Quedó mirando la inoperancia, el no me importa, la democracia doblada en cuatro en los bolsillos de los gobernantes; el vallado de la no libertad; el mundo de sordera existente; el pozo profundo que trago las respuestas; la última moneda que se fue rodando por la alcantarilla en un momento de distracción; el vende y alquila ocupando los paisajes de Argentina, demostración evidente de nulidad; los mendigos pululando por las calles, revolviendo basura y sin entender; los jubilados sin ser escuchados y mirados con desdén. Mirando el tiempo desperdiciado en forma perversa; el trabajo que un día se levantó y dijo basta, marchando sin rumbo fijo; las deudas que se estrujan en las manos sin saber como continuar; el sentirse burlado por llegar a pobre, después de haber luchado tanto para levantar cabeza. Y…el pueblo quedó mirando, la inseguridad que pisa los talones, y que un día cualquiera sin juicio previo la vida queda tirada como un montón de porquería, sin un por qué; los niños que comienzan con sus sueños ya rotos, porque la educación no llegará a sus puertas; las enfermedades haciendo cola en los hogares y los hospitales; las calles intransitables, porque nadie hace nada, total ya hace rato que no existen ciudadanos sino parias. También quedo mirando, la incertidumbre que flamea rozando sus rostros; la intemperie manejando vientos lluvias y un abrazo polvoriento como refugio para aquellos que de la noche a la mañana son nada; la alegría chocando con el engaño y haciéndose trizas en el corazón, dando lugar a la furia contenida; los robos abiertos de los que dirigen el destino del país; el cambio que tantos gobernantes expresaban, pero que a último momento un no se qué, desbarrancó al cambio en lo más inaceptable que haya existido jamás. Quedó mirando el territorio desolado y fantasmal; los gritos de angustia de una sociedad enterrada en vida, por culpa del desamparo: las muertes silenciosas de habitantes que al despertar, quisieron seguir soñando y no ver más. Quedó mirando las listas de infortunios sucedidos en tantos años de completo abandono. Y el pueblo quedó mirando la esperanza, para poder dormir sin las angustias.