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Una juerga con consecuencias inopinadas

Aquella noche, Fina, se había vestido más sexy que nunca. Y la verdad es que sus curvas se mostraban francamente incitantes. Se acercó al bar que acostumbraba frecuentar. Había pocos parroquianos y de entre ellos sólo uno llamó la atención de Fina. Tenía unos ojos almendrados de un castaño especial, que los celaban unas largas pestañas. Poco tardó en qué, entrambos, se estableciera una amigable conversación. Él le dijo que era ciudadano marroquí y que se llamaba Mohamed

Visto el aburrido ambiente que reinaba en el bar, él le propuso trasladarse a otro local en donde aseguraba hallarían mayor distracción. Puestos de acuerdo, en el coche de Mohamed emprendieron la ruta.

Al poco, Mohamed detuvo el vehículo y tres marroquíes que estaban estacionados bajo una farola subieron a él. Mohamed los presentó como amigos con los que previamente había quedado citado.

Fina, que la timidez de Mohamed le había seducido y hasta inspirado confianza, al sentirse encajonada entre los cuatro marroquíes empezó a sentir algún temor, pero sin atreverse a manifestar ningún reparo ni oposición, pensando que al llegar al local a donde se dirigían adoptaría las prevenciones pertinentes.

Con sorpresa Fina vio como el coche se alejaba de la ciudad. A los pocos kilómetros abandonaba la ruta asfaltada y ascendía por pina cuesta de tierra hasta un lugar de la montaña ocupada por una serie de rústicas barracas. Entonces le advirtieron que habían llegado, y descendiendo del vehículo la invitaron a entrar en una de las barracas, en la qué otros tres marroquíes estaban sentados sobre un banco bebiendo cerveza, fumando hachís y consumiendo coca

Organizando gran algazara entre todos los presentes, forzaron a Fina a beber y fumar de lo mismo que ellos. Al poco rato le pidieron que se desnudase. Y llena de terror por el cariz que habían tomado los acontecimientos, transigió. Entonces le pidieron que se pusiera a gatas, y uno tras otro, sin compadecerse de los lloros y protestas de Fina la sodomizaron.

Inconsciente la dejaron en una de las barracas y a la mañana siguiente fue penetrada de nuevo analmente y de modo sucesivo por los siete marroquíes y alguno más que se unió al festejo.

La infeliz Fina, que quedó dolorida y sangrando, sin apenas poder andar, pidió que la devolviesen al pueblo. Pero mofándose de ella, le indicaron que dada su juventud tranquilamente podía hacerlo a pie.

Tuvo la suerte que apenas había caminado un kilómetro descubrió una casa y decidió llamar a la puerta para que le permitieran pedir por teléfono los servicios de un taxis. Los dueños de la vivienda, sobresaltados al cerciorarse del lamentable estado de Fina, no dudaron en acogerla en su casa. Pero en lugar de reclamar la asistencia de un taxis, optaron por comunicarse con la policía, la cual al poco rato compareció, procediendo de inmediato a asistir a la joven a la que trasladaron a un hospital y a detener a los agresores, los cuales ya han sido juzgados y condenados.

(Este hecho real, obtenido de una sentencia judicial publicada, pero en el que he alterado el nombre de los que intervinieron en los hechos, lo publico para advertir a esas incautas muchachas, que con tal de divertirse se exponen a cualquier riesgo, tengan noticia fidedigna de lo que puede acarrearles su temeridad.)
Datos del Cuento
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5 comentarios. Página 1 de 1
Maria Eugenia
invitado-Maria Eugenia 30-05-2004 00:00:00

Mi deferencia al autor. Se ha tomado el tiempo de estudiar un caso para luego elaborar la historia con el fin de prevenir a las jovencitas de esta clase de riesgos. Me agrada cuando se utilizan los medios colectivos, no solo para matar el ocio, sino también como medio informativo. Mis respetos.

Celedonio de la Higuera
invitado-Celedonio de la Higuera 19-05-2004 00:00:00

a los comentarios anteriores. Tengo que decir que encuentro muy acertada tu forma de transmitir valores importantes contando historias. Antes de llegar al final estaba teniendo la sensación de que esta era una historia real, porque lamentablemente estamos ya acostumbrados a esta clase de noticias. Lo has relatado muy bien, me ha resultado escalofriante el hecho. Saludos.

Lébana
invitado-Lébana 11-05-2004 00:00:00

comentario a este desagradable suceso que dices ocurrió. Es triste que una joves por confianza o por arriesgada sufra algo, ojalá lo lean muchas chicas y tomen buena nota. Hace poco legué a ésta página y te leo pero no tan aprisa como yo quisiera. Gracias por tus elogios a mis cuentos, yo me quedo en la parte ingenua de la vida.Saludos Lébana

Nathalie Ledo
invitado-Nathalie Ledo 01-05-2004 00:00:00

Hola Señor Félix: Como buen tío, ha sabido aconsejar A muchachas del peligro... De no dejarse flagelar, Por perderse con extraños Que malogran buenos años... Esos de juventud Y sueños... Que se llevan a plenitud Desde que somos pequeños Atte; Nathalie Ledo.

Miguel A. Linares
invitado-Miguel A. Linares 01-05-2004 00:00:00

No se si darte la enhorabuena por tu historia, puesto que está basada en un hecho real, pero me parece muy acertado tu relato y una buena llamada de atención. Efectivamente hay personas que salen a la vida dejando el cerebro (si lo tienen) en la mesita de noche y obran con esa superioridad que otorga no tener conciencia... Recibe un cordial saludo

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