Debajo y ya sòlo, estoy aquì, argumentando, mi recuerdo de un tiempo lirico, con el diario abierto, doy con lentitud camino a mi cansancio.
Las manos son màs delirantes, el sol queda apartado, la colera se ha propuesto darnos una mala tarde, mis piernas se estàn cruzando, las nubes caen como cascadas; me suavisan los instantes en que ya ni en un sòlo milagro logro encontrarte.
Las pendientes son como tus labios, callados, aborigenes de un raza encumbrada;los solticios son màs viejos,tu cuerpo manzo, tibio ahora para la pena, el amor es como los mares que ya emergen de sus petalos en las frondasas calles donde tu y yo aparecimos.
Tu pecho erguido, amado,tus ansias firmes,son como el tiempo que no se cansa nunca.
Me levanto y mi sombra se alarga sobre el surco de la noche, los laures estàn varados,en el puerto que nos dio el àrbol, meticuloso universo, màs insignificante que tù y yo jutos, cosechando las semillas que instalamos de cuando en cuando algunas noches.