Sentía que no podía abrir los ojos, quise mover los brazos para tallarme los ojos con las manos y tampoco pude, sin embargo, si escuchaba las voces a mi alrededor, oía una voz masculina que le decía a mi esposa. Lo siento señora, pero su marido ya no presenta signos vitales, está muerto, escuché el grito desgarrador de mi esposa ¡¡ NO, NO ME PUEDES DEJAR !!, y enseguida el llanto de mis pequeños hijos, que no alcanzaban a comprender lo que estaba sucediendo, pero que asustados también lloraban al ver a su madre envuelta en llanto. Después sentí como me estaban quitando la pijama para ponerme mi mejor traje, yo quería decirles que estaba vivo, pero las palabras se quedaban en mi cerebro, nunca salieron de mis labios, me metieron en un lugar muy estrecho, a pesar que no podía ver donde estaba, sentía que me faltaba el aire, al pensar que estaba en un ataúd, pues ese olor característico de flores así me lo dejaba sentir. Yo pensaba que eso no me podía estar sucediendo, que me faltaba mucho por vivir todavía, quería regresar el tiempo para darles a mis hijos y esposa el tiempo que tanto me pedían, mis hijos me pedían que jugara con ellos al regresar de mi trabajo, pretextándoles siempre que llegaba muy cansado de trabajar, claro que hacía una escala ántes de llegar a casa en un club social para tomarme unas copas con mis "amigos", les decía a mis hijos que yo trabajaba mucho para que a ellos no les faltara nada, estaban en los mejores colegios y tenían también los mejores juguetes. Yo era un ejecutivo de una empresa muy importante y ganaba mucho dinero. Escuchaba las voces de mis "amigos" que le daban el pésame a mi esposa, muy guapa por cierto, sin dejar de abrazarla, que cualquier cosa que se le ofreciera se los pidiera, claro que yo sabía de esas intenciónes de ellos, ya que en más de una ocasión y con unas copas encima, me habían dicho lo guapa que estaba mi esposa, y me dejaban entrever que les gustaba. Mi intención fue darles una patada para sacarlos de allí, fué en éste momento que escuché un grito de mi esposa. ¡¡ PORQUE ME DISTE UNA PATADA !!, al fin pude abir los ojos y desperté realmente de ese mal sueño que había tenido, la abracé y le dije cuánto los amaba a ella y a mis hijos, que a partir de ese momento les iba a dedicar más tiempo, para vivir como lo que realmente deberíamos ser, una familia.
Buen relato amigo es bueno pensar que algún día partiremos y pues mientras estemos aquí tenemos que aprovechar al máximo lo que nos deja esta vida.