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LA LUNA

Estaba la luna muy triste con su mirada puesta en la Tierra, quién la ha visto y quien la ve pensaba en su interior, no pudo evitar que le bajaran dos lágrimas deslizándose poco a poco por su grabada cara. La Luna está triste, todo quedó atrás, ahora solo es un recuerdo y ella no deja de recordar aquellos momentos de gloria, aquellos momentos en los que el hombre rebosaba sensibilidad, aquella época donde la alegría era la protagonista de todos los hogares, dónde la honradez y generosidad del ser humano prevalecía sobre todo lo demás, quedó atrás aquella época donde ella era la inspiración para los poetas, el refugio de los enamorados, han pasado muchos años de eso, ahora el hombre ha cambiado, ha dejado de ser honesto, ha dejado de escribir poemas, ha perdido su alegría, ahora su gran pasión es la cibernética, navegar por Internet, y hacer amistades a través de la red. La Luna cada vez está más convencida que el fin de la Tierra se acerca. Se está secando las lágrimas cuando pasa por su lado una Estrella y al ver a la Luna llorando se acerca y le pregunta:
- ¿Qué té pasa Luna que tan triste estas?
- Me preocupa el futuro
- ¿El futuro? Le preguntó la estrella extrañada
- Si, el futuro de la Tierra, y como yo soy su satélite también corre peligro el mío.
- ¿No ves un buen futuro? ¿Acaso has consultado con alguna compañera? Yo todavía no tengo suficiente experiencia soy relativamente nueva, tan solo tengo 3000 años, pero desde mi posición veo que los humanos han hecho muchos adelantos en los últimos 100 años, han progresado.
- Si, los humanos han hecho muchos adelantos pero no saben utilizarlos y no será porque no se les está avisando, como sigan por el mismo camino acabaran destruyendo el Planeta.
- ¿Tú crees que serán capaces de destruirse a si mismos? ¿Has consulta con las otras estrellas,, con los demás Planetas?
- No, para qué, yo puedo saber tanto o más que ellos, tengo más contacto con el Planeta Tierra, y mis augurios no son buenos, los humanos de este siglo son avariciosos su codicia les llevará a su destrucción llevo tiempo observándolos y cada año que pasa los veo peor, y eso me enfurece y me entristece al mismo tiempo.
- Podríamos ayudarles,, hacerles ver que están por el camino equivocado
- Si, si, ya lo he pensado, pero ¿Cómo? Si no saben escuchar ni siquiera se escuchan entre ellos,, como van hacernos caso a nosotras dos.
- Tendremos que consultarlo ...¿Qué te parece al Sol?... que por algo es el rey.
- Pero ¿Cómo? si no coincidimos cuando él sale yo me escondo, y tú menos tu horario es aún más reducido.
- Tenemos que pensar como ingeniarnos la forma de ponernos en contacto. Si se me ocurre te lo hago saber.

La luna y la estrella se despidieron con la promesa de buscar una solución

Pasaron los años, y en la Tierra no se solucionaba nada, cada vez iba peor, la Luna seguía observando desde su posición, expectante de lo que pudiera pasar, triste pero sin llanto, ya no le quedaban lágrimas por derramar.

Llena de tristeza no dejaba de preguntarse, ¿por qué los humanos son tan inhumanos?¿, ¿Por qué no han sabido aprovechar las oportunidades que les ha dado la naturaleza? ¿Por qué insisten en gastar sus recursos y sus fuerzas en querer llegar a Marte? ¿Cómo decirles que gasten sus energías en investigar como erradicar enfermedades que llevan siglos azotándoles? ¿Cómo advertirles que mientras haya un solo ser humano que pase hambre, mientras no se pongan todos de acuerdo y vivan en armonía, que paren las guerras, no serán admitidos en ningún otro Planeta? Si ellos supieran que ni en Marte ni en ningún otro Planeta serán bien recibidos hasta que no solucionen el problema del hambre, de las guerras y erradiquen todas las enfermedades.

