I
Tumbado en mi lecho, sentí la sepiente, silente, media viva, media muerta que se me acercaba, dispuesta a lanzar su veneno maldito... Me arranqué los ojos y, vi mas claro... !Oh! Era el doctor que zigzagueante, arrastraba su ser hacia mi. Ya casi a mi lado, sonó su voz muerta y me mordió e inyectó ssu hipodermica; luego, ya mas calmo me dijo:
- Levántate, que tu familia te espera, y, están mas muertos que tu...
- Mi familia?... Los muertos? - respondí.
- Sí... Tu familia - me dijo el doctor.
De pronto, sentí que su veneno comenzaba a congelarme. Mi alma, aún anárquica, levantó la voz:
- No deseo vivir con los muertos... Los muertos no hablan... Sólo los vivos mueren de verdad; éllos aún no saben que yo estoy muerto porque me han contagiado...
La serpiente-doctor comnezó a crecer tanto que su aliento, su filosa lengua y su cuerpo escamoso comenzaron a extrangularme... De pronto, su lengua se transformo en un largo y elástico brazo y, luego, salió una mano con diez dedos, diez uñas, todas llenas de caca negra que apestaban a mierda negra; fue allí que esas uñas comenzaron a alargarse y volverse tan filudas como hojasde afeitar, como un bisturí... que comenzaron a arder como lava, al negro-rojo vivo... Y cuando comenzaron a penetrarme mis carnes, los ojos de la serpiente-doctor se acercaron a los mios como si fueran dos bolas de vidrio; y fue allí que comencé a gritar con todas mis fuerzas, pero, hice muy mal, pues, la serpiente se metió a través de mi boca... se hundió hasta llegar a la puerta tibia de mi alma; tocó con fuerza diciendo:
- Tus padres quieren matarte una vez mas... Anda y no seas cobarde. Ve y ofreceles tu alma, tu cabeza que yo les diré que tu ya estás desahuciado. Anda carajo y, vela a tus muertos... !Entiendes! y después, mátate... Anda y míralos, que ya están esperándote...
II
No sé si salí con miedo o verguenza... Sin darme cuenta escuchaba a los muertos, mi familia; y sus palabras eran frías y negras, como si fuera el humo de un helado o el aire de un ánima...
La sala de visita era como una caja grande de zapatos. Mi hermano mayor parecía mirarme desde cientos de Kilometros, aunque estaba a unos cuantos pasos. Mis padres me escupieron impiadosamente sus flemáticas mentiras, mientras yo, ya verde de tanto escupitajo, cogí un pañuelo y les comencé a cantar una canción que me salía como un chorrito de caño malogrado, lento y sucio...
- Viejos, mi cama huele a pichi y a caca, y todo me huele a podrido, a flores de cementerio, a muertos agonizando... así como yo.
- !Miren, el Baby tiene visita! - escuché una voz en el sanatorio.
Luego, se cerró el telón de la comedia, sin aplausos, sin gente sonriente, sin flores... Un angel vestido de blanco y con la cara sonriente me tocó el brtazo y, suavemente, me llevó hacia mi cuarto-nicho... Poco a poco me acercaba a mi lecho, las sabanas embarradas de casa y con el hedor a pichi me esperaban ansiosas a que yo me revolcara en ellas, una vez mas para cerrar los ojos y... seguir muriendo vivo...
Dedicado a Iñaqui,
Joe, 07/01/04
Es algo bien loco, pero es como una pesadilla real.. Igancio