Por más que el tiempo haya pasado y los meses me alejan cada vez más de esa sensación de Dios en el cuerpo, por más que haya entendido que fue mejor que cada uno siga el camino que tenía trazado por separado creo que todavía, en lo más profundo de mi alma, se esconde tras una pizca de orgullo un "te extraño" que, quizás a diario, se aparece como un fantasma cargando un aire de nostalgia por ese mundo que se encontró un día frente a un abismo tan grande como el miedo mismo.
Hubo un antes y un después de tu presencia, mi vida cambió, dio giros de todos los matices. Aprendí a llorar con el alma al desnudo cuando entendí tus palabras y comprendí qué era amar sin importar nada. Pero te fuiste, y te dejé ir, siempre dije que no podría lastimarte y dejarte aferrado a mí sería torturarte, entonces preferí ver como volabas, como te desaparecías de todo...pero no te olvidé, te quedaste acá, dentro de mi corazón que en estos días aún en secreto te extraña.
Cuando te fuiste se me acabaron las primaveras y noviembre se volvió frío, octubre sin magia y diciembre se hizo esperar. Y me quedé colgada de la duda de saber cómo un ángel pudo romper mi corazón? Como dice esa canción que cada vez que escucho te vienes a mi cabeza reviviendo esas miradas que clavabas en mi pupila antes de adivinar tu nombre.
Hoy, es tarde, tarde para quererte, para extrañarte, para recordarte, para vivir....es demasiado tarde para decirte que no te olvidé.
En este tiempo yo también cambié, conocí gente, reí hasta dolerme la panza, viví la amistad, quise dejar de ser yo, me enamoré, besé otra boca, sentí que nacía, sentí que moría... y siempre supiste la mitad de las cosas, nunca te conté la historia completa. Igualmente, no te importaría.
Pero tengo que confesar que en los últimos meses te he seguido extrañando, teniendo a quien querer y a quien no. Porque si conociera a alguien, creo que él no me abrazaría con esa torpeza inocente con la que me atabas a tu cuerpo, ni me dirá esas cosas lindas que me olvidé por nervios en una tarde Agosto, ni sabrá qué es lo me sorprende, ni me hablará de primavera cuando las mariposas nos rodeen, ni se preguntará cuál es la forma de capturar mis manos en las suyas, ni siquiera temblará al decirme "te amo". Venga quien venga no lo hará, y si volvieras tampoco sería lo mismo porque tanto vos como yo cambiamos y no tendría la misma ternura de aquella vez.
Por eso, en esta tarde de lluvia que se parece a esas que culpábamos por no podernos ver, te extraño. Me cuesta dejar todo en una foto amarilla de recuerdos, porque tu nombre, sólo el tuyo, me recuerda a la palabra melancolía. Aunque conozca personas más maravillosas que vos, sólo tu nombre tiene ese significado porque nadie más que sabe compartir un paisaje perdiéndose en sus ideas y quedándose ahí callado como ausente, sólo vos sabés hacerlo.
Ya no quiero extrañarte pero es el precio de haber vivido una historia de noviecitos en una tarde entre Agosto y Septiembre. Espero que vos también tengas tan buenos recuerdos de mi como los que tengo tuyos, ojalá que sigas siendo ese nene que conocí yo, ese angelito que me enseñó a besar y con el que supe que era decir "te amo".