Cómo podía adivinar que esa mujer espectacular era una entidad extraña. Si, esa era la definición, una entidad de la sombra. El abordaje fue sencillo, ella misma colaboró de una manera espontánea, lo que me extrañó fue la prisa para desvestirse y su desesperación en el acto sexual. Luego comenzó un extraño ritual sexual mientras se metía mi miembro en su boca. Cómo lo disfrutaba, casi parecía que a medida que succionaba más, mas deseo producía en mí, sin perder mi entusiasmo y vitalidad. Después de permanecer una hora en esa actividad frenética, ella me preguntó ¿sabes con quien haces el amor?, ¿sabes quien soy?. Se levantó de la cama, y dijo: voy a transfigurarme para ti. Y al instante la bella hembra cambió su fisonomía por un extraño ser de color cobrizo. De una belleza enigmática pero su piel era como la de un lagarto. De su vagina salía un extraño sonido. Quise huir de ella, pero me dijo: No lo hagas, sería lo ultimo que hicieras, transformándose nuevamente en la mujer excitante y sensual anterior. Ahora tómame nuevamente, soy exactamente lo que tu quieras que sea. Con esa mujer el tiempo no pasaba o así parecía, existía una extraña comunicación mental que se producía cuando hacíamos el amor, me venían extrañas imágenes donde se me explicaba que tipo de ser era, de donde venía. Ella era un ser serpiente, de una raza antigua, tenía la mitad de genes de esta humanidad de adan, y la otra de su pueblo serpiente. Lo que más pareció disfrutar fue el sexo anal, sus gritos y gemidos los tengo todavía en mis oídos, otras veces producía un sonido parecido a una vibración larga y sorda como el ronroneo de un gato. No parecía cansarse y lo extraño era la vitalidad y el deseo que generaba en mí, para continuar en diferentes posiciones que ella me mostraba como una excelente maestra. En la mañana al caer los primeros rayos del sol, se inclinó al astro rey, y en un lenguaje extraño, dijo una plegaria a sus dioses serpientes. Me dijo: estaremos unidos para siempre, regresaré sin duda. Ella se alejó, no la volví a ver, siempre la recuerdo, tengo todavía el sabor de sus besos y la sensación de su piel de serpiente en mi cuerpo