Como nosotros ya sabemos las arañas son depredadoras de cualquier tipo de insectos. Sin ellas la cantidad de bichos en el planeta fuese elevadísima. Animales de la misma y diferente especie se comen manteniendo un balance en la ecología.
A continuación los invito a leer una historia que tiene mucho que ver con este tema.
Hace tiempo en un inmenso bosque, los bichos más despiadados eran las arañas. Todos los insectos les temían, pues acababan con un gran número de ellos.
Las arañas eran malvadas, hacían telas muy finas, casi invisibles y pegajosas, con el fin de atrapar a sus presas, para así devorárselas vivas.
Los arácnidos se creían los más fuertes del lugar y se sentían muy orgullosos de no ser considerados insectos por poseer más de seis patas. Ellos afirmaban que gracias a sus ocho patas podían moverse más rápido y por supuesto saltar con mayor agilidad.
Como dije anteriormente, todos los insectos les tenían miedo y cuando se acercaba el medio día, que era la hora en que ellos salían de sus cuevas a comer, todos corrían a sus hogares a esconderse de ellos.
Una hormiga joven, no sabía por qué todos huían alarmados a ocultarse; así que salió fuera del hormiguero, para investigar.
Las arañas que nunca andaban solas, sino que salen con su pareja, vieron a la hormiguita que espiaba detrás de una hoja seca. La hembra araña, al ver al insecto, le hizo señas al macho para tenderle una trampa, a la hormiguita curiosa.
_ ¿Quién anda por allí?- preguntó la hembra, que no podía contener la risa, al ver que la hoja temblaba como si tuviese miedo.
_ ¿Es acaso que esa hoja seca, nos tiene miedo? - dijo en un tono burlón.
La hormiga distraída con los comentarios de la araña hembra, no se dio cuenta que detrás de ella había llegado el macho, para atraparla. Pero cuando ésta se dio cuenta, era demasiado tarde, pues el macho ya se había abalanzado sobre ella para ahorcarla con sus finas pero largas patas.
Finalmente después de darle una gran paliza la dejaron viva, pues a las arañas, por suerte, ella les parecía poca cosa, como platillo principal o como aperitivo, ya que como todavía era muy joven, se veía más pequeña que las demás de su especie y preferían mejor capturar a otro insecto que se viera más suculento.
La hormiga llegó a su hormiguero muy herida y al terminar de contarles lo sucedido a las otras cayó inconsciente al suelo. Sus hermanas la acostaron en una hojita que seguramente era la cama y al contemplarla dormida escucharon lo que decía en su delirio:
_ ¡Juro que no volverán a salirse con la suya, mis hermanas y yo las detendremos!
Las demás hormigas se sentían muy tristes, porque sabían que perderían la batalla si por casualidad decidieran enfrentárseles.
Luego de unos días, la pequeña que se había recuperado por completo, dijo a sus hermanas:
_ ¡Hermanas por ningún motivo dejaremos que las arañas nos pisoteen, porque somos más numerosas que ellas!
Pero otra colega, intervino diciendo:
_ Nosotras somos más numerosas, pero también somos más débiles- dijo pesimista su colega.
_ Ese detalle ya había pasado por mi mente. Por eso nosotras entrenaremos duro; levantaremos objetos pesados y nos volveremos muy fuertes. Además ensayaremos varias veces el plan que ya tengo en mente.
Finalmente pudo convencer a sus hermanas y enseguida solicitaron la ayuda de los hormigueros vecinos; que sin dudarlo dos veces, les tendieron la mano.
Las hormigas, que eran muy estrictas estuvieron entrenando por tres largos meses. Mientras pasaba eltiempo, nuestras amigas se hacían más fuertes. Ellas salían fuera del hormiguero en las mañanas y en las noches, para entrenar y comer, tratando de no tener un desagradable encuentro con las malvadas arañas, que salían al medio día y no regresaban a sus cuevas, sino hasta que el sol se ocultase.
Llegado el día en que las enfrentarían, esperaron a que llegase la hora del medio día, para poner en marcha el plan.
Las hormigas se habían dividido en tres escuadrones de combate: Aéreo, terrestre y acuático. Todos colocados en sus respectivos puntos estratégicos, esperando pacientemente el encuentro.
Una vez que las hormigas, las vieron acercarse, atacaron sin piedad. Un escuadrón de hormigas voladoras, inició la batalla, arrojándoles comida con mucha fuerza y a gran velocidad. Realmente parecían aviones de guerra. Pero sólo consiguieron herir al macho, dejándolo fuera de combate.
El escuadrón de hormigas terrestres se acercó a la hembra mostrando gran firmeza en sus pisadas, haciéndole entender que hacía ya bastante tiempo habían dejado de temerles.
