En los tiempos en que los reyes creian a ciegas de que eran amos-dioses.
Una mañana se levanto el rey y toda su corte cumplia con su trabajo de servir, ese dia salio al jardin y observo a un minusculo ser con las manos desgarbadas de tanto trabajar y su cara tapada con el sombrero que le cubria del sol. El rey le hablo.Tu quien eres?. Porque trabajas en mi reino?.
El le respondio, soy quien ara vuestro jardin y cuido que las matas florescan para su majestad y endulce su vista.
El rey se retiro sin siquiera mirar de nuevo al jardinero, para el era nada.
Todos los dias el rey cogio por costumbre salir al jardin, para que el jardinero le adulara; pero el jardinero era honesto y decia que el trabajaba para el rey.
Cierto el dia el jardinero le pidio permiso al rey para comentarle algo, el rey dijo: habla.
El jardinero le dijo que se habia soñado con el rey, el rey se enojo. Pero como la curiosidad puede mas que la razon el rey le pregunto que habia soñado. Y el le contesto: que en la tarde vendrian unos emisarios de un nuevo reino creado al lado de la mar, el rey aun mas enojado le dijo: tus uñas llenas de tierra y tu cabeza lo mismo no te dan a entender que no hay reino mas que el mio y que al otro lado de la mar sigue siendo mio.
El rey en su ignorancia no sabia que habia al otro lado de la mar.
Como lo dijo el jardinero en la tarde llegaron los emisarios a brindarle respetos y regalos al rey. El rey recordo el humilde jardinero.
Pasaron y pasaron los dias, el rey todos los dias visitaba al jardinero hasta el punto que el jardinero no le decia mi rey, sino rey.
Un dia antes de que el rey fuera al jardin, recibio la noticia de que el jardinero pedia audiencia para hablar con el. El rey asombrado de que el jaradinero no esperara la visita matutina, acepto la audiencia.
Al entrar le pregunto. Dime que es eso tan importante que me tienes que decir? El jardinero agacho su cabeza y le dijo: mi rey he soñado que esta noche me voy a morir. El rey dijo no hay problema conseguire otro jardinero, alejate de aqui; pero el jardinero le dijo: mi rey hay algo mas y es muy grave. No necesitaras de mis servicios porque tu tambien moriras esta noche.
El rey enojadisimo lo mando sacar por sus lacayos.
El rey preocupado mando llamar todos los sabios, y todos dijeron tu salud es inmejorable, estas fuerte como un leon en su juventud; no tienes de que preocuparte.
Al otro dia el palacio estaba en duelo. El rey habia muerto.
Tambien el jardinero pero nadie se dio cuenta.
En el camino que lleva al cielo se han encontrado el rey y su jardinero.
El rey le dijo: Como es que en el camino al cielo vas tu conmigo? El jardinero agacho su cabeza y dejo que el rey pasara delante de el, pero el tambien tomar ese camino; ya que no habia forma de devolverse.
Al llegar a las puertas del cielo, el rey enojado le dijo a san Pedro: Como es posible que el mismo dia que muere el rey tenga que morir este gusano? y dijo yo quiero entrar solo porque soy el rey.
San Pedro al ver el orgullo del rey llamo a Dios.
El bajo y miro a las dos personas que querian entrar al reino de los cielos.
Dios le pregunto al rey: Que hacias tu en la tierra? Y el le contesto: yo era el rey soberano.
Dios sin dejar que terminara de hablar el rey le pregunto al jardinero: Tu quien eres y que hacias? con la humildad que siempre tuvo le contesto: simplemente fui un servidor, las flores de mi jardin fueron dedicadas a quien las pudiera ver, y su aroma para aquel que no pudiese ver.
El rey dijo: Porque el viene conmigo, si solo era mi jardinero? Como es posible que entre donde entra el rey?.
Y Dios dijo: A cada uno dare lo que se merece.
Mando traer dos tinajas grandes. Una llena de miel pura y suave, la otra llena de todos los desperdicios y desechos humanos.
Como en el cielo no existe pudor, ni verguenza los dos estaban desnudos. Y Dios dijo: que el rey se pare al frente de la tinaja de miel y le unten en todo su cuerpo. De igual forma lo hicieron con el jardinero, pero a este le untaron con la tinaja de desperdicios.
El rey dijo: si ves jardinero que para entrar al cielo, todos entramos con lo que merecemos!.
Y Dios hablo: A mi reino nadie entra sucio, ni en esas condiciones por eso parence frente el uno al otro y se lamen hasta quedar totalmente limpios.
De esta forma sabremos quien merece entrar a mi casa.