La inocencia es el manto blanco y suave con el que venimos al mundo, la crisálida delicada, frágil, que nos envuelve mientras somos niños, y a través de la cual vemos el mundo sin prejuicios, sin malicia,.....
Pero a medida que vamos creciendo, y ahora más pronto que antaño, la hiriente sociedad, las lascivas y malsanas espinas de un mundo cada vez más enfermo rasgan lenta pero implacablemente nuestra inocencia, hasta destruirla, viendonos de pronto partícipes involuntarios de esa sociedad trastornada y decadente.