Amigos, hay momentos en la vida, muy pocos por cierto, en que se nos develan los misterios mas insondables del universo, cuando esto pasa puede cambiarnos por completo la vida, pero debemos abrazarlos y nunca olvidarlos.-
Ocurrió así: contaba en aquel entonces con cinco años de edad, creo, me encontraba en el patio de mi humilde casita paterna, cuando me sentí abrumado por mi realidad de niño, quería llorar, me sentía incomodo por lo que habiendo aprendido una primera oración: el padre nuestro, comencé a rezar y le pedí a Nuestro Señor Jesucristo, que me concediera el deseo de ver a mi Ángel de la guarda, recuerdo que para esa fecha mi papá había sembrado maíz en el fondo del patio.-
Una niña, con la apariencia de tener diez años entró caminando muy calladamente desde la calle, tenía unos ojos bellos y tristes, su vestimenta era casi transparente, no porque vistiese túnicas de seda, sino porque se encontraban raídas, desgastadas en extremo, era el ángel no cabía duda no era como los ángeles de las revistas o de los calendarios, ya que este ángel tenía la apariencia de una indita, no era gorda y sonrosada, sino muy delgada y palidita, no era de cabellos rubios, sino de cabello negro azabache, su rostro no sonreía, sino por el contrario mostraba un aire de gravedad y sufrimiento, combinado con bondad.-
Vos sos Becutis me dijo, más que preguntarme, tu mamá te manda este vaso de fresco de melón con naranja. Tomé ávidamente el fresco que iba en mi pocillo rojo del Santa Clós.-
Y vos quien sos? le pregunté, yo soy la Ángela me dijo y a partir de ese momento fuimos los mejores amigos, este ángel que además era una chiguina, era un ángel muy bueno, siempre estaba pendiente de mi, me andaba cuidando cuando yo andaba jugando en el patio, me ayudaba a recoger hormigas en una botella, se subía al árbol de guayaba y bajaba las mas maduras, me leía un libro de cuentos que me regaló mi hermana la Profesora Leyla, estaba pendiente de mi comida, me llevaba al servicio y cantaba conmigo en la iglesia en la misa de niños pobres, cuando mi hermano JAIME no podía acompañarme.-
Pero este ángel tan bueno, no me ayudaba sólo a mi, también ayudaba a mi mamá, mi mamá tenía una comidería ( Lo que ahora se conoce como comedor) y el ángel servía las mesas, lavaba los platos, llevaba el café, lavaba el servicio, estaba pendiente de ayudarle a todo el mundo.-
Recuerdo que para esa fecha murió mi hermano FRANCISCO el murió ahogado, como en nuestra casa todo este duelo y sufrimiento provocó un gran caos y desorden recuerdo que el ángel esa noche se sentó en una silla de madera cerca de la cabecera de mi cama, tomándome la mano y me dijo: Es bonita la muerte, no es algo malo, te encontrás con gente que te quiere mucho y que vos querés mucho pero de los que no te acordás cuando estás vivo, en la muerte no hay oscuridad ahí ves todo clarito.-
Me tranquilizó, me sobó la cabeza, me durmió y cuando desperté a la mañana siguiente ahí estaba sentado en la silla, puso a calentar agua, me ayudo a bañarme, me plancho la ropa, me peinó y me dijo pórtese bien, sea educado y sobre todo cuando no sepa que hacer pídale a DIOS que le dé lo que necesite aunque usted no sepa que es.-
Esto me ocurrió a muy corta edad, pero esta grabado en mi memoria, cuando le preguntó a los demás que si recuerdan al ángel que vivió en nuestra casa que vino antes de la muerte de mi hermano y se fue después sin poder precisar fecha, Todos me dicen que estoy equivocado, que la que me cuidaba era la Ángela la empleada doméstica y entonces miró a los demás con asombro pues parece que todavía no entienden que una empleada doméstica no es otra cosa que un Ángel.-