Terminé de dormir;
ahí estaban todavía,
la cama, la puerta y mi ventana,
la luz y el agua
con la que después lave
mi aun existente cara
que vi en el espejo
que también estaba,
como el gas de estufa
y la zanahoria en jugo
que contenida en un vaso
sobre la mesa para el desayuno
que todavía estaba.
Estaba la música del radio
junto con el radio
y sus locutores que hablan a media mañana,
junto con mis discos sin oír,
y tus libros y mis libros
que cerrados y sin leer
todavía estaban.
Preocupada manejé
en el auto que también amaneció
y todavía estaba la ciudad
con su claxon y sus transportes
Perros atravesando ejes viales,
viendo pasar a personas,
y árboles sulfurados
porque la contaminación
todavía estaba.
Estaba el recuerdo de mis manos
entre tus manos
y estaban mis manos
buscando tus manos,
en su investigación de lo faltante,
cuando recuperando tu imagen
se dieron cuenta
que no eran mis lágrimas,
que guardadas,
por ti,
todavía estaban.