Estaba tan absorta en sus pensamientos que no se dio cuenta de que estaba saliendo el Sol, este al verla se extrañó, y dirigiéndose a ella le dijo:

ð Buenos días Sra. Luna, que hace todavía por aquí, ¿acaso no se quiere hoy retirar?.

La Luna se sobresalta, y asustada dice: ¿Quién eres?, ¿Quién anda ahí?

ð No te asustes querida Luna, soy yo, el Sol
- ¿El Sol? Y que haces aquí, si que has madrugado ¿No?
ð Yo no he madrugado, vengo a la misma hora de siempre eres tú que no te has ido, ¿Acaso quieres hacer doblete?
- No, no, ya me voy, pero permíteme antes, ya que hemos coincidido que te comente algo que lleva años preocupándome y quería preguntarte a ver a ti que te parece.
ð Dime, dime, si en algo puedo ayudarte no lo dudes, puedes contar conmigo
- Verás, llevo años muy triste, ya no me quedan ni lágrimas, se me han agotado.
ð ¿Tan grave es lo que te tiene preocupada?
- Desde mi puesto de Satélite ya hace años, yo diría incluso siglos vengo observando el Planeta Tierra.
ð Ah es ese el problema... Tú también te has dado cuenta
- ¿Cuenta de que?
ð De que los humanos acabaran destruyendo el Planeta
- Pues si, y debemos encontrar la manera de evitarlo
- A mí se me acabaron las ideas, ya les he enviado miles de avisos, les he llegado a amenazar con temperaturas infernales y ni caso. Yo hace años los dejé por imposibles, ellos verán lo que hacen, están destruyendo la capa de ozono, se están cargando el ecosistema, no se les puede dar medios para ayudarles porque no saben utilizarlos y solo valen para enriquecer a unos cuantos. Sino, mira que han hecho con el petróleo tanto esfuerzo que nos costó producirlo a todos los componentes de la naturaleza, pensando que a ellos les haríamos un favor, que lo utilizarían como su fuente de energía, pero son tan avariciosos, e inhumanos. Estos humanos que se matan entre ellos por unos cuantos pozos. Sabes yo, después de la última que montaron para apoderarse de unos pozos que no les pertenecían, sin importarles provocar una guerra inútil, la más inútil de la historia de la humanidad, que ya es decir.. desde entonces dejé de preocuparm..., allá ellos.
- Si, pero con la destrucción del Planeta Tierra, mi futuro también peligra, donde voy a ejercer de satélite, ya me veo en el paro.
ð No te preocupes por eso Sra. Luna, ya te encontraremos algo. Hay muchos Planetas que estarían contentos de tenerte como su satélite.
- De todas formas, tú crees que podríamos hacer algo para ayudarles, un último intento, enviarles el último aviso, no sé hacerles ver que van por mal camino, que dediquen sus esfuerzos y sus bienes en erradicar enfermedades. ¿Tú crees Sr. Sol que con los años que conocen enfermedades como el Parkinson, todavía hoy tienen que haber humanos que tengan que soportarlo? Y como el Parkinson te podría enumerar cien.
ð Se me acaba de ocurrir algo, que podría dar resultado, dice convencido de que ha tenido una buena idea-
- Dime, dime que estoy impaciente por saber que te ha pasado por la mente, sorpréndeme.
ð No sé, no sé, dice dudando, no sé si lo conseguiríamos, pero por intentarlo que no quede, podemos probarlo. Aunque...
- Aunque que dice la Luna impacientándose,
ð Pues que vamos a necesitar ayuda de todas las estrellas del firmamento, que podamos reclutar.
- Eso está hecho, no es problema, esta misma semana las reúno a todas.
ð Estupendo, este sería el Plan.

