En un pequeño y tranquilo pueblo, vivía un niño de 10 años, alto, enfermizo y muy inocente cuyo nombre era Paco. Un dia, se levantó muy de mañana para ir a la escuela sin pensar que ese día cambiaría su vida, ya que el tenía muy pocos amigos, pero muchos problemas con todos los demás niños, porque la mayor parte del tiempo se burlaban de el.

Ese día fueron a su escuela unos señores a darles una plática sobre primeros auxilios; Paco se interesó mucho en lo que aquellos hombres decían, grabando en su mente hasta el mas mínimo detalle.
Al despedirse los señores, su maestra los llevó a unas albercas y todos se divertían mucho, sobre todo Panchito, un niño muy antipático y engreído, que desde que habían llegado no había parado de burlarse de Paco quien no decía nada y prefirió separarse de todos.

Momentos después se comenzaron a escuchar gritos y un gran escándalo; Paco decidió ir a ver que estaba pasando cuando vió que Panchito se estaba ahogando y, sin pensar, se lanzó al agua con muchos sacrificios logrando sacarlo de ahí pero se encontraba ya inconsiente, recordando Paco las pláticas sobre primeros auxilios que les habían enseñado y pronto le dió respiración de boca a boca además de presionarle el pecho hasta que después de unos momentos, logró que Panchito volviera en si, el cual agradeció mucho a Paco por haberle salvado la vida junto con todos los demás niños que se encontraban presentes y su maestra quienes empezaron a felicitarlo y aplaudirle por el acto que acababa de realizar.

A partir de ese momento, Paco se había convertido en un héroe y sentía que sus problemas habían terminado y todos lo miraban con respeto y admiración. Todos gritaban: -¡¡PACO, PACO!!!! y lo jaloneaban. De pronto, se dió cuenta que quien le gritaba y lo jaloneaba, era su madre para que se despertara, enterándose que todo había sido un sueño.

Salió triste para la escuela y al llegar, vió que ahí se encontraban unos hombres que le dijeron que iban a darles pláticas de primeros auxilios. Eran los mismos que el había soñado y al darse cuenta, solo se pintó una enorme sonrisa en su rostro.