Puede convertirse el día más feliz de tu vida en una pesadilla irreversible?
Para la pobre Gema, así fue. Estaba enamorada e iba a casarse, todo estaba de su lado para que aquella mañana se convirtiera en un auténtico cuento de hadas.
Gema había escogido un vestido de novia que no tenía nada que envidiarle al de una verdadera princesa: Un velo precioso, una cola que arrastraba por el pasillo... Su familia la esperaba en la iglesia, y lo que es más importante, el novio, Martin, miraba impaciente a la puerta desde el altar. La marcha nupcial comenzó a sonar en el órgano y Gema apareció ante los ojos de todos, más bella de lo que nunca había estado en su vida. Nadie podía imaginar que sería la última imagen que tendrían de ella. Avanzó con paso firme hacia el altar, y Martin la recibió con una mirada que expresaba todo el amor que sentía por ella. La ceremonia fue tan bonita como cabía pensar, pero no fue la belleza lo que se grabó para siempre en la mente de los invitados. Tras besar a Martin, Gema se dispuso a abandonar la iglecia, con tan mala suerte que pisó la cola de su vestido y cayó al suelo. Jamás llegó a levantarse: Se había partido la nuca contra un escalón. Martin no soportó la ausencia de su amada y a los pocos meses se suicidó frente a la tumba de gema. Ahora los espíritus del matrimonio se pasean por el cementerio y si alguien se cruza con ellos, muere en el acto, y seguira siendo asi hasta que Gema y Martin acaben de reunir la cifra de gente que había en la boda antes de que sucediera lo de su muerte, el deceo de la boda de su sueño no fue totalmente cumplido.
Por eso si alguien se cruza con ellos morira en el acto.
Al menos, así fue como perecí yo, y ahora vago a su lado, entre las tumbas...