Tenía un caballero un criado nuevo, un mozo llamado Pedro que parecía un poco tonto.
Para burlarse de él, le dio dos monedas y le dijo:
- Pedro, vete al mercado y cómprame una moneda de uvas y otra de ¡ay!
El pobre mozo compró las uvas, pero cada vez que pedía una moneda de ¡ay! todos se reían y mofaban de él.
Al darse cuenta de la burla de su amo, puso las uvas en el fondo de una bolsa y sobre las uvas un manojo de ortigas.
Cuando regresó a su casa, le dijo su amo:
- ¿Lo traes todo?
Contestó el mozo:
El caballero extrañado metió rápidamente la mano y al tocar las ortigas, exclamó:
- ¡Ay!
A lo que dijo el mozo:
- Debajo están las uvas, señor.