El Sol le explica su Plan a la Luna, esta lo escucha cada vez más entusiasmada, que idea tan buena, o los hacemos reaccionar, o los matamos a todos de un susto, en ambos casos, salvamos al Planeta Tierra. ES GENIAL

La Luna, se pone en contacto con su amiga la Estrella,, le explica el Plan del Sol, y la Estrella cada vez más animada le dice:

- Me encanta la idea, me emociona, me apasiona, me chiflará ver las caras de esos humanos in humanizados, si con este aviso no hacen caso tendremos que tirar la toalla, darnos por vencidos, los tendremos que dejar por imposibles, ellos serán los responsables de su destrucción... no será porque no lo hemos intentado.

Llega el gran día, en el firmamento hay revuelo, un acontecimiento como el de hoy jamás había sucedido, y jamás se repetirá. Llegaban estrellas de todas partes, iban llegando a millones, todas querían participar de tan gran acontecimiento, todas eran necesarias para que fuese un éxito.

Mientras en la Tierra, seguían haciendo vida normal, solo los mal llamados animales se percataron de que algo importante iba a suceder, estaban nerviosos, tanto que hasta hicieron darse cuenta al hombre, él que se cree tan listo e inteligente, no percibió nada anormal en el ambiente. Fue tal revolución la que armaron todos los animales del Planeta que llegó hasta oídos de los Presidentes que en aquellos momentos gobernaban en sus respectivos países.

Desde su posición el Sol y la Luna, iban observando el revuelo que se estaba produciendo en la Tierra, les llamó la atención la reacción de un país que aunque desde allá arriba se viese del tamaño de un botón, era el que más expectación había, todos sus habitantes habían salido a la calle, algunos se llevaban su silla para acomodarse, hasta el Gobierno se estaba movilizando,
- Sr. Presidente, Sr. Presidente, entró secándose el sudor el Consejero Delegado, hay alarma general, los animales están revolucionándose, para mí que nos quieren declarar la Guerra.
- ¿Qué animales? ¿De qué país? No se preocupe que si quieren guerra la tendrán, en eso tenemos experiencia, estamos preparados para cualquier ataque.
- No Sr. Presidente, no me ha entendido
Ante la mirada de enojo del Presidente
- Perdón Sr. Presidente, quise decir que no me he explicado bien
- Pues explíquese, caspita, que para eso es mi Consejero Delegado

El Consejero lo vuelve a intentar, sin éxito, ya era el cuarto intento cuando de repente entra en el despacho el Ministro de Exteriores, bañado en sudor.
- Sr. Presidente, Sr. Presidente,
- Quieren dejar de repetirse, con una vez es suficiente, que le pasa a usted, también problemas con los anímales.
- No Sr. Presidente, tiene que venir a ver esto, no puede perderse semejante espectáculo.
- De que me está usted hablando, vaya día tienen ustedes hoy.
- Sr. Presidente es algo que no se puede explicar, tiene usted que verlo, es algo irrepetible, hay un mensaje en el Cielo.
- Hombre Sr. Ministro, soy influyente, pero tanto como para que me envíen mensajes desde las Alturas.
- No es a usted lo dirigen a todos los Presidentes. Venga por favor, todo el pueblo ha salido a la calle para verlo.

El Presidente, casi obligado por sus Ministros, salió a los jardines del hemiciclo, y quedó boquiabierto cuando vio a la Luna dándole la mano al Sol y todas las estrellas unidas formando intermitentemente un letrero que iba diciendo.
“El futuro está en la Ciencia, no la paren dejen que avance, han de lograr erradicar todas las enfermedades que les están azotando, hasta entonces no serán admitidos en ningún otro Planeta”
El Presidente, enojado empieza a gritar: Quiero al responsable de este montaje, búsquenmelo y me lo traigan ante mi presencia.
Sr. Presidente, mire, le dice una Ministra, señalándole hacia arriba
El Presidente alza su vista al cielo y lee.
“No busquen responsables, no culpen a nadie de sus errores, reconózcanlos públicamente, hagan todo vaya bien, pero bien para todos los humanos sin hacer excepciones y no me vayan de prepotentes”

Firmado
El Sol y la Luna
Datos del Cuento
  • Categoría: Mitológicos
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