... y vi personas muertas,
Y camine por medio de ellas,
Y lamente no estar como ellas,
Y anhelé vivir entre tu ausencia
Y entre tu presencia.
Y corrí hacia la mujer vestida de negro,
Ella huyo de mí como asustada,
Y corrió más rápido que yo.
Me tire al suelo, y las personas muertas me consolaron,
Y nuevamente anhelé vivir entre los muertos,
Y nuevamente te extrañe.
Después de un buen rato,
Mis sentidos durmieron,
Pero mi mente aun despierta dejo de anhelar,
Dejo de desear que el silencio me robe tu recuerdo.
Y quise vivir nuevamente entre los muertos.
El ángel vestido de blanco
Me miro con ojos de compasión,
Y los recuerdos de tus besos me revolvían la mente,
Y la casa llena de tus besos se volvió real.
Y los anhelos que por momentos me ataban a tu recuerdo
Se convirtieron en cadenas que me ataban a tus besos.
Y los recuerdos que me hacían anhelar
Era lo que me hacia mirar fijamente aquella casa llena de tus besos.
Y por tiempos que ya no recuerdo, viví entre los muertos,
Y te anhelé más que de lo que puede anhelar un ser viviente.
Y aunque extrañe tus besos,
El ángel nunca dejo de mirarme con compasión,
Y me imagine que era la luna de tus ojos la que me miraba,
Y quise llegar hasta el
Queriendo llegar a ti,
E intente vivir sin ti,
Pero los recuerdos me ataban a ti.
Hoy te anhelo, quizás más que el día que comencé a vivir entre los muertos,
Y no recuerdo la última vez que te vi.,
Pero si comprendo que comencé a morir cuando te perdí.