Esta es una historia que muchos pueden decir: “ah, es la típica historia de amor por Internet”, pero para mí no, es la historieta que me devolvió lo que pensaba que había perdido, que había olvidado.
Había una vez una nena-mujer que pensaba que eso del “amor” nunca más le llegaría, pero ojo el amor de verdad no ese que en días o semanas se olvida.
Uno de esos días, cualquiera sea ya que todos eran iguales, va distintos, pero en el fondo eran iguales, decidió conectarse a eso que una vez había conocido y de seguro ustedes conocen: el “Internet”.
Después de varias largas noches conoció a una persona con un nickname determinado, pongámosle “P_S” para no dejar a nadie al descubierto...
Empezaron a conocerse. Ella solitaria, él también, los dos con ansias de conocer a alguien que les “reviente la cabeza”. Ella harta de la gris soledad, él supuestamente harto de las presiones y casi acostumbrado a la rutina que llevaba con su pareja de hacía 7 años.
Intentaron conocerse personalmente aproximadamente 3 o 4 veces en 2 años, pero ella por vergüenza, por miedos tontos, vaya uno a saber porque, siempre se negaba a ultimo momento, pero eso a él no lo desalentaba, seguía adelante como si nada, la invitaba una y otra vez.
Vale rescatar lo que ella sintió la primera vez que le escuchó la voz... muy dentro de sí supo que era la voz del hombre que siempre había soñado, ese que la haría sentir todo lo que creía que había olvidado.
Después de dos años y medio, después de tantas idas y venidas, tantas indecisiones, ella dejó de lado sus miedos para conocerlo a él.
Él la llamó por teléfono, ella salió a la puerta de su casa muerta de miedo. El la cobijó en su pecho muy fuertemente, ella sin dudarlo también lo abrazó, fue de esos abrazos que tanto nos gustan, esos en los que nos dicen “tranquila, está todo bien”. Charlaron de cosas superficiales durante unos quince minutos por que “P_S” se tenía que ir a trabajar.
Pasaron veinte días hasta que se volvieron a ver, el se había ido de vacaciones con la novia, a quien llamaremos “R” o “la flaca”, ella no se podía aguantar las ganas de expresarle todo lo que había sentido, entonces decidió escribirle un e-mail por cada día que él no estaba a su lado.
Un día de esos en los que él estaba con “R” y ella lo esperaba, recibió un e-mail de él en el que le contaba que sus días eran por poco un infierno que estaba cansadísimo de tener a “la flaca” todo el día con sus presiones y que la quería muchísimo y la extrañaba, así finalizaba su e-mail.
Ella con una sonrisa que le iluminaba la cara se fue a dormir.
Después de 3 días él volvió, pero recién al décimo se volvieron a ver.
Él la llamó, ella salió de su casa y subió al auto de él ya sin miedos. Fueron a su casa, tomaron termos de mate, charlaron... se llevaban bárbaro, eran tal para cual.
Él la dejó en la puerta de su casa, ella se bajó y entró a su casa otra vez con la sonrisa que le iluminaba la cara.
A los 3 días se volvieron a encontrar, ya con mucha más confianza. Ella sentada en un sillón muy cómodamente, él sentado en el piso al lado de ella, empezó a tocarle el brazo, el hombro y así hasta llegar a la cara. Ella muerta de ganas de unírsele en un beso y que realmente pueda hacerse realidad su sueño. Y así fue. Se unieron en un beso... el más lindo, el más dulce, el más buscado por los dos, ese que parece agua en el desierto...
Así fue que empezaron a quererse...