La noche iba llegando a su fin, cuando los primeros rayos de sol se introducian por la persiana semiabierta de su habitacion, no tuvo mas remedio que abrir los ojos, ella tambien los abrio pero le costo mas tiempo acostumbrarse a la semioscuridad de la angosta habitacion. Cuando por fin se dio cuenta de donde se encontraba, miro a su acompañante de cama, y moviendo la cabeza se dijo que no volveria a beber. Recogio sus cosas que se encontraban esparcidas por la habitacion y salio sin decir un hasta luego. Y ahi se quedo el ahogado en los recuerdos borrosos de la noche anterior, y en el terrible pensamiento de no volvera a ver. Se incorporo subitamente de la cama, y se dirigio a la ventana, para ver como a lo lejos ella cogia el autobus, probablemente para no volver jamas. Bajo al restaurante de la pension, y alli tomo un cafe barato, que le supo a una amarga despedida, y sin mas, recogio lo poco que tenia y se encamino a coger el coche, que le llevaria hasta su casa. Y asi dia , tras dia, ensuciando sus horas con el gris de la rutina monotona de quien no tiene esperanzas, de quien no sabe por que vive, de quien pasa sin pasar.
Tras mucho tiempo de "disimulos y rutinas" como diria el poeta, se estaba hartando de todo, mas aun cuando esa mañana se entero de que el juez le quitaba la custodia de su hijo, la casa y el coche; todo a favor de su ex-mujer, una dama que dejo de ser dama para convertirse en serpiente, una mujer sin corazon y con el alma perdida en algun lugar de su mansion. Imposible vivir asi, sin nada, sin un hijo al que educar sin una mujer a la que amar, sin nada a lo que agarrarse, ni un fino hilo de esperanza.
Ya todo da igual, ahora sus pocos sueños descansan en el fondo del rio, mezclados con sus recuerdos y para siempre olvidado, nadie le echara de menos, nadie llorara en su tumba; solo unas tristes lagrimas han caido por el, y han sido la del cielo gris de su opaca ciudad.