Ésta que no se dejaría intimidar tan fácil, les dijo advirtiéndoles, muy segura de sí misma:
_ ¡Hormigas, deben sentirse muy fuertes por haber vencido a mi esposo, pero no vayan a pensar que ya ganaron la guerra, porque no es así, sólo han ganado una batalla! ¡Además, por si no se habían dado cuenta, las arañas hembras somos más grandes y más fuertes que los machos, lo que significa que somos más malas y menos fáciles de vencer!
Las hormigas, que no permitirían que les hablase así, le contestaron muertas de risa, para que le diese rabia a la enemiga, lo siguiente:
_ Pues tal vez resulte más difícil, que a tu esposoderrotarte, pero lo lograremos; porque ignoramos si tú sabes que nosotras somos muchas más y que además somos tan fuertes que podemos levantar varias veces más el peso de nuestro cuerpo. Por lo tanto, tenlo por seguro que perderás la guerra que tú y tu marido comenzaron, desde hace mucho tiempo.
La araña al verlas tan decididas, tuvo miedo por primera vez en su vida, pues no tenía el apoyo de su esposo ni el de sus amigos, por vivir cada uno distanciado del otro.
Su desunión, sería quizás, la causante de su derrota.
La araña quiso intentar algo como última opción de salvación y dijo:
_ ¿Qué crimen es querer alimentarse? ¿Acaso no saben que nosotras nacimos con una dieta bien estricta, que dice que debemos alimentarnos de insectos? ¡Otros también lo hacen! ¿Por qué no les declaran la guerra a ellos?
Las hormigas que no podían escuchar más barbaridades, le contestaron:
_ Porque ellos matan para sobrevivir, pero ustedes también lo hacen para divertirse.
_ ¡Pero lo que dicen no es cierto! Nosotros no matamos por placer. ¿Acaso su pequeña hermanita no regresó a ustedes viva?- dijo pensando que las convencería.
Pero ellas implacables le respondieron:
_ ¡Si no mataron a nuestra hermanita, fue porque seguramente tenían demasiada hambre, como para perder más el tiempo con ella! Así que te golpearemos tanto que esto te enseñará a ser como las demás especies que sólo cazan para comer. Tú te encargarás de hacérselo saber a los tuyos y más te vale que no regreses por aquí con los de tu especie a querer darnos la revancha, porque la próxima vez no seremos sólo las hormigas quién contestarán a su ataque, sino también los otros insectos que son amigos nuestros.
Y al terminar de decir eso, se le arrojaron encima mordiéndola por todos lados.
La araña, luego de ese gran ataque masivo, quedó coja de una pata y llena de morados, que a pesar de ser oscura se le notaron por ser más bien amarillentos.
La araña se fue de aquel lugar a todo vapor,cojeando y gimiendo, sin decirles ni siquiera una mala palabra. Pues no quería permanecer en el lugar ni un minuto más.
Mientras eso sucedía, el escuadrón acuático que pretendía llegar hacia la cueva de las arañas, que se encontraba cruzando el riachuelo; empujaba varias hojas hacia el agua; pues con ellas llegarían al otro lado del riachuelo, al dejarse llevar por el remolino, que siempre terminaba por acercarlos a la orilla. La dificultad sólo era tratar de no equivocarse de remolino, pues existían algunos, que en vez de acercarlos hacia la orilla, los empujaba a lo más profundo.
Gracias a Dios, las hojas fueron llevadas sin problemas por la corriente, aunque de vez en cuando tuvieron que hacer maniobras con unas ramitas que les servían de remos, para no perder el rumbo, hasta que desembocaron en el remolino esperado y este finalmente las condujo hacia la orilla.
Al llegar a la orilla, las hormigas se bajaron de las hojas y se dirigieron con decisión hacia la madriguera de las arañas. Una vez en el lugar, comenzaron a sacar los huevecillos que se encontraban allí, los colocaron en sus hojas e hicieron el viaje de regreso. Los huevos serían llevados a los hormigueros, para ser usados como alimento; de la misma forma como nosotros usamos los huevos de gallina para hacer con ellos exquisitas comidas.
Al retornar a casa, los demás insectos las esperaban, para felicitarlas por la hazaña que habían logrado hacer. Pues no sólo habían conseguido intimidar y derrotar a esas arañas que se creían muy listas, sino que también lograron evitar que ellas se reproduzcan por al menos un buen tiempo.
Y desde ese entonces, las hormigas fueron respetadas y consideradas las más fuertes del lugar.
Autor: Nathalie Ledo.
Creada: 23 de marzo de 1997.
"Dedicado a mi amiga Lébana, que tanto le gustan este tipo de cuentos Fantasiosos".
José: Es un honor tenerte por acá, ajaja que gracioso deberás contarme esa historia tuya de la vaca, ejejeje. ¡¡¡Vaya comparación José!!! Siempre con tu gran sentido del humor que me atrae a ti...Bueno gracias por leerme, nos vemos.. Un besito. Con cariño Nathi.