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Categoría: Románticos

Una vida difícil

Hoy quiero contarles la historia de un triste amor.
No sé si realmente sucedió, o si de algún lugar de la imaginación surgió, pero emergen desde mi ser tantas imágenes y recuerdos, siento un profundo deseo de contarles lo que a mi mente llegó sin quererlo; tal vez esta historia logre emocionarlos, o quizás solo logre entretenerlos por un rato... pero mejor dejémonos de preámbulos y pasamos a contar lo que de esta historia aún recuerdo.

Todo comenzó en un verano caluroso, en un balneario costero del que no recuerdo bien el nombre.
Sofía vivía con sus padres en una casa cercana a la playa, tenía aproximadamente doce años cuando Mateo llegó al vecindario. Él era unos años mayor que Sofía, tenía en ese momento unos 16 años y demasiadas cosas vividas para su edad.

Mateo vivía a dos casas de la de Sofía y ella sólo con verlo se enamoró, era como si Cupido la hubiera flechado, no sé... llámenlo amor a primera vista, o como sea.
Mateo se daba cuenta del amor que Sofía sentía por él, pero para él era un simple enamoramiento pasajero de una pequeña niña.
Con el tiempo, Sofía y Mateo se hicieron buenos amigos, pasaban mucho tiempo juntos, iban a la playa, caminaban en la arena, salían juntos para todos lados, para Mateo, Sofía era como la hermana que nunca había tenido.
Pero, por el contrario el amor que Sofía sentía por él iba creciendo a cada momento, sus ilusiones con Mateo crecían con cada palabra, cada mirada, cada sonrisa.

Un día Mateo, como siempre, llegó a la casa de Sofía, pero esta vez no llegó solo, venía a presentarle a su novia, una chica muy bonita, de la edad de Mateo, seguramente, y, en ese preciso momento, el hermoso mundo en que vivía Sofi se quebró en mil pedazos; Sofía salió corriendo por la calle, inundado en llanto su corazón, Mateo salió detrás de ella, pero no pudo alcanzarla.

Sofía llegó a la playa y se tiró en la arena a llorar, no entendía qué era lo que había sucedido, todo parecía tan perfecto; ¿en qué había fallado?

Las horas pasaban y Sofi no aparecía, tanto sus padres como Mateo sentían una enorme preocupación, Mateo, además, sentía una enorme culpa, nunca se imaginó que podría causarle tanto dolor.

Horas después Sofi llegó a su casa, calmada, tranquila; parecía que nada hubiera sucedido.
Mateo la abrazó fuertemente y le dijo lo mucho que la quería, Sofía acarició su cara y subió a su dormitorio sin decir una sola palabra.

Sofía ya no salía con Mateo, su amistad ya no era la misma, pero no sólo esto, Sofía había cambiado su forma de vestir, da hablar, de caminar, hasta su mirada había cambiado.
Comenzó a salir con chicos de su edad, iban a bailar, se juntaban todos en la playa alrededor de un fogón, y fue uno de estos días en la playa que Sofía comenzó a tomar alcohol, los chicos con los que salía le decían que estaba bien, que era algo normal, que no había de que temer.

En esos tiempos Sofía pasaba poco tiempo en su casa, sus notas en el liceo comenzaron a bajar, su relación con sus padres ya no era la misma, ellos trataban de hacerle entender a Sofía que tenia que estudiar, que debía pasar mas tiempo en su casa, y que sus amistades no eran buenas, pero Sofía seguía sin escuchar los consejos de sus padres, continuaba en esa vida sin sueños, sin amigos verdaderos, y sin Mateo.

Mateo por su parte intentaba acercarse a Sofía, pero ella no lo dejaba, con cada acercamiento que intentaba Mateo, más se alejaba de su amiga, aunque esta Sofía no era la que Mateo había conocido, aquella niña tierna, dulce y angelical, se había convertido en una persona triste, sin deseos de nada, ya no tenía sueños, no tenía esperanzas, ya no le quedaba nada.

