Una Carta De Navidad… Hola Papa Noel
Hoy no quiero escribir un poema… hoy solo quiero escribir una carta. Una carta tan real como cada letra que he escrito a lo largo de todo este tiempo en sentimiento y emoción. Una carta que aunque resulte extraña para algunos y para otros absurda quiero compartir con quién la quiera leer, una carta de Navidad.
Callao, 08 de Diciembre del 2005
09.45 PM. Lima –Perú
Hola Papa Noel
Soy Fanny Jem Wong supongo que me recuerdas… aunque hace tannnnnnnnnnto tiempo que no te escribo
¿Sabes?
Las Navidades hace mucho que dejaron de ser bonitas para mí Ya no tengo a mi papá cerca. Debes conocerlo se llama Julio Víctor Wong Espinoza más conocido como Wong Wu Yong el Guerrero Valiente.
-¿Ahora te acuerdas?
-Dime que siiiiiiiiii
Supongo que mi padre estará en uno de tus enormes talleres del Polo Norte, preparando juguetes para otros niños.
A él le encantaba la carpintería y hacer muñecos de trapo. Debe ser uno de los mejores trabajadores en tus talleres y debe también llevarse bien con los duendes que allí laboran ya que es muy cordial y gran amigo porque conoce el valor de la lealtad.
Aunque pienso que podría quizás estar cuidando a los venados porque adoraaaaaaa a los animales y es muy cariñoso con ellos.
Danzador, Saltador, Donero, Blitzeno, Cometa y Cupido estarían felices en compañía de mi padre
Te cuento Santa una vez papá me dijo:
-Si yo fuese millonario quisiera tener una casa en un terreno enormeeeeee para tener un par de perros de cada rasa que exista en el mundo
Luego rectifico y dijo:
-Mejor una granja así también tendría conejos, pollitos, patos……… muchas flores y arboles frutales de todos los tipos y un pequeño lago con miles de peces
- Entre nos Santa…no sé si eso era tan cierto porque siempre me dejo tener perros. Es másssssssss hubo un tiempo que tuve once
- ¡Siiiiiiiii! once aunque no lo creas.
-También periquitos australianos, una pareja hansters llamados Napoleón y Josefina y a todos sus hijos que fueron catorce.
-Ardillas, una rata blanca enorme llamada Lulú
-Vayaaaa me olvidaba de Priscilo mi pequeño ratón blanco que comía chocolates y comida china, tenía una casa en forma de circo de techo colorado
-Pero cuando una vez aparecí con July un mono papá casi me vota de casa jaaaaaaaaa.
La historia de ese mona fue tristeeeee y yo conmovida le ofrecí todo el dinero que tenía a un organillero para que me lo vendiera y lo hizo.
Fue toda una hazaña llevarlo a mi casa y encima la mona se me trepo en la cabeza y me hizo puffffffff sobre ella.
Llegue a casa hecha un asco pero contenta
Papá dijo:
-¿Estas loca?
-¿Un mono?
-¡Noooooooooooo!
-Te lo llevas al zoológico
-Mañana mismo .
-En fin con el dolor de mi corazón doné el mono al Parque de las Leyendas, pero la verdad es que en un solo día que paso en mi casa rompió muchas cosas.
-Una desgracia total
-Arturo mi esposo que en ese tiempo era mi novio me acompaño en mi dolor de regalar a July la mona.
-Bueno Santa te sigo contando
-Recuerdo que papá un año cuando salio de vacaciones, se paso un mes completo recortando moldes y fabricó a mano muchos muñecos para mí .Todavía tengo varios
-¡Era increíble!
Me hizo una pareja de patilargos con zapatos de fieltro negro, con cabellos de motas y trajes muy coloridos con muchas blondas.
-Todavía los tengo y están como nuevos los cuide por años.
También tengo un burro de paño lenci muy negro y con alforjas tejidas en lamas coloradas.
-Un canguro rosado y un pequeño pirata de gamuza que ya esta tuerto. Los demás se perdieron en el tiempo pero se quedaron en mis memorias.
Como yo colecciono muñecas y muchas otros cachivaches, fue mi padre quién preparó todas las repisas en donde se exhiben.
El decía:
-No te haré ni una más
-Ya esta tu cuarto esta muy lleno de cachivaches
-¿Dónde vas a meter más?
-Esto no parece un dormitorio
-Parece una tienda
Pero al ver mi cara de luna enfadada me decía:
-Buenoooooo
-¿Dónde pongo otra? Pero tú compras tus maderas
-¿Y para qué será esta vez?
-Osos, payasos, búhos, bolas de nieves, unicornios, más muñecas o qué?
Y se reía…….. Es más cierro los ojos y lo veo sonriéndome
Santa la Navidad en mi casa era mi padre, cuando murió se llevo la Navidad en sus alforjas. Era él quién desde los primeros días de noviembre armaba conmigo el árbol, el nacimiento y todo lo demás.
Planeábamos que se cenaría y yo ponía en la mesa todos los antojos de papá, que eran muchos por cierto porque era muy comelón
Algo que me enseño desde muy pequeña fue siempre compartir la cena con alguna persona que no tuviera nada y así se hizo siempre en casa. Alistábamos lugares de más para así hacerlo
Papá nos enseñó que la navidad no eran los regalos porque estos en si mismos carecen de valor. Me enseño que un regalo valía por significado y no por su precio. Y que si no se podía regalar algo un abrazo y un beso eran mucho más valioso
Yo siempre quise tocar piano pero mi padre no podía comprarme uno de verdad. Pero si me pudo dar mi primer piano de cajita musical y años más tarde un pequeño órgano.
-Para nosotros la Navidad era la unión de la familia y la simbología del nacimiento del Niño Jesús. Aunque no te niego que siempre tuve todo a diferencia de tantos niños que no tienen nada, ni siquiera algo que comer.
-Tuve muchas, muchas navidades hermosas las cuales agradezco porque fui afortunada.
-Perdóname Santa ya te debo haber mareado con todo mi rollo, ahora si te diré que es lo que te pediré para esta Navidad
-Lo primero que en cada hogar del mundo se encienda una luz para cada familia que exista.
-Para mí si puedes deseo que te lleves parte de la tristeza que tengo dentro, porque me pesa demasiado.
-Arrójala muy lejos en un abismo para que nunca más regrese.
-Permíteme soñar que estoy allá contigo y que me encuentro con mi padre y lo ayudo como siempre en la fabricación de los juguetes o preparando los dulces para los niños del mundo
-Pero si no puede ser lo único que te pido y no es para mí es que le digas a Dios que no se lleve un día de Navidad al papito de ningún niño del mundo como se llevo al mío.
Eso es todo lo que yo deseo si puedes concedérmelo
Adiós Santa gracias por leer mi carta
Un besoteeeeeeeeeee
FANNY JEM WONG
PD.
A quienes la lean resultará quizás infantil lo que acabo de escribir pero es lo que siento después de casi ocho años de la muerte de mi padre.
Él me prometió no morirse en Navidad y cumplió su promesa.
El 24 de Diciembre se sentó por última vez a la mesa. No pudo cenar tenía mucho dolor. Ya no podía comer solo pesaba 32 kilos pero nos acompaño.
La mañana del 25 de diciembre de ese año salió de casa conmigo para una clínica y no regreso. Falleció catorce días después.
(Jemwong)