Tenía una nariz muy recta y bien formada. La mirada clavada en quien osara caminar por la senda que conducía al porche de la casa.

Había estado allí ... todo el tiempo y ... recién entonces ... transcurridos más de tres meses ... yo notaba su presencia silenciosa ...

El ceño fruncido por la atención imperturbable de su firma mirada ...

Más lo observaba, más se delineaba su rostro, áspero y oscuro ... como transeúnte de muchos vientos, lluvias y otras inclemencias naturales ...

Pude observarlo hasta terminada la sobremesa ... y me acosté, adelantando la alegría de contar con su grata compañía a lo largo de todos los siguientes días ...

Así, en la mañana, aprovechando la quietud de la casa, lo busqué detrás de los cristales ... sólo para descubrir, desilusionada ... que ya no estaba ...

Vigilante nocturno ... hacia dónde huyeron tus pasos con la llegada del primer rayo de sol?

Inquieta, me ocupé en mis menesteres, aunque ... sin conseguir borrar su imagen de mi mente ...

... estaría por allí ... más tarde ... nuevamente? O me habría abandonado a mi suerte ... esa, de prendarme de él ... para perderse en el estadio de los meros recuerdos?

Llegado el atardecer, creí ver su sombra acercarse ... pero no ... fue mi ansiedad, engañando mis sentidos ...

Las casas encendieron sus pequeñas luces, una tras otra, como todas las noches, adornando con toque de postal navideña, el paisaje del barrio. La rutina de la cena, me ubicó en el sitio acostumbrado de la mesa.

La luz dorada, emergiendo desde la lámpara exterior, resaltaba el verde las plantas del jardín, a cuyo arreglo, había dedicado buena parte de la tarde ... Me detuve un momento repasando el resultado de la faena, ahora iluminado tenuemente e ingresando en la estancia, dibujado en miles de diferentes formas ...

Y allí ... cual admirándolo también ... estaba él ... mimetizado y asomando por el árbol de palta, eje de apoyo de enredaderas varias ...

... protector y silencioso ... cual cumpliendo una promesa de presencia nunca dada ...

... él ... mi escultura mágica ...

viva expresión de la Naturaleza, moldeada sobre el grueso tronco de la planta ...

... el cuidador y ladero, que mi imaginación y las luces supieron traerme ... cada noche de ese verano ...