Una prostituta llamada Rahab.
(Hombres y Mujeres de Fe.-9)

En la primavera del año de 1473 antes de la Era Común, dos espías israelitas entraron en Jericó y se alojaron o escondieron en una casa. No se dice en la Biblia cuánto tiempo permanecieron allí, pero la ciudad de Jericó no era tan grande como para que tardaran mucho en espiarla. En esa casa vivía una mujer que era prostituta, de nombre Rahab. Este nombre proviene de la palabra hebrea 'Ra-jáv' y posiblemente significaba: Ancha, Espaciosa. Con el tiempo ésta mujer inmoral se hizo adoradora del Dios vivo y verdadero de los israelitas cuyo nombre es Jehová. Ella es un ejemplo de fe sobre la cual es interesante llegar a conocer su vida, que llegó a cambiarla totalmente, para llegar a ser parte de la nación de los israelitas. Además, llegó a tener una descendencia bien favorable a la vista de Dios. Conozcamos su historia.
Aunque en algunos círculos, en especial entre los judíos tradicionalistas, se ha negado que Rahab fuese una ramera o prostituta en el sentido común de la palabra, pero esta opinión carece de fundamento. La palabra hebrea 'zoh-náh' siempre se refiere a una relación ilícita, bien sexual, bien de infidelidad espiritual y en todos los casos en los que se refiere a una prostituta, se traduce de esa manera, nunca por "posadera", "mesonera" o algo similar. Hay que tener en cuenta que la prostitución no era oficio con mala reputación entre los cananeos.
Regresemos a los dos espías. Cuando otros habitantes de la ciudad de Jericó se dieron cuenta de que los dos invitados de Rahab eran israelitas, se lo informaron al rey, pero ella se apresuró a esconderlos entre los tallos de lino que se estaban secando sobre la azotea, de modo que, cuando las autoridades llegaron para detenerlos, el relato bíblico de Josué capítulo 2, versículos 2 al 7 nos dice qué ocurrió y lo que ella les dijo fue: "Sí, es cierto que los hombres vinieron a mí y yo no sabía de donde eran. Y aconteció que al tiempo de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron. Simplemente no sé a donde se habrán ido los hombres. Corran tras ellos rápidamente porque los alcazarán". Los soldados entonces, salieron corriendo a tratar de detener a los dos espías. Al actuar de esta manera, demostró mayor devoción al Dios de Israel que a su propia comunidad, que se hallaba bajo la condenación divina.
No se sabe con certeza cuándo se dio cuenta del propósito de los espías y de las intenciones de Israel con respecto a Jericó. Pero les confesó el gran teemor y pavor que existía en la tierra debido a los informes en cuanto a cómo Jehová Dios había salvado a Israel en diversas ocasines durante los pasados cuarenta años. A continuación en el relato de Josué 2:8 al 22, Rahab pidió a los espías que le jurasen que conservarían vivos tanto a ella como a toda su familia, es decir,  a su padre, madre y todos los demás. Los hombres accedieron a condición de que reuniese a toda la familia en su casa, colgase un cordón escarlata o rojo de la ventana y guardase silencio respecto a la visita. Rahab prometió cumplir con todas estas condiciones, volvió a protegerlos, les permitió escapar por una ventana, ya que la casa estaba situada sobre el muro ancho de la ciudad, y les dijo cómo podrían eludir a sus perseguidores, que habían salido hacia los vados del río Jordán.
Los espías comunicaron a Josué todo lo que había sucedido, según nos dice Josué 2:23 y 24. Cuando cayeron los muros de Jericó, la casa de Rahab, que quedaba "en un lado del muro", no fue destruída. -Josué2:15 y 6:22-. Josué ordenó que mantuvieran con vida a la familia de Rahab y los mismos dos espías fueron a buscarla y ponerla a salvo.
Y, ¿cómo fue que Rahab llegó a tener una descendencia bendecida por parte de Dios?.  Bueno, después de estar aislados del campamento de Israel durante cierto tiempo, Rahab y su familia tuvieron permiso de morar entre los israelitas como nos muestra Josué 6:17, 23, 25. Esta ex-prostituta pasó a ser la esposa de Salmón y la madre de Boaz, de la línea real de antepasados de los reyes davídicos. Es una de las cuatro mujeres mencionadas por nombre en la geneología de Jesús que registra Mateo. Puedes comparar los textos de Rut 4:20 al 22 y el de Mateo 1:5 y 6. También es un ejemplo sobresaliente de alguien que, aunque no era israelita, demostró por sus obras una fe indivisa en Jehová Dios.
Pablo dice a este respecto: "Por fe Rahab la ramera no pereció con los que obraron desobedientemente, porque recibió a los espías de manera pacífica". -Hebreos 11:30, 31. Del  mismo tenor fue el comentario de Santiago, que dijo: "De la misma manera, también, Rahab la ramera, ¿no fue declarada justa por obras, después que hubo recibido hospitalariamente a los mensajeros y los hubo enviado por otro camino?".-Santiago 2:25. Sí, el ejemplo de fe de Rahab nos ayuda hoy día. ¿Cómo?. Pues podemos ver que sea cual sea nuestra historia pasada, la fe y el obtener conocimiento bíblico y el espíritu santo de Dios, nos hace cambiar nuestras vidas para bien y para adorar a Dios sobre todas las cosas. Por esta razón Pablo escribió en 1 Corintios 6:9 al 11: "!Qué!. ¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios?. No se extravíen. Ni fornicadores, ni idólatras, ni adúlteros, ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres, ni ladrones, ni personas dominadas por la avidez, ni borrachos, ni injuriadores, ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios. Y sin embargo, eso era lo que algunos de ustedes eran. Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios".  Como nos ha dicho el apóstol Pablo cada persona puede mejorar su modo de vida, amar a Dios sobre todas las cosas y dejar de hacer lo malo, llegando a tener una nueva personalidad llena de amor, esperanza y fe como el ejemplo de Rahab, una mujer que fue ramera y cambio toda su vida para servir a Dios constantemente.