Iban pasando los días, y los meses, y los años, Sofía cada vez estaba más cambiada, Mateo ya no estaba con su novia, la habían peleado pocos días antes del cumpleaños de quince de Sofía, al que Mateo no fue invitado ya que Sofía no quería verlo.

En su cumpleaños Sofía se puso de novia con uno de los chicos de su grupo, Facundo; a sus padres no les gustó mucho la idea, y a Mateo menos. Cuando Mateo se enteró casi muere de dolor, no entendía por qué, es cierto que era su amiga, y que la quería por ese motivo, pero tanto dolor no era normal.

Sofía se paseaba de la mano con Facundo, y cada vez que Mateo la veía un enorme dolor sentía que emergía desde lo más profundo de su corazón.
Mateo descubrió un día el enorme amor que sentía por Sofía; ¿cómo podía ser, si era su pequeña amiga? No entendía nada, como podía amar con tantas fuerzas a su pequeña amiga Sofía, hasta que comprendió que los seres humanos no guiamos los hilos del amor, el amor llega sólo, sin aviso, y sin pedir permiso.
Mateo no sabía como decirle a Sofi lo que por ella sentía, tenía tanto miedo...

Llegó el día en que Sofía decidió irse de su casa, planeaba irse a lo de Facundo, sus padres trataron de evitarlo pero ella lo tenía decidido.

Sofía ya no tenía una propia vida, vivía la vida que Facundo quería que viviera, ya no salía con sus amigas, no estudiaba, no visitaba a su familia, pasaba el día con Facundo, de aquí para allá, haciendo lo que él tenía ganas de hacer, comenzó a consumir drogas, y cada vez tomaba más alcohol, Facundo no la dejaba en paz, no podía salir a ningún lado sin él, Sofía se sentía presa, y lo peor es que seguía enamorada de Mateo, no podía dejar de pensar en él...

Una noche Sofía, junto con Facundo y todos los demás decidieron ir a bailar; en el baile se encontraba Mateo, con alguno de sus amigos, Sofía no lo podía creer...
Facundo decidió que iba a ir a otra pista a bailar, él no había visto a Mateo, entonces Sofía al fin quedó sola con sus amigas; en el momento en que Facundo se fue, Mateo, que observaba a Sofía desde hacía rato se acercó a ella, y con una triste sonrisa en su rostro le preguntó cómo estaba, a lo que Sofía respondió, sin mucho convencimiento, que estaba muy bien. Mateo nervioso la invitó a bailar y Sofía no se pudo negar.
Bailaban y bailaban, y reían y cruzaban tiernas mirada pero sin decir una sola palabra. Hasta que por fin Mateo expulsó lo que en su alma estaba guardado desde hacía mucho tiempo, un TE AMO emergió desde lo más profundo de Mateo, con tal dulzura que era casi comparable a una dulce melodía, Sofía no podía creer lo que había escuchado, y sin pensarlo ni una sola vez, lo besó con tanto amor que parecía que nunca se separarían. Se besaban, se miraban, y volvían a besarse, era un momento tan mágico para ambos que no les importaba nada ni nadie, hasta que una de las amigas de Sofía interrumpe este momento al avisarle que Facundo había regresado, Sofía y Mateo se miraron con cierto dolor y se separaron.

Mateo volvió con sus amigos y Sofía con Facundo, pero éste le dijo a Sofi que se fuera sola porque él no iba para la casa, salía con los chicos, y en ese momento regresaron a Sofía todos los sueños, todas las esperanzas, toda la alegría, todas las ganas de vivir. Ni bien Facundo abandonó el lugar Sofi corrió hasta Mateo, lo tomó de la mano y, sin decir una sola palabra lo sacó de aquel lugar.

Mateo no sabía a dónde lo llevaba Sofi, hasta que llegaron a la playa, aquel lugar tan mágico para Sofi; Allí prendieron una fogata, y se sentaron a mirar el cielo, que estaba ese día más estrellado que nunca, y con la luna de testigo comenzaron a besarse como nunca antes, luego comenzaron las caricias hasta que por primera vez Mateo y Sofía estaban unidos literalmente hablando; fue algo tan mágico, por primera vez eran uno...
Poco a poco amanecía y tanto Mateo como Sofía comenzaban a sentir una enorme nostalgia, al amanecer Sofía volvería a casa de Facundo y Mateo se quedaría solo recordando ese hermoso momento, esa noche tan mágica que había pasado con Sofía. El sol comenzó a salir lentamente, el fuego se apagó, así como la sonrisa en el rostro de Sofía.
Sofía se paró lentamente y dándole un último beso a Mateo comenzó a caminar hacia la casa de Facundo. Mateo quedó varias horas sentado en la orilla del mar recordando cada segundo de la noche anterior.

Cuando Sofía llegó a casa, Facundo no había llegado, entonces, rápidamente se acostó, y sin parar de pensar en la fantástica noche que había pasado con Mateo, se durmió.
Al despertar Facundo estaba a su lado.

Los días pasaban y Mateo y Sofía no cruzaban ni una sola palabra, Facundo no dejaba que hablaran, Sofía no aguantaba más, pero cada vez que le decía a Facundo que quería terminar la relación que tenían, él la golpeaba, y la amenazaba con matarla, entonces Sofía desistía de la idea.
Los meses pasaban y Sofi cada vez se sentía peor, ¿porqué no podía vivir su verdadero amor con Mateo?

Una mañana, al levantarse Sofía se sentía morir, sentía un horrible dolor de cabeza, estaba mareada y tenía nauseas, seguramente provocadas por la borrachera de la noche pasada.
Era un día hermoso, genial para ir con todos los chicos a la playa, pero Sofía no quería ir, Facundo le insistía, hasta que Sofía pegó un grito y le dijo que no iba a ir; en ese momento Facundo se enojó como nunca antes, y pegándole una cachetada la dejó tirada en la cama, Sofía no paraba de llorar, Facundo la levantó de la cama, le lavó la cara y salieron caminando de la mano como siempre rumbo a la playa.
En la playa con sus padres estaba Mateo, Facundo dejó a Sofi ir a saludar a sus padres pero la obligó a no decir que le había pegado.
Sofía fue hacia sus padres y los abrazó como hacía mucho tiempo no lo hacía, les dijo que estaba bien, que no se preocuparan por ella, que Facundo la quería y la cuidaba como nadie; al escuchar esto Mateo descartó toda posibilidad de vivir su gran amor.

Esa noche, de vuelta en la casa de Facundo, Sofía comenzó a recordar aquellos días en que no se separaba de Mateo, en el profundo amor que todavía sentía por él, y la mágica noche que había pasado aquel día con él, así como el profundo dolor por estar lejos de sus padres y de estar viviendo con un monstruo que la golpeaba, en ese momento golpearon la puerta, se levantó apurada y se mareó, no entendía que era lo que le pasaba, llegó a la puerta y allí vio a los amigos de Facundo, todos ebrios, al mirar un poco más atrás vio a Facundo con su mejor amiga, si, Facundo engañaba a Sofí con su mejor amiga, una vez más el mundo de Sofía se quebró en mil pedazos, Facundo no paraba de reír, Sofía no soportó la humillación, salió corriendo de su casa llegó a la playa y se tiró en la arena a llorar, ¿por qué todo le salía tan mal?, subió la mirada miró el mar y comenzó a caminar hacia él lentamente, cada vez se adentraba más profundo, miró el cielo por última vez, y creyendo haber encontrado la salvación, y sin saber que llevaba en su vientre el fruto de aquella noche de amor con Mateo, se dejó morir.
Datos del Cuento
  • Autor: natysol
  • Código: 11357
  • Fecha: 20-10-2004
  • Categoría: Románticos
  • Media: 4.35
  • Votos: 26
  • Envios: 2
  • Lecturas: 4395
  • Valoración:
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