No podía mas, aquella noche era terrible para mi, me ardían los ojos, el hígado no dejaba de segregar fluidos biliares a mi estomago, tu recuerdo taladraba mi memoria, salte de mi cama, salí corriendo y en fracción de segundos estaba en el patio con aquel cuchillo entre mis manos, el vaho sui generis de la sangre invadió inmediatamente mis sentidos, me encantaba el color de aquello, me recordaba aquella inocua fantasía en la que te hacia mía, en otra explosión de mi soplo delirante yo ansiaba ser una lozana y cándida flor.
Orate, perdidamente enamorado de ti no podía mas que imaginar tu rostro, tus longuilineas piernas, tu característico caminar, la forma diplomática en la que me esquivabas o le decías no a mis mas intrínsecos antojos. Me apasionabas, no sabia que hacer, solo quería llamar tu atención, era el niño dentro de mi gritando: - oye ¿puedes mirarme?, - ¿me dejas inhalar tu perfume?, - ¿me dejas acariciarte?. No podía mas que exaltarme estando a tu lado, se me inflamaba el pecho de solo remembrarte y aquella noche no era diferente; yo cavaba, yo cave, mi articulación sangraba, era tan cálido.
No, tu no podías inadvertirme, debías desfilar por mi lado percibir mi aroma y tornar tu mirada hacia mi, debías quedar azorada, en ti habrían de generarse mil sensaciones distintas e indescriptibles, tus pupilas dilatadas, tu presión visiblemente alterada, tu respiración entrecortada, un nudo en tu garganta, habías penetrado en un mundo sensorial, en el mundo que yo cree para ti, tus ojos deshechos en lagrimas de pura y sublime emoción.
Oprimo las semillas entre mis manos, se aglomeran en una sola masa de tierra, humus, sangre y simiente; no, no podía salir mal, la lluvia mojaba mi espalda, el agua corría por mi rostro y se clavaba en aquel hoyo, en tan solo unos jornadas debía renacer en verde mata destinada a darte lo mejor de mi.
Tu mi tesoro, absorta con mi perfección, mi aroma anegándote entera, en tu pecho no cabía el gozo e inevitablemente rompías en llanto al apreciar mis vivos colores; me arrancabas para coronarme en tu pelo.
Azul mariposa, mi azul mariposa, embriágate del néctar de mi existencia, quiero embrujarte con la esencia de mi nueva realidad.
El acero me recorre centímetro a centímetro, mis tejidos se contraen y revientan, la sangre emerge manchando mi piel, cayendo gota a gota hasta la tierra donde también caigo hincado, mis uñas raen , en aquel hoyo, mi sangre y los granos, no puede salir mal. Hojita de limonero, quiero ser tu flor, cogeme entre tus dedos, llévame hasta tu pelo.
Cuan triste es la amargura de no saberte mía, el dolor y la impotencia que me causo tu actitud, que agonía el saberte despreciado como el batracio que quiso ser estrella para estar a tu lado, piel de luna; - ¿ por qué me ignoras?, -¿por qué me arrojas a la locura?. Estoy tan lleno de soledad, soy obscura, noctámbula, alicaída mariposa, vil esperpento que no pueden atisbar tus ojos, soy reptil ponzoñoso que devora las flores para que no las aprecies, soy vil despojo de la condición humana, que solo quiso llenar de luz tus días, soy el producto de una cruel pantomima y solo quiero tornarme naturaleza, para regalarte mis frutos.
Me encanta tu sonrisa y la verdad no puedo mas que adorarte, se que me sabes tu esclavo, dispuesto a ti, percibes que me muero por tus besos, pero aun así me ignoras, desconozco tus realidades, tus miedos, tus pasiones, pero te sé sufrida igual que yo, no me cierres tu corazón, regálame la oportunidad de amarte y alejar todo el dolor y aquella infranqueable soledad que te cubre, déjame alejar las sombras de tu mirada, no le pongas mas reparos a esto, dime que también me amas.