros y Nadia la seguian con el corazón latiendo de emoción. Jessica entró sola. Entonces fué cuando se oyó el ruido.
Un ruido estruendoso, estrepitoso y estridente.
Un ruido que por una parte se parecía al rugido de un león y por otra a un tambor enorme.
Un ruido que a Eros y Nadia les puso los pelos de punta.
En esto, la puerta se abrió y salió Jessica.
- ¡Chicos, que caida más tonta he tenido!- dijo - y luego, como no es mi casa, me equivoqué y me metí en el baño y tambien me caí.
- ¿Y en la cama no te metiste? - preguntó Eros curioso.
- No - dijo Jessica -, porque estaba victor y dijo que él era Eros y que él era Eros, y algo así como ....con pataditas a mí....
Eros y Nadia se miraban sin entender nada.
- ¿Y ahora?, ¿quien soy yo? - preguntó Jessica.
- Que sea Carlos, puedes dormir alli. - Dijo Eros.
- ¡Qué bien!. -Dijo Jessi. Y a casa de Carlos se marchó.
Pero la intriga de Eros ya estaba enfocada hacia otro tema.
- Si Jessica va a dormir en casa de Carlos, Carlos en tu cama y victor en la mía, ¿donde dormimos tú y yo?.
- Podíamos jugar a que tú eres Jessica y yo Victor, y dormimos en sus casas. - dijo Nadia riendose. Y a Eros, que estaba muy cansado y tenía muchisimo sueño, le pareció una buena idea. Así que se fue a casa de Nadia a dormir, pensando que el monstruo alienigena se habría marchado a su mundo ya.
A la mañana siguiente, todo eran comentarios de lo divertido que había sido el juego.
- Si - dijo Eros a Nadia-, no logramos averiguar que pasaba, pero yo me he divertido mucho durmiendo en casa de Jessi. Toda la noche estuve soñando que comía pasteles.
- El único que gruñó algo fue Victor.
- El juego estaba muy mal organizado. Cuando yo fui a la cama de Eros, ya había allí otro, y luego entró Jessica.- Afirmó Victor con cara de enfadado, pero aguantandose la risa.
- Nadie le hizo caso, porque en esto apareció Carlos vestido con unos pantalones de Nadia, que le estaban muy cortos y dijo:
- ¡Jopetas, que cosas!. Despues de pasar todos estos días creyendo que el edredón de mi cama era azul y resulta que es verde.
- Todos rieron y empezaron a planear otro juego. Eros pensando que tal vez el monstruo volviese otra noche, Nadia que los duendecillos eran muy divertidos, Carlos que quería jugar al futbol con sus amigos, Jessica que algún día viviría tantas aventuras como los libros que leia, y Victor, que se alegraba de tener tan buenos y divertidos amigos, aunque alguna vez le dieran ganas de pegarles.
La imaginación de los niños les crearía nuevas aventuras, que ninguno de ellos viviría de la misma manera, porque cada uno, era completamente diferente al otro, y así se complementaban y divertían. Su amistad era lo más importante para ellos y junto a su curiosidad, les hacía superar todos sus miedos. 

Datos del Cuento
  • Categoría: Infantiles
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