Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Cuento
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Cuento
Categoría: Sin Clasificar

Una Historia especial

Es otoño, todavía la temperatura no se ha decidido a declinar y por eso aprovecho las primeras horas de la tarde para estar en el parque.
Van varias tardes que lo hago, al principio llevaba los walkman, pero poco a poco el parque me fue conquistando, aprendí a escuchar el silencio, descubrí el sonido del viento entre los árboles, los gorjeos de los pájaros, las peleas de las calandrias y hoy...... descubrí las charlas de los árboles.
Si!!, hoy fui testigo indiscreta de la charla entre el olivo y el limonero. Claro, como no iba a serlo, estaba en el medio.
Estaba adormilada pero el ruido de las hojas del olivo, me llamó la atención ,porque no las veía moverse, no había viento y sin embargo las hojas hacían ruido, de a poco me di cuenta que en el limonero pasaba lo mismo.
Escuché un sonido como el que hacemos cuando nos desperezamos y un hola; miré por todos lados pero solo me rodeaban las plantas.
Quieta y muda escuché al olivo saludar al limonero, le contó que estaba contento porque revisando sus ramas descubrió que unos gorriones hicieron un nido nuevo, que eso lo alegraba porque era una forma de continuar la vida; que según el faltaba poco para que José viniese a recortar las ramas desparejas y el limonero le preguntó como hacía para calcular el tiempo, porque el hacía poco que estaba ahí y no conocía las costumbres de los humanos.
El olivo contestó que llevaba 57 años allí y que podía contarle todo respecto de la casa y los humanos, que los vio desde pequeños, los soportó siendo joven sobre sus ramas cuando los chicos jugaban y decían que escalaban y varias veces vio caerse a Jorge y a Nino, cuando se paraban sobre las ramas finas, no podía entender como no se daban cuenta que allí no debían poner los pies.
Le contó que las chicas y Victoria, las tardes de verano iban a tomar sol y al atardecer Victoria llevaba lo refrescos a la mesa que está junto a el.
También le habló del cumpleaños de Virginia, el último, cuando ella quiso fotografiarse abrazada a él, dijo que se había sentido tan bien que decidió que las aceitunas brotaran antes de Pascua.
El limonero lo escuchaba, preguntó por que no veía mas a Nino cruzar el parque y por que no estaba más Farah.
El olivo tembló y le explicó que el era joven y los humanos a veces desaparecen y que Farah por si el no recordaba está en un pozo que hicieron a su lado cuando no hacía ni un verano que estaba allí.
Se quejó porque según sentía no lo estaban alimentando bien , el limonero asintió y dijo que no iba a poder hacer brotar tantos limones como la primavera anterior, que notaba que los humanos estaban muy ocupados y José no se fijaba tanto como al comienzo cuando lo trajeron.
Paso un tiempo, escuché otra vez el mismo sonido de las hojas y me animé a moverme, miré la copa del olivo y descubrí el nido del que hablaba, está alto, desde acá se lo ve muy pequeño, me acerqué más y no pude resistirme a acariciar el tronco, en ese momento una emoción muy grande me empañó los ojos y recordé todo lo que había jugado en el parque , me vi corriendo, jugando con la manguera, juntando las aceitunas, cortando a escondidas el primer jazmín, escondiendo entre las plantas los huevos de pascua.
Me alejé del olivo y me acerque lentamente al limonero, lo miré por primera vez y me di cuenta que estaba acariciando sus hojas y sentía alegría.
Luego recorrí todo el parque con la vista, cada lugar, cada planta y entonces descubrí una sensación extraña en el aire, había paz, una paz tan placentera que nada la podía quebrar.
Regresé a la casa alegre y feliz, los árboles y yo guardábamos un inmenso secreto, conocíamos nuestras vidas.
Datos del Cuento
  • Autor: Andrea May
  • Código: 3615
  • Fecha: 21-07-2003
  • Categoría: Sin Clasificar
  • Media: 5.49
  • Votos: 57
  • Envios: 0
  • Lecturas: 4033
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.117.93.183

3 comentarios. Página 1 de 1
Alejandro J. Diaz Valero
invitado-Alejandro J. Diaz Valero 11-04-2004 00:00:00

Especialísima resultó ésta historia. Quié ha vivido desde pequeño rodeado de árboles, y ha crecido léjos de éstos, y luego de adulto vuelve a encontrarse con ellos, podrá sentir esas conversaciones y añoranzas que para muchos parecen imaginarias. Buen Trabajo amiga, Cordial Saludo. Alejandro.

Angel F. Félix
invitado-Angel F. Félix 26-09-2003 00:00:00

Cuanto más te leo, Andrea, más te respeto y admiro. Sabes de viento que orea y árboles que emiten cariño. Y es con tu prosa florida y tu numen creador, que emanas dicha querida a éste tu humilde lector. (Andrea May, "Una historia especial")

Monsieur James
invitado-Monsieur James 24-07-2003 00:00:00

Te pasaste chiquita.. De verdad... Soy un enamorado de mis hermanos verticales y esta historia me lleno de emoción, sencilla pero muy bella. Te felicito, muy bonito cuento.

Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Cuentos: 21.638
»Autores Activos: 155
»Total Comentarios: 11.741
»Total Votos: 908.509
»Total Envios 41.629
»Total Lecturas 55.582.033