Nereida llego del oriente, como un viento desesperado entre las llanuras.
Para mi propia condena arribo a este pueblo antes de que yo la hubiera mirado y descubierto en ella todo el amor que desde tiempo atras allanaba mi alma.
Siempre hablaba del pasado, me contaba sobre la madre que encandilada por un hombre vigorozo huyo de casa hasta el puerto de veracruz,donde
un par de años despúes fue bandonada por Juan el moreno un día caluroso de plaza, sin intuir que de aquella precipitada relación quedaría preñada y sin recursos para abortar los siguientes meses.
Desde entonces y hasta ayer que vi por última vez a su progenitora en la bodega, se transformo en una mujer amargada y solitaria.
Recuerdo que alguna vez le pregunte a Nereida por que me contaba todas las historias que conocia, a lo que ella contesto que simplemente le gustaba comparar las experiencias de todas las personas.
Antenoche tal vez por la tristeza, tal vez por el cafe que me provoca insomnio comprendí lo que decía;
...Sí mirabamos cada situacion que abrumaba a los humanos quiza podriamos determinar su verdadera moral y crear entonces una fraternidad honesta...
Nunca pude explicarme la manera en que la "guera" como la llamaban popularmente pudo liberarse de la herencia arisca y grosera que trataba de imponerle la madre cada instante.
Este lunes que llegue la cárcel, entretenido con la hostil cueva que me fue consignada intente remontarme al pasado, pero es dificil construir una crónica precisa sin distraerse observando las tablas y palos sobrepuestos para simular los barrotes de las prisiones en la ciudad;
así que no puedo garantizarles la coherencia de esta historia...