"Es solo un momento... necesito verte" Las palabra parecíanle inventadas o símplemente de algún intruso. Sorteó la duda y decidió averiguar por su cuenta: "¿Sucede algo? sabes bien que no puedo salir estos días..." Un prolongado silencio: "No... mira yo.." ella sigue en espera de algo concreto pero el vasío se hace mas largo, luego :"¡No cuelges!... ¿Martín?" Solo el eco del timbre y la interrogante descubierta a voz en cuello: Definitivamente no es él. Cuelga el teléfono y se va apresurada al dormitorio, se detiene en el umbral como si algún pensamiento la distrajese. Enseguida se va a la comoda y extrae del cajón el diario de anotaciones, en la portada se puede leer claramente "Inesita" Hojea intensamente: "Esta es" dice. coloca entre las páginas una de las estampillas que tiene siempre a la vista ahí, en la mesa de noche. Apresurada llega nuevamente al teléfono, enumera en el aparato y luego espera que algien conteste al otro lado, ansiosa. Timbra nuevamente y

- ¿Aló?.. buenas tardes...
- Hola julita soy Gladis, mira necesito que me pases con Andres... Urgente
- Ha... No esta, salió hace media hora, aprox...
- Huy carambas, bueno ¿y no sabes si salió con alguien, alguno de sus amigos?
- Solamente lo ví entrar en un auto que lo estuvo esperando afuera.
- ¿No reconociste a alguien dentro?
- ...
- ¿Hola?
- Si, me perece verlo visto a Juan, solo a él pero habían dos mas dentro.
- Bueno Julita gracias, dile cuando vuelva que
me llame, necesito hablarle urgente.
- Ok
- Hasta otra y besos.
- Chau
"Sera mejor que vaya" dijo. Colgó el telefono y se fue directo al dormitorio. Se puso una ligera ropa y arrancando una hoja del cuaderno de notas escribió: Regreso en seguida. Se coloreo los labios al instante y se paso la peineta dos veces por el pelo y se afirmó el colet dejandose caer el cabello hasta los hombros, salió apresurada.
ya en la calle sorteaba entre la acongregada gente que le impedia el paso. "A su casa no entro" penso, "Pero Elvira me hara el favor" Paró el expreso en la avenida Alcanfores y tomó asiento junto a la ventana en las primeras butacas. El trayecto era largo y la incertidumbre le corroía por cada segundo que transcurría. Intentaba pensar en otros asuntos pero solo coseguía confundirse más. El boletero la sacó del sopor y asonrrojada le pagó veinte centavos de pasaje, le preguntó la hora: "veinte para las cuatro" le dijo. Se introyectó de aquellos pensamientos mordases: "En el momento que menos lo pienses... maldita" Se estremesió, en su rostro pulcramente rosado se inoculó una leve manta amarilla. "Estoi segura, pensó, no es Martín, no es..." El bus estaba compacto de usuarios, en el ambiente se diluía un confin de transpiraciones y murmullos que no le hacían presencia a Gladis, estaba absorta: "Pero ella dijo: Juan. Y eso es peor, peor... Una estridente voz de al fondo la hizo reaccionar: Me quedo en malecon, dijo ella. El bus se detuvo lentamente y salió precidida de otros pasajeros que murmuraban contra el chofer. Se encaminó hasta la tercera cuadra y las ánsias le hacía mas pasada el trayecto. Sólo le falta una cuadra y a lo lejos le llama la atención a dos efectivos que vienen en sentido contrario a toda prisa, pronto los tiene cerca y ella hace un esfuerzo por recuperar el sentido común de las cosas: Son solo mis ideas, dice. Empero, sin percibir aquel juego de la mente sus pasos son cada ves mas lentos y así se allega con dificultad hasta la esquina. Se detiene en seco y... ésa es. La casa. "Dios mio" susurra. "No". Hay un gentío en las afueras y un cordón policial que restringe a los impasientes vecinos a llegarse mas a fondo, todo es cofucion. Ella va en silencio, los sentidos ya le han ganado y un leve sopor la envuelve en el espanto.

- ¡Ella! - dice una voz entre el aconglomerado.
Todos voltean y las miradas intrigantes se dirigen a la joven, quien trae la mirada perdida.
- Esta es la ramera culpable de mi...- y el chiquillo no puede terminar con su monserga por el llanto que lo invade. Uno de los presentes lo detiene entre sus brazos y lo consuela.
- Si, y todavia tiene la conchudes de aparecer...-el sentellante golpe que estremese en el rostro de la joven provoca la ira de la gente que se suma en la golpiza. Los custodios llegan ese momento a defender a la joven quien yace en el suelo, desmayada.

Gladis desperto en la sala de cuidados intensivos con riesgo de coma a los tres días de aquel furtuito incidente. Sentía las manos adoloridas y ni bien cobró conciencia las lágrimas le corrieron por el rostro: "Martin" dijo. " Que le hicieron ¡que!" La enfermera fue hasta su cabezera.

- Tienes que calmarte -le dijo-. aun estas mui devil.
- ¡No me importa! Si no me dices qué pasó desocuparé este lugar y no respondo...
- No soy la indicada para decirte nada
- Entonces no perderé el tiempo con usted -Se incorporó en el lecho pero la enfermera la detuvo con una venia impasible y la acostó nuevamente.
- Esta bien - dijo-. De todos modos lo sabras. Pero a la menor exasperación la corto... ¿estamos?
- Dicen -continuo- que sus amigos llegaron en un auto a eso de las tres de la tarde. El Joven ese que usted reclama los hizo pasar a su dormitorio y se enserraron en él. No había nadie mas en la casa, eso dicen. Pero uno de los sobrinos del Joven regresó por unos cuadernos que había olvidado en casa y al entrar encontró a esos criminales vajando al Tio por las escaleras, manchados de sangre y ya te puedes imaginar.. Yo solo estoy enterada de eso. Los detalles no lo sé bien, pero ¿de que valen los detalles estos momentos?...
Gladis escuchaba embelesa el relato. En sus ojos se había perdido aquél brillo de la vida y empezó a vivir la muerte; sintiendo todo aquello que le rodeaba como el sempitermo confin de algún cuento mal hecho, como si aquella voz que le quitaba en cada palabra la vida llegase a su triste final con el colorario de: ...momentos?