Como volar de alondra que se perdió en la nada, surqué el firmamento para llegar de prisa al muelle antes de que partiera la última chalupa, mi único transporte para cruzar el río y llegar a tiempo para abrir la ventana, con sutil sigilo .
Con el cabello revuelto, los pies descalzos, ropa ligera y una tacita de té...entré por la ventana abierta de tu habitación...star silente y mudo...que recogía el tac..tac..tac...de un teclado en el frío invierno de Milwaukee ciudad de Wisconsin estado de norte americana, puerto en el lago Michigan...eras tú...a miles de kilómetros de distancia cumpliendo la cita que habíamos acordado.
Estabas hermoso...me esperabas tenias puesto un gabán azul marino que te hacia ver mayor, tus ojos...tu rostro un poco atontado...los labios apretados y las manos crispadas...en actitud de espera...dije hola!!...en perfecto francés (me gustaba hablarte en ese idioma era tan dulce, que la palabra más simple se tornaba hermosa) ...mon amour...ma vie...y un infinito silencio congeló la ventana ...estás ahí...? pregunté… y afanosamente comencé a hablar con el ímpetu de una doncella y llené de estrellas tu espacio, de besos, de medias lunas...y… hasta un ramo de rosas puse sobre tu ordenador.
Los minutos pasaban, la sangre se me congelaba en las vanas y un sudor frío empapaba todo mi cuerpo...el anhelo me alcanzaba para tomar de prisa sorbo a sorbo mi tacita de té.
con los ojos fijos en la penumbra...fui descubriendo los caracteres que tus manos deslizaban por mis dedos imantados de deseo ,recorrí tu figura ,estabas enfrente de mí escuché tu risa, tu aire de latino, tu recia voz y tus suspiros...habías llegado al fin, me invitaste a pasar...me abriste la soledad de tu cuarto...me tendiste en el diván de tus sueños...y sin prisa llenaste el alma de coloquios, de rebuscadas palabras, de bellos poemas y quijotescas odiseas...nos amamos hasta el amanecer...habían pasado cuatro horas desde el inicio de este encuentro y ninguno de los dos osaba retirar las manos de tan virtuosa compañía , amanecía ya y la espalda me dolía, mi silla no era ergonómica y los pies estaban amoratados por el frío ...quédate un poco más, mi mundo hace eco en el tuyo…y cada palabra amor renueva mi espíritu , siento que mi vida está ligada a la tuya , conocerte despertó en mi los más puros sentimientos , prométeme amor que pronto estaremos juntos para siempre , era casi una súplica ,mis manos tallaban silentes mensajes... apoteósicos vivas ...me abrazaba la esperanza y me sobresaltaba el miedo de la despedida...te perderías en la profundidad del abismo, en la ignorada morada, en el aliento de un beso , y en la soledad de mi alma...

Escuchaba pasos en el exterior...veloces coches que saltaban de la nada ...voces inciertas que presurosas me llamaban...de pronto se oscureció mi ventana...me quedé atónita...el reloj daba las seis y debía ir al hospital ... había pasado la noche en vela.

Autora FELICIDAD SEGURADO FERNANDEZ (prohibida su reproducción total ó